El cerebro de Harry no podía comprender por qué Olivia lloraba, ni tampoco la razón por la cual estaba abrazándolo.
No reaccionó de inmediato, la puerta estaba cerrada y pasaron unos minutos antes de que él decidiera envolver sus brazos al rededor de ella.
-¿Qué pasó?- fue lo primero que se le ocurrió preguntar.
Sin embargo sólo obtuvo una mezcla de sollozos y murmuros a cambio, dejándolo aún más confundido todavía.
La verdad era que no le había pasado absolutamente nada, sin embargo cuando Lucas quiso besarla, le tocó ligeramente el muslo, provocándole un ataque de pánico en cuestión de segundos.
Había armado un escándalo en el que ella terminó saliendo del auto y arreglándoselas para llegar al hotel, en busca de Harry.
Olivia no le dijo nada, y eso era lo que más le agradaba de él, no necesitaba saber las cosas para ayudarla.
Terminó quedándose dormida allí.
*
Al día siguiente por la mañana, Olivia despertó y lo primero que notó fue ese olor característico de un día lluvioso, se estaba cayendo el cielo, desde donde se encontraba podía ver las gotas cayendo por la ventana. No tenía ganas de levantarse ni mucho menos irse, no tenía auto, ni dinero para el subterráneo.
Harry dormía a un lado de ella, dándole la espalda, por un momento olvidó el incidente de la noche anterior y estuvo a punto de entrar en pánico, sin embargo los recuerdos azotaron su cabeza fuertemente.
Tienes que alejarte de él, vas a arruinarlo.
Y la verdad era que sí, moría por irse de allí y no sabía por qué.
Finalmente se levantó con cuidado de no despertar al rizado, quien roncaba bastante fuerte a decir verdad, era repugnante.
Tenía una sensación en la garganta, una sensación que ya conocía, se sentía avergonzada, humillada, había armado un escándalo sin razón.
¿Cómo iba a mirarlo a la cara ahora?
Al fin y al cabo, era su jefe, debía verlo con frecuencia. Tenía que renunciar, lo más pronto posible.
-¿Olivia?- la voz de Harry la hizo voltear hacia él.
-¿Si?
Sin embargo él volvió a dormirse, haciéndola reír un poco. Lo ignoró y procedió a buscar su bolsa y tratar de encontrar unas monedas.
-Puedes tomar de mi billetera si quieres- la voz del rizado se volvió a escuchar -Fingiré que no sucedió.
Harry tenía una pequeña sonrisa en el rostro, que ella no podía ver, sin embargo mantuvo los ojos cerrados.
Ella estuvo a punto de no hacerlo, sin embargo necesitaba comprar algo para comer también, por lo que accedió.
Ese fue el primer acto de bondad que él le demostró.
Tal vez después de todo, la loca era ella.
*
Es casi media noche, Olivia estaba en su apartamento terminando tarea que debía entregar al día siguiente en la universidad. Había comprado unos cuantos sándwiches pre hechos que podría comer esa semana, gracias a Harry.
También se había puesto a revisar ofertas de trabajo, no quería seguir yendo al hotel, no quería verle la cara a Lucas nunca más, no podía.
Había muchas opciones, sin embargo había algo que la detenía de querer tomar alguno, extrañaría ver al rizado todos los días.
Se había convertido en una grata compañía, en alguien que la escuchaba, era la primera persona que conocía que parecía no querer nada a cambio, no la juzgaba, nunca había conocido a alguien así.
Sería muy difícil decirle adiós.