Comí mi desayuno en una de las mesas de al fondo del pequeño comedor en el hotel, los cocineros recién comenzaban a calentar la comida y los meseros barrían el lugar, eran solo las cinco y media de la mañana.
Cuando terminé, llevé mis platos a la cocina y le agradecí al personal. Debía ir a cambiarme y quitar la tapa de la piscina.
Salí por la puerta para empleados y después de cambiarme, me senté a la orilla de la alberca a esperar que mi turno comenzara.
─No creo que me hagas caso pero la piscina abre a las ocho ─mencioné al escuchar los mismos pasos de la noche anterior.
Cuando me di cuenta, él ya estaba sentado junto a mi y sus pies también estaban sumergidos.
─¿Entonces por qué llegaste tan temprano? ─preguntó moviendo sus pies de adelante hacia atrás.
Me quedé callada pensando en alguna excusa que no fuera el internet gratis del cual podía disfrutar en cualquier lugar dentro del hotel.
─Me gusta el agua ─me encogí de hombros ─¿Sabes nadar?
─Sí ─respondió secamente llevando su vista hacia sus pies, los cuales aún seguía moviendo.
Suspiré cruzandome de brazos, mis ojos se dirigieron hacia sus piernas, las cuales eran bastante largas y delgadas, usaba un short color amarillo y su camisa era inexistente.
Por un segundo pensé que me había sorprendido mirándolo, sin embargo su sobresalto no fue por mi, si no por alguien que salía por la puerta de empleados.
Sus manos lo impulsaron para entrar en el agua, salté un poco al sentir las gotas salpicar y llevé mi vista hacia Harry, quien ahora estaba escondido en la orilla. Sus ojos seguían a la secretaria, la cual estaba hablando con una de las encargadas de limpieza.
-Ella no me agrada- murmuró -Piensa que soy estúpido.
-Oh vamos, ella es agradable- sonreí un poco tratando de que el contacto de su cabello mojado con el costado de mi pierna no me afectara.
-Es estúpida.
Me reí un poco, realmente era como un niño muy alto.
-¿Este hotel de quién es?- preguntó y realmente me sorprendí de saber que él quería continuar con la conversación.
-No lo sé- me encogí de hombros y esperé a que algunos segundos pasaran para poder hablar de nuevo. -¿Puedo hacerte una pregunta?
El rizado asintió saliendo del agua una vez que la secretaria se había ido y se sentó un poco más lejos de mí que antes, nuestros cuerpos no hacia ningún contacto ahora.
-¿De dónde eres?
Me miró por uno segundos y por poco maldije, me había comenzado a sentir un poco nerviosa.
-¿De dónde eres tú?
-Pensilvania- tosí un poco, necesitaba que el hablara para poder sacar todos los recuerdos de mi cabeza y concentrarme en otra cosa.
-Soy de Inglaterra ¿Sabes en dónde está eso?
-Creo que sí- me reí -¿Tú sabes?
Entonces él sonrió antes de levantar el rostro y negar con la cabeza.
-No tengo la menor idea.
Perdón si son muy cortos, pronto serán mas largos y con bastante smut je je
