─¿Por qué Gemma no viene con nosotros mami? ─pregunté un poco ansioso, mirando por la ventana del auto.
Ella no contestó.
─Pensé que ella ya no estaba enferma ¿Qué le pasó?
─Basta con las preguntas, Harry ─papá sentenció, deteniendo el auto.
Mi vista se fijó en el edificio, era increíble, como un castillo, había demasiado campo a los alrededores.
No bajes del auto.
Me quedé inmóvil durante unos segundos, sin abrir la puerta del vehículo. Papá bajó, mamá se quedó en su asiento, mirándome por el espejo.
─Vamos Harry, baja ─Papá mencionó abriéndome la puerta.
Tomé al señor oso entre mis manos antes de seguirlo.
─¿Mami no viene con nosotros? ─pregunté tratando de alcanzar su mano, me sentí feliz al notar que él había correspondido a mi acción.
─No.
Caminé con rapidez de la mano de papá hasta que una mujer vestida de negro se nos interpuso.
─Madre Geneva, él es Harry ─papá dijo señalándome. Lo primero que hice fue fruncir el ceño.
Ella no me habló, simplemente asintió con la cabeza, sonriéndome muy levemente.
─Ya verá que nosotras cuidaremos muy bien de su hijo, Señor Styles.
¿Qué?
En cuanto mi mano intentó soltar la de él, su agarre se volvió más fuerte.
El peluche cayó al suelo y mi respiración se cortó.
Le tomó unos cuantos segundos hincarse junto a mi.
─¿Vas a dejarme aquí? ─balbuceé.
Ellos ya no te quieren Harry, te lo dije.
─Será solo por un tiempo, hijo ─acarició mi cabello y negué con la cabeza, tratando de zafarme.
─No quiero ¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero! ─grité, golpeando su agarre, tratando de rasguñarlo, tratando de hacer algo.
─Escúchame hijo.
─¡No! ¡No! ─chillé.
─¡Harry escúchame! ─me sostuvo fuertemente, sacudiendo mis hombros, haciendo que me detuviera. ─Lo que hiciste no está bien. ─susurró, viéndome directamente a los ojos.
─Yo no quería que mi hermanita se enfermara ─sollocé ─Ya me voy a portar bien, lo prometo, ya no haré que mami llore.
─Vas a quedarte aquí con la Madre Geneva y vas a portarte bien, o si no no volverás a casa ¿Oíste?
─No, papi, no quiero ─chillé.
─Los niños no lloran, deja de llorar ─dijo fuertemente, haciendo mi interior temblar, sin embargo no me detuve ─¡Basta!
Me incliné hacia él y me aferré a su cuello mientras trataba de no llorar.
A él no le importas, va a dejarte.
─No quiero, ya no voy a hacer dormir a los pajaritos de mi abuela ─sorbí mi nariz, susurrando en su oído ─Me voy a portar bien papi, por favor.
─No, Harry, no puedes ir con nosotros ─susurró mientras mis sollozos eran cada vez más audibles.
Eres un asesino Harry.
Ellos ya no te quieren.
Ellos van a abandonarte por lo que le hiciste.