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Olivia dejó caer las llaves antes de poder llegar a la puerta de su departamento así que tuvo que inclinarse en la oscuridad a buscarlas.

Habían 3 departamentos por piso, sin embargo los otros dos estaban desocupados y le había sorprendido mucho escuchar un pequeño ruido.

Eran unos rasguños muy leves.

Se quedó callada y quieta aún en cuclillas. Los rasguños se escucharon otra vez, sin embargo ahora estaban acompañados de unos silenciosos maullidos.

Se apresuró a encontrar sus llaves para así poder entrar a su departamento y buscar una linterna para poder encontrar a la pequeña criatura.

Era un muy pequeño gato, lucía casi recién nacido y era de color blanco con algunos mechones negros.

Olivia se enamoró al instante del pequeño animal y decidió quedárselo.

*

Eran las seis de la mañana y Harry se encontraba en el comedor del hotel, solo habían unas cuantas personas ahí y un par de empleados limpiando las mesas.

Se asomó por la ventana para ver si Olivia ya había llegado, sin embargo no pudo verla cerca de la piscina. Esperó unos minutos, sin embargo ella no llegó temprano como siempre.

Olivia pasó por el comedor a las siete con cincuenta de la mañana, llevaba unos pantalones cortos encima de su traje de baño y su cabello se encontraba lacio y atado en una coleta un poco alta.

No tomó desayuno, simplemente caminó hasta la bodega y ahí se quitó el short y se dirigió hasta la silla alta en donde debía sentarse el resto del día.

Harry frunció el ceño mientras acababa de comer aquellos cereales de colores que habían llamado su atención en la barra de desayuno.

Salió de inmediato tras ella y se acercó.

-Llegaste tarde.

-¿De qué hablas? Aún falta un rato- ella se rió mientras se ponía las gafas de sol.

-Iba a trenzarte el cabello hoy también.- dijo bastante serio, lo cual la hizo reír.

-Lo harás el próximo sábado.

-No si llegas tarde.

-¡Llegaré temprano entonces!- ella chilló antes de reír -Pero tendrás que hacerme un favor.

-¿Qué es?

-Necesito que cuides a alguien.

*

El lunes por la noche entró al hotel, en donde Harry ya la esperaba, la recepción estaba vacía por lo que se evitó las explicaciones.

Entró en el elevador con la caja en sus manos.

-¿Estás quedándote en la suite presidencial?- ella preguntó y el rizado se encogió de hombros mientras salían.

Estaban en el último piso y eso solo significaba que estaba quedándose en una suite.

El lugar estaba ordenado y habían varias cosas en la cocina.

-¿También cocinas? ¿Que eres? ¿Una especie de hombre en peligro de extinción?- ella bromeó, sin embargo no obtuvo ninguna reacción.

Sinceramente ya no se le hacía raro que Harry no mostrara muchas emociones.

-¿Que hay en la caja?- preguntó, directo y al grano.

-Un gato- se encogió de hombros -Y necesito que lo cuides.

PSYCHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora