Entre la espada y la pared

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*Narra Samuel

Nunca en su vida había sufrido a través de un almuerzo más torpe y no había ningún final a la vista. ¿Planeaba volver a escapar de Willy? Bueno, sí. ¿Estaba funcionando?

Su mirada bajó a donde su gran mano prácticamente había tragado su brazo. Podía sentir el calor poderosamente rodando fuera de su cuerpo en espiral, como si estuviera tomando sol en lugar de estar de pie en el frío viento.

No. Sus planes para escapar no funcionaban.

—¿Samuel?

Alzó los ojos, encontrándose con el matiz cafe profundo de los de él.

La mirada salvaje y posesiva en sus ojos le calentó y estremeció. Habiendo visto antes esa mirada, se humedeció los labios.

—Entonces, ¿me recuerdas?

—¿Recordarte? —repitió Willy, bajando las cejas.

Dios, era guapo. Por mucho que odiara pensarlo, no había duda de que volvería a acabar en la lista de People's de este año.

—¿Cómo podría olvidarte?

El corazón de Vegetta salió disparado y se le secó la boca.

—¿Entonces por qué actuaste como si no supieras quién era? —Samuel lo acusó.

—¿Por qué dices que sólo nos vimos brevemente y que no fue gran cosa? —Lo reprocho Willy.

Samuel se erizó.

—No era como si fuera a decir, ―Oh, lo conocí en un club del que se rumorea es un club de sexo. Eso es algo privado, ya sabes. De todos modos, estoy seguro de que hay un montón de hombres que has conocido en ese club, así que, ¿por qué creería que destacaría para ti?

Dejando ir su brazo, pero sin moverse, Wily puso una mano en la pared de ladrillo al lado de su cabeza. Se preguntó cómo los vería la gente que pasaba. Sólo sería cuestión de tiempo antes de que alguien lo reconociera.

—Sólo hay una persona que hizo una audaz fuga antes de que la verdadera diversión comenzara.

Samuel se sonrojó. ¿Verdadera diversión? Querido Dios...

Willy inclinó la cabeza hacia un lado, entrecerrando los ojos.

—Durante un mes, he estado muriéndome por saber porque corriste. —Hizo una pausa, esperando—. ¿No te acuerdas de los detalles?

Vegetta cerró los ojos. No importaba lo mucho que lo intentara, los detalles de esa noche se habían negado a ser olvidados. Hasta el día de hoy, no podía entender cómo alguien como él, un dios maldito entre los hombres, habría estado interesado en el o incluso se hubiera preocupado de saber por qué se había ido.

—Estoy más que feliz de recordarte —ofreció Willy—. Te fuiste mientras yo estaba en el baño. Salí y te habías ido. Sin una nota. Sin un adiós. Nada.

—Yo...

—Y si mal no recuerdo —dijo, bajando la voz hasta un suave y sexy susurro—, hice que te corrieras dos veces antes de que salieras huyendo, así que no era como si no hubieras estado disfrutando y algo más.

Oh Dios, su cuerpo se calentó, pero no por vergüenza. El calor venía a partir de los recuerdos que sus palabras provocaron. Los dedos del hombre eran tan hábiles en el sexo como en el manejo de un mando de consola, y su boca... Samuel se estremeció.

Para Siempre - Fanfic WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora