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Salir a comer con Alex no era siempre un paseo divertido, sobre todo cuando venia de sopresa su nuevo novio, Frank. Una rápida mirada a la izquierda y Samuel vio que la nariz de Alex estaba enterrada profundamente en la sección de chismes del periódico, principalmente donde se hablaba sobre gala de recaudación de fondos de invierno de Youtube.

La gala de recaudación de fondos de invierno.

Suspiró.

Frank se acercaba a pasos veloces, todavía había tiempo para tratar de exprimirse debajo de la mesa del restaurant o al menos pretender que estaba en el teléfono, pero antes de que pudiera sacarlo de su bolsillo, las puertas se abrieron y los grandes hombros de Frank llenaron el vacío. Grandes hombros, pero no tn grandes como para romper puertas, hombros que le recordaban a alguien más, alguien con una lengua y dedos para morirse.

Realmente no necesitaba pensar acerca de eso ahora.

Samuel fijó una brillante sonrisa en su rostro. —Hola, Frank.

Echó un vistazo a Alex, la cabeza de su amigo se sacudió y sus labios se separaron en una amplia sonrisa cuando vio a su invitado. 

—Hola —dijo Alex, levantándose rápidamente—. ¿Es hora?

Frank envió a Samuel una rápida inclinación volviendo toda su atención a Alex. —Sí. ¿Estas listo?

Fingiendo reorganizar los saleros de la mesa, Samuel trató desesperadamente de ignorar la pesada y extremadamente duradera muestra pública de afecto, la socialización era a no más que un metro y medio en frente de él.

Pero Samuel miro hacia arriba.

Él siempre lo hacía, más aún ahora, porque en lugar de ver a Frank y Alex, veía a Willy... y a él. Era patético.

Un agudo pinchazo cortó su pecho, desgarrando una herida fresca que no debería estar allí. Samuel aspiro en una silenciosa respiración mientras veía a Frank besar a Alex como si él fuera el aire que él necesitaba respirar —y ahí fue cuando Samuel apartó la mirada, parpadeando los ojos secos.

No era Frank —Dios, no. No era Alex. A pesar de que Samuel no había sido un gran admirador de Frank en el principio, él estaba feliz por ellos. No había dos personas que estuvieran más enamoradas la una de la otra, y ellos merecían la felicidad. Estar enamorado era la clave,

Samuel lo creía con cada onza de su ser. Era diferente de amar alguien muy, muy diferente.

Pero el problema ahora era a quién Frank le recordaría siempre.

Samuel saco su teléfono morado que hacía juego con su camisa y se puso a mandar mensajes de texto, o a pretender hacerlo. El podía fingir muy bien eso.

—Samuel. —Alex rió suavemente—. Deja los mensajes y únete a nosotros para el almuerzo en un nuevo restaurante que es seguramente mejor que este.

Mirando hacia arriba, él paso las manos por su cabello. No importaba si se había visto cien veces en el espejo, el sentía que seguía desordenado.

—Oh, no, ustedes dos tortolitos disfruten su tiempo a solas. Alex hizo una mueca cuando Samuel giró y agarró su sudarera.

—No quiero más tiempo a solas con él. Es por eso que te estoy invitando.

—Gracias. —Frank se giró a Alex lentamente—. Mi autoestima se acaba de ir por las nubes.

Samuel esbozó una sonrisa ante eso.

—Pero en serio, ven con nosotros. —Frank pasó un brazo alrededor de los delgados hombros de Alex—. Vamos a ir al nuevo restaurante abajo en la calle.

Para Siempre - Fanfic WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora