─Olivia, lo lamento pero no puedo subir tu nota, no hiciste ninguno de los trabajos extra que dejé en todo el semestre ─mi profesor de historia mencionó antes de levantarse para guardar sus cosas.
─Lo sé, Profesor Johnson, le pido una oportunidad, solo una ─rogué, no quería pasar la misma materia otra vez el próximo año.
─Lo siento mucho, pero debiste aplicarte ─niega con la cabeza mientras mis manos se volvían puños.
Ahora no Olivia, concéntrate, tienes que calmarte.
Recogió sus cosas y se fue.
─¡Maldición! ─chillé. tirando todo lo que había en el escritorio, estaba tan enojada.
─¡Olivia, mira lo que has hecho!─ la voz de mi madre retumbó fuertemente en mis oídos, haciendo mis piernas temblar hasta dejarme en el suelo. ─¡Apresúrate, perra sucia! ─otro más, cerré mis ojos y contuve la respiración, mis manos tapaban mis orejas mientras contaba hasta diez.
¿No te das cuenta? Ni siquiera mudándote podrás escapar de mi, niña tonta.
─Basta ─sollocé. ─Basta, por favor, detente.
Después de eso hubo silencio.
Quité las manos de mis oídos mientras que mis ojos inspeccionaron a mi alrededor. Me levanté con cuidado del suelo y tomé mis cosas antes de salir corriendo de allí.
¿Es que la pesadilla no acabaría nunca?