Harry abrió la puerta ansioso, la pelirroja esperaba del otro lado de la puerta, un poco nerviosa.
-Pensé que no vendrías, no sé cómo apagar la ducha.
Olivia sonrió antes de negar con la cabeza y se abrió paso en la habitación.
-¿Nunca te habías bañado?- se burla, caminando hasta el baño.
-Sí, pero lo hacía en la mañana antes de salir, así que la que hacía la limpieza lo cerraba por mi.
-Es el primer día que se te ocurre bañarte en la noche, supongo- rió mientras con facilidad, empujaba la manilla hacia adentro, no era la típica manija que se giraba, por lo que comprendió que él no pudiera cerrarla.
Una vez salió del baño, caminó hasta la cama y se sentó junto al rizado.
-¿Trajiste hierba?- él preguntó.
-¡Dilo más fuerte! En Rusia no te escucharon- rodó los ojos, haciéndolo reír.
Entonces sacó de su bolsa una pequeña caja de aluminio, donde mantenía esa sustancia ilegal y de allí sacó 1 porro ya previamente hecho. Lo prendió y se lo pasó al chico frente a ella.
-Creo que empezaré a cobrártela- ella río.
-Hazlo- se encogió de hombros despreocupado, realmente no le importaba en que gastaba su dinero.
-Tu cama es cómoda- Olivia murmuró recostándose, la diferencia de ese colchón con el suyo era muy notoria.
Harry se quedó sentado, mirándola un poco, de encogió de hombros y sacó el porro de su boca.
-¿Quieres quedarte?
*
El agua de la piscina estaba fría, había rechazado la oferta del rizado y terminó saliendo de allí una media hora después. Aún no quería volver a casa por lo que se quedó un rato más.
-Olivia ¿Qué haces aquí?- una voz detrás le llamó la atención, haciéndola saltar de su lugar y levantándose lo más rápido que pudo.
-Lo siento, ya me iba- se disculpó, tratando de caminar lejos de allí.
Sin embargo la mano de aquel hombre la detuvo, agarrándola por el brazo. Le había dado escalofríos.
Se quedó estática, podía sentir la mano de su madre sosteniéndola, aquel toque le había traído demasiados recuerdos.
Se separó de inmediato, recordándose a sí misma que era por eso que no dejaba que la tocaran.
-Lo siento, no quise asustarte- Lucas le dijo, un poco extrañado por su actitud.
-Está bien- musitó.
-Me alegra encontrarte de hecho- sonrió -¿Cómo estás? ¿Qué tal él trabajo?
Olivia podría tener un poco de miedo pero no era una mala persona, mucho menos descortés. Trató de recuperar la compostura y le sonrió.
-Todo muy bien- exclamó -¿Cómo estás tú?
-Un poco estresado, nada grave- respondió, honestamente ella no sabía cómo responder.
-¿Por qué?- no tuvo otra opción más que preguntar.
-Cosas del trabajo- hizo un ademán con su mano, dando a entender que no era la gran cosa -¿Tienes algo que hacer más tarde?
-No- ella frunció el ceño -¿Por qué?
-Vamos a cenar- ofreció mirando su reloj -Conozco un lugar de hamburguesas asombroso- la manera de la que él sonreía fue lo suficientemente atractiva como para que Olivia dijera que no, así que aceptó.
*
Realmente no estaba tan emocionada de estar allí con él, no era buena socializando con hombres mayores que ella, la diferencia de edad se notaba bastante, Lucas estaba por los treinta, si es que no se equivocaba, lo supo al verlo pedir una cerveza y sacar su identificación para comprarla.
Habían hablando de muchas cosas relacionadas con el trabajo, cualquier pregunta de su niñez, era completamente desviada, no entendía por qué él quería saber tanto de su vida, con Harry las cosas eran mucho más fáciles, ella hacía las preguntas.
No había podido dejar de pensar en él y en lo tonta que había sido su decisión de no quedarse, esperaba qué él no se enojara por ello, había logrado hacerlo reír un poco después de semanas, no quería tirar su avance a la basura.
Las cosas comenzaron a tomar un camino extraño cuando aquel hombre puso su mano en una de sus piernas, haciéndola sentir extremadamente incómoda ¿Quién se creía que era?
No había intentado nada más en todo el rato que estuvieron ahí, pero eso era suficiente como para que ella quisiera irse de allí lo más pronto posible.
Acabaron de comer y después de que él pagara, volvieron a su auto, Lucas de había ofrecido a llevarla a casa.
Sin embargo, el camino que tomaron era completamente diferente al que ella conocía.
Y después de lo qué pasó, ella aprendió que no debía confiarse de nadie, al fin y al cabo su madre tenía razón, era una niña tonta.
*
Golpeó la puerta varías veces mientras trataba de contenerse, no quería llorar en medio del pasillo. El rizado abrió confundido de ver a Olivia parada frente a él.
No pasaron muchos segundos antes de que ella se lanzara hacia el, buscando un lugar en donde esconderse, lo abrazó muy fuerte antes de comenzar a llorar.
Harry frunció el ceño y rápidamente cerró la puerta.
¿Qué mierda se suponía que debía hacer?