Tosí falsamente para que él supiera que yo estaba ahí y no aparecer de repente a su lado. Se dio la vuelta y me miró. En seguida volvió a su posición de antes, no me dijo nada, bebió un sorbo de su vaso de cristal y siguió sollozando. Me senté a su lado.
-¿Estás bien? -le hice la pregunta más obvia para ambos. Sabía perfectamente que no estaba bien y me sentí como una tonta. Él no me contestó pero volvió a beber de su copa. Cogió la botella de whiskey y se volvió a llenar la copa. Observé esa escena con mucho detalle, y entonces me di cuenta, Justin no era feliz.
Cogí la botella de la mesa, él intento detenerme pero no pudo, había estado llorando y bebiendo, no estaba en su punto más fuerte que digamos. -Creo que ya has tenido suficiente de esto. -decía mientras me llevaba la botella. Me dirigí a la cocina y la guardé en uno de los muebles que había, todavía no sabía bien donde iban las cosas. Volví al sillón, él bebía de su copa.
-Devuélvemela... -decía con lágrimas en sus ojos, como un niño pequeño y como si de un juguete se tratara.
-Justin no... No ahogues tus sentimientos en alcohol... busca a alguien con quien desahogarte, llama a un amigo.
-No tengo amigos. -me dijo serio.
-Alguno tendrás, alguien en quien puedas confiar, y si no... Pues un familiar.
-Estoy solo Michelle, no tengo a nadie, ahora devuélveme la botella. -seguía insistiendo.
-Justin sabes que no te la voy a devolver, estas mal... -entonces, se echo a llorar, verlo estar tan triste me hacía sentirme mal. Le costaba desahogarse y lo entendía perfectamente. Yo he llorado muchísimas veces en silencio, sin nadie a mi lado, porque aun que quisiera a mi madre y ella fuera mi todo, a veces me costaba contarle todo lo que sentía y el porqué estaba triste. A veces un simple abrazo es mucho mejor.
Sin darme cuenta mis ojos volvían a estar llenos de lágrimas. Me apegué a él y lo abrace lentamente y con cuidado. Él me abrazó con ganas, yo tenía razón, era esto lo que él necesitaba. Ambos llorábamos.
-No llores... -me decía.
-Puedo decirte lo mismo. -le contesté yo.
Seguimos abrazados y minutos después ya no llorábamos, simplemente nos quedábamos así, abrazados y sin decir nada. Yo le abrazaba con fuerza y él me apegaba más a él. De vez en cuando yo acariciaba su cuello y él apoyaba sus labios en mi frente y cerraba los ojos. En ese momento me daba igual todo, llevaba necesitando un abrazo con ese amor desde que mi madre murió. El tiempo pasaba y nosotros seguíamos abrazados como si nada importara. No sé cuándo ni cómo pero el acabó tumbado y yo también, tumbada encima de él apoyando mi cabeza en su pecho, pasaban las horas y él me miraba de vez en cuando y jugaba con uno de mi mechones de pelo ondulado.
Entonces empieza a haber claridad, y el sol empezaba a iluminar, pudimos ver el amanecer gracias a esa enorme cristalera que daba al jardín. Su casa estaba hecha para tener las mejores vistas, el mejor amanecer y el mejor atardecer. Entonces Justin me susurra.
-Gracias. -me decía en voz baja.
-a ti.
-Michelle, llevo ahogando mis penas en alcohol durante mucho tiempo y este abrazo era exactamente lo que necesitaba... Gracias a ti. -yo le sonreí levemente.
-yo también necesitaba este abrazo. - le confesé. Seguimos abrazados durante unos minutos. -Deberíamos subir e intentar dormir un poco.
-tienes razón
Me levanté con cuidado y él detrás de mi. Me agarró de la mano, me sorprendí por ese gesto pero sonreí para mis adentros. Iba a subir las escaleras pero me llevó a la cocina, dejó la copa de donde había estado bebiendo y nos dirigimos arriba. Llegamos a mi puerta, me di la vuelta para decirle adiós y él me dio un último abrazo, pero éste era de agradecimiento, yo sonreí y le seguí el abrazo.
-Buenas noches. -le dije.
-Buenos días. -me dijo mientras me soltaba de la mano, sonreía y se dirigía a la puerta de al lado, su habitación. Antes de entrar ambos nos miramos y sonreímos tímidamente.
Entré en mi habitación con una sonrisa un poco boba, me acosté en la cama y me quedé dormida.
Narra Justin:
Nunca había mirado a Michellle de esa manera, siempre me pareció guapa pero hoy la miré con otros ojos. Yo tengo un pasado horrible que me atormenta a diario. Evito el dolor, no dejo que la gente entre en mi vida, tengo una cara por fuera, un escudo que no soy yo. No dejo que la gente vea mis sentimientos.
Horas antes salí a dar un paseo, estaba enfadado y para evitar el ahogar mis penas en alcohol salí a despejarme, pero entonces vi a un hombre jodiendo a Michelle, al principio no me importó mucho, pero cuando vi su cara de preocupación eso cambió. Intenté estar tranquilo pero llegó un momento en el que ese hombre me estaba molestando y con todo el dolor y enfado que ya tenía reventé. No dejé de pegar a ese hombre hasta que Michelle se puso encima de mi espalda, con lágrimas en los ojos y gritando que lo dejara, que lo iba a matar. Lo solté y me dirigí a casa, y acabé haciendo lo que intentaba evitar... el alcohol.
Ese abrazo que me dio abajo era exactamente lo que necesitaba, fue como un ''para. Todo va a estar bien''. Estaba llorando, angustiado y enfadado, y ese abrazo hizo que todo desapareciera, pero creo que ese efecto no lo hubiera tenido en mi cualquier otro abrazo, fue el de ella. Tenía un efecto en mi, y me daba cuenta. No podía dejar que entrara en mi vida, ya lo estaba haciendo. Tengo que evitar eso como sea. No puedo dejar que vea mis sentimientos, me da miedo, y no solo me preocupaba mi dolor. También lo hacía el de ella.
Seré frío, no quiero que me conozca. Me acosté pensando en cómo lo haría. La trataré como los primeros días que ella estaba aquí. Todo será más fácil. En seguida mis ojos se cerraron y me quedé dormido.
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Espero que os guste este capítulo... La seguiré cuando llegue a las 15 leidas, 5 votos y 4 comentarios :) gracias :)
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