Abrí los ojos y ya había amanecido, al parecer Natalia no vino.
Me levanté de la cama y me dirigí a la mesa y estaban Natalia con Gianluca allí. Natalia estaba viendo su comida con la mano sosteniendo su cabeza.
— ¿Por qué no me esperaron? —pregunté.
—No esperamos a nadie —dijo Gianluca— ya teníamos hambre.
—Como sea, Natalia... ¿puedes venir un momento conmigo afuera? —pregunté.
Natalia me miró con los ojos muy abiertos y luego volvió a ver a Gianluca.
—Claro —contestó.
Salimos.
—Oye... ¿por qué no llegaste de nuevo en la noche? —pregunté, agarrándola de las manos y mirándola directamente a los ojos.
— ¿De qué hablas?
— ¿Cómo qué de qué hablo? —levante mi ceja confundido.
—Sí, ¿a dónde tenía que llegar? —me preguntó confundida.
No puede ser, ¿acaso fue un sueño? Claro, era muy bueno para ser verdad.
—A...mi...cuarto —le dije un poco nervioso.
— ¿Para qué a tu cuarto? No entiendo.
Si, definitivamente fue un sueño, pero...lo sentí tan real.
—Amm nada, olvídalo —le dije.
Me di la vuelta y me dispuse a entrar a la casita del lago, pero Nati me abrazó por la espalda deteniéndome.
—Cuando llegue de nuevo ya estabas dormido, no quería despertarte —respondió con una voz que jamás había escuchado salir de ella, era diferente, era...más dulce de lo normal.
Me volví y quedé frente a frente con ella, le di un toque suave a sus mejillas con la parte externa de mis dedos.
—Pensé que había sido un sueño... o que lo habías olvidado.
—No podría ol...
Decidí interrumpir su dulce voz con un beso, con un beso de esos que desearías que jamás terminen.
— ¿Qué...está pasando aquí? —interrumpió Gianluca.
—Gianluca —gritó Natalia sorprendida.
— ¿Acaso ustedes?... no entiendo nada.
—Estábamos hablando, y decidí darle un beso a Nati... eso fue lo que pasó —dije de mal modo, pues interrumpió mi momento.
Terminamos de alistar todo para regresar a casa, Natalia y yo no tocamos el tema de la noche anterior, pues no queríamos que se dieran cuenta todos.
—Chao chicos —dijo Nati mientras se bajaba del auto.
—Arrivederci bella —grito Gianluca poniéndose la mano en su boca y luego soltando un beso mientras la miraba.
Luego fuimos a dejar a Ivannia y a Britney.
—Por fin en casa —dijo Piero mientras se sentaba en el sofá.
—Encontré a Ignazio y a Natalia besándose —dijo Gianluca mientras me miraba curioso.
—No, bueno si... o sea ella estaba hablando y decidí silenciarla con un beso, no pude evitarlo —les dije.
— ¿Pero Natalia te lo siguió? —preguntó Piero.
—Sí, hasta que Gianluca nos interrumpió.
Obviamente no les diría nada de nuestro encuentro íntimo, un caballero no cuenta lo que hace con su dama.
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Amor desinteresado
RomansaIgnazio Boschetto, chico Italiano que, gracias a su madre, posee mucho dinero. Pero esa ventaja le ha traído muchos problemas en sus relaciones sentimentales, ya que, todas las chicas con las que ha estado se han aprovechado de su economía. Él piens...