Ego

576 72 7
                                    


Samuel todavía estaba en las nubes cuando regreso a trabajar dos días después de Navidad. No tenía ni idea de por qué Willy había reaccionado tan fuerte como lo hizo. El sólo había querido tener todas sus cartas sobre la mesa, por así decirlo, si las cosas tenían alguna esperanza de ir más allá... pretender ir más allá. Por un momento Samuel realmente había pensado que Willy quería algo real y el no podía ir más lejos sin la verdad entre ellos.

Durante esos dos días, pasó por todas las etapas emocionales y finalmente cuando el enojo mostró su fea cabeza, había estado agradecido.

Odiar a Willy era mejor que enterrar la cara en las almohadas mojadas de lágrimas.

¿De verdad había creído que sólo había salido con él porque era malditamente impresionante? Joder, su ego no tenía límites.

Pero la ira no duro tanto, y el realmente no debería de haberse impresionado al tener que usar lentes oscuros para ocultar sus ojos hinchados. Su corazón estaba roto, justo como lo había previsto.

Volvió a la computadora y comenzó a revisar sus apáticos e-mails. Quince minutos más tarde, Alex entró en la oficina con una sonrisa tan grande que Samuel tuvo que preguntarse si había ganado la lotería durante las vacaciones, o si Frank le había propuesto matrimonio.

Pero la sonrisa de Alex se desvaneció en el momento en que vio a Samuel. —Oh no. ¿Qué paso?

Samuel no estaba seguro de si debía decirle a Alex que Willy y el habían cortado. Lo último que quería hacer era cortar su contrato, por lo que optó por una mentira. —No me siento bien.

Alex se detuvo frente a su escritorio, con una expresión de simpatía que cruzaba su rostro. —Te ves como la mierda.

—Gracias —murmuró.

—Pero tú necesitas sentirte mejor antes la tercera, porque ¿sabes qué? —Por supuesto que Alex no espero a que Samuel adivinara. No es que lo intentara—. El director Hodings cambio de opinión. Te quiere en la gala.

—¿Qué? —Preguntó Samuel lejos de su computadora—. Pero él no quería que yo...

—Lo sé, por Willy, pero está bien incluso si Willy viene —Alex se balanceó sobre sus talones, tan feliz como podía, mientras el corazón de Samuel se rompía otro poco. —Al principio pensé que alguien metió un palo en su culo, pero entonces él recibió noticias muy importantes, por lo que está de un humor excelente.

—¿Qué? —¿El Viagra ya no da ataques al corazón?

Alex golpeo sus manos sobre el escritorio de Samuel, haciendo sonar todas las cosas que estaban sobre él. —Hubo una generosa donación después de Navidad.

A pesar de su estado de ánimo, la esperanza se hinchó. —¿Qué tan generosa?

—¡Generosa como que han alcanzado la meta para este año!

Samuel se puso de pie. —¿En serio?

—¡Sí! —Saltó Alex—. Va a ser estupendo y todavía hay algunas donaciones que se espera se hagan en la gala.

Corriendo alrededor del escritorio, Samuel se unió a la celebración abrazando a Alex. Su estado de ánimo definitivamente mejorado después de aquella noticia, que lo ayudó en todo el día. Sólo había un par de cosas con Willy eclipsando el bien, pero el seguía diciéndose que al menos pronto tendría un partner que le patrocinaría el canal y podría dedicarse a ello hasta que estuviera tan viejo como un queso añejo.

Fue cuando volvió a casa esa noche y vio la vajilla de Pepsi en la mesa, el casi se rompió de nuevo.

Las lágrimas no resuelven nada, pero quería un espacio para ello. En este momento, tenía mucho que esperar, pero había perdido un poco de su brillo.

Para Siempre - Fanfic WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora