Capítulo 1

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Este es el primer capítulo del fanfic, vuelvo a aclarar que NO ES MIO, si les gusta agradezcan a la hermosisima autora que se hace llamar sweet.dreams.89, cuando hayan partes con lemon avisaré ara quien no guste de ese tipo de lectura, actualizaré cada semana aunque aún no tengo específico que día :) :) Espero que les encante este fic así como a mí o más. Gracias por leer, dejen su estrellita, comentario y anexen a su biblioteca o/y listas de lectura.


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-"¿sabes que ni aunque vivieras 100 vidas no te merecerías el amor de Peeta, verdad? –

-¡No! –

Abrí los ojos en ese justo momento, sobresaltada, mi respiración estaba acelerada, notaba como unas pequeñas gotas de frio sudor rodaban por mi frente y mi cuello. Enfoque la mirada al pequeño despertador, las 7 de la mañana, recorrí la habitación con la mirada dirigiéndola a la ventana y la pose sobre las ramas del árbol del jardín. Un pequeño escalofrío me recorrió al ver al pequeño pájaro, sus suaves y brillantes pumas negras se agitaron, levanto un ala para peinarse con esmero las plumas del costado, pude ver el impoluto blanco. Volví a estremecerme, no podía evitar tener sentimientos encontrados con el simple hecho de ver esa pequeña ave. Ahora todo era diferente...todo había cambiado, ahora todo era ¿mejor? ¿Para quién? Para mí desde luego que no...

-ssssshhhh... -oí susurrar a mi oído. Otro escalofrío recorrió mi cuerpo, pero este era diferente -¿otra pesadilla?

Negué con la cabeza suavemente, mentiría si le dijera que sí, aunque estuve tentada a hacerlo, solo por la reconfortante sensación de ser estrechada (aún más) entre sus fuertes y cálido brazos.

-solo ha sido un sueño raro... -Acaricie la mano que tenía posada sobre mi cintura. Una mano suave pero fuerte y grande, perfecta para alejar las pesadillas.

No pude evitar mirar de nuevo por la ventana, aquel pájaro seguía allí acicalándose. Maldije en silencio al sinsajo de plumaje carbón y como si el animalillo me hubiera oído echó a volar. Por un segundo pensé que se metería en la habitación lo que provocó en mí otro sobresalto, por lo que sin darme cuenta me pegue aún más a mi compañero de cama.

-Hey...Katniss...¿Qué...? –

-Nada...a...a...abrázame... -conseguí murmurar tartamudeando. Pude oír perfectamente el suspiro de preocupación pero no dije nada, me deje abrazar en la misma posición en la que estábamos, él acomodado contra mi cuerpo desde atrás, encajado perfectamente, como dos piezas de puzle, cerré de nuevo los ojos y dejé que el suave ritmo de su respiración contra mi oreja me relajara.

Hacía meses que la guerra había acabado, no podía llamarse de otro modo a esa rebelión de la que me habían hecho participar, de la cual sin pretenderlo me habían hecho su símbolo, la amante trágica, la superviviente, la joven que había desafiado al capitolio y su farsa...Una guerrea necesaria con muertes innecesarias.

Apreté los ojos con más fuerza, tenía...no, debía eliminar esos pensamientos, no me hacía ningún bien pensar en la pequeña Rue, el valiente Finnick, o en...en quien más me dolía mi dulce hermana Prim.

Antes, en ocasiones como esta, cuando un simple pájaro me hacía recordar, me dejaba ir y me hundía en mi dolor, dejaba que la tristeza me invadiese y dejaba de ser yo. Dejaba de comer, me pasaba días enteros tirada en la cama, envuelta entre las sabanas, incluso descuidaba mi propia higiene. Me culpaba y me atormentaba, quería dejarme morir. Incluso después de que é volviera, de volver a la "vida", de volver a ser consciente de mi propia existencia, tenía episodios de esos cada pocos días. Al principio él se alejaba, me dejaba sola, hasta que recuperaba la cordura.

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