─¿Harry, aún sigues aquí? ─la voz de la madre Geneva hizo que el rizado suspirara, cerrando su única maleta y dejándola sobre la cama ya tendida.
─Sí ─medio gritó, caminando hacia el baño para conseguir su cepillo de dientes y algunas otras cosas que le faltaban.
─He traído algo para ti ─ella dijo cerrando la puerta. Observó la habitación con cierta nostalgia y apretó el pequeño sobre amarillo pálido que sostenía.
Harry no dijo nada, sin embargo se acercó a la mujer con cierta confusión.
─Tu padre dejó esto para ti algunos meses después de aquel día ─ella murmuró, sabiendo lo mucho que a Harry le molestaba que se lo recordaran, pero era necesario.
Aún así, el chico tomó el sobre con cierta desconfianza, era un sobre grande y estaba amarrado con un botón y una cuerda, la cual desenrolló. Sus ojos se abrieron con sorpresa.
─¿Él dejó esto para mí?─ murmuró y por un segundo sonó como un niño pequeño otra vez. ─¡Me mintió! ─ Y de un momento a otro, todo había hecho sentido en su cabeza. ─¡No planeaba volver! ─rugió con enojo, lanzando el sobre y su contenido al suelo, dejando que los billetes se desparramaran por el lugar.
─Tu madre estaba muy herida, debes entenderlo, no iba a tratarte bien después de lo que hiciste.─La mujer rogó, tratando de acercarse a él.
─¡Yo no hice nada y no te atrevas a decir eso otra vez! ─volvió a gritar, la vena de su cuello se notaba cada vez un poco más.
─¡Harry, solo toma el dinero, lo necesitas! ─ volvió a decir, inclinándose a recoger los billetes. Él ni siquiera se inmutó.
Su padre había dejado todo ese dinero porque sabía que jamás volvería por su hijo. Y eso, aunque el no lo dijera, le rompía un poco más el corazón, si es que aún quedaban pedazos completos de el.
*Los capítulos serán mas largos pronto, esta es como una introducción para que conozcan un poco más la vida de Harry y Olivia*