Capítulo 37 (Penúltimo)

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 Dedicado a KarlaLeslieHernandez

Solo así pude hacerlo preciosa :) 


Los abrazos dentro de la casa habían durado demasiado. Me gustaba ver a la gente feliz, pero tanto contacto físico me desagradaba un poco. Y a parte estaba el hecho de que mi madre estaba fría y distante. Podría haberse ahorrado las molestias y no haber venido. Como en mi cumpleaños. Al parecer su familia se había acabado cuando Prim dejó de existir. Y mentiría si dijera que la mía también. Ahora tenía una nueva familia. Mi familia era Peeta, mis amigos. Sobre todo aquellas personas que sabían que significaba luchar en la arena y sobrevivir. El amor que alguna vez sentí por mi madre se había ido esfumando poco a poco, y aunque me sentía un poco culpable, era ella quien lo había provocado. ¿Cómo podría querer a alguien que casi mata de hambre a dos niñas pequeñas? Todas sufrimos por la muerte de mi padre. Y ahora que estaba enamorada podía comprender lo que se había sentido mi madre al perderle. Es posible que yo acabara como ella. Hundida, muda y muerta en vida. ¿No lo había estado ya? Pero yo, a diferencia de ella, no tendría a nadie por quien luchar. Ella debería haber luchado por nosotras. Y eso era algo que no podría perdonarle nunca. Y ahora con su distanciamiento, con sus acusaciones silenciosas, se había terminado cualquier rastro de relación y afecto entre nosotras. Era posible que esta vez fuera la última vez que la viera. Y eso dolía un poco.

Preferí permanecer cerca de Gale y Peeta, sobretodo del primero. Le había echado de menos. Demasiado. Echaba de menos salir a cazar y que él estuviera esperándome en nuestro lugar de encuentro. Que asustara a los conejos o a las ardillas para que yo pudiera atravesarles el ojo con una de mis flechas. Que limpiara mis manos de sangre. Echaba de menos sus "Catnip" y su risa. Esa risa que solo yo oía cuando compartíamos un poco de quedo de Lady.

Pasados unos interminables minutos Peeta volvió a tomar mi mano y nos dirigimos todos juntos hacia el jardín. Cuando cruzamos la puerta la gente que allí se encontraba empezó a aplaudir y a cantar una canción sobre amor y felicidad. Una pequeña Posy corrió hacia mí y se abrazó a mis piernas. Temí que tuviera las manos sucias, pero cuando Peeta la cogió en brazos y vi como la niña sonreía, el miedo se esfumó, nunca me había preocupado por algo así y nunca iba hacerlo. Sus ojos verdes se posaron en los míos y se lanzó a mi cuello aún sujeta por Peeta.

-¡Te echo de menos Katniss!

-Yo a ti también pequeña... -Acaricie los pequeños bucles de su pelo y la abrace con cuidado. Quizás fuera a la única criatura que le permitía un acercamiento más próximo.

Hazelle se acercó a nosotros y con solo una mirada a su hija hizo que ésta se bajara de los brazos de Peeta.

-no nos ha molestado señora Hawthorne... -Ella le sonrió

-Lo sé... -Agarró la mano de su hija –Muchas felicidades chicos...me alegro que intentéis ser felices –se acercó a mí y me abrazó.

-Gracias Hazelle... -La rodeé con mis brazos, ella había sido como una segunda madre para mí. Casi más que mi propia madre.

-Os voy a dejar disfrutar de la fiesta...Gracias por la invitación

Sonreí mientras se alejaba, Peeta volvió a agarrarme de la mano, pero no duró mucho ya que decenas de personas se acercaron a felicitarnos, más de los que habían sido invitados. Estaba segura de que alguien había avisado a más gente de la necesaria. Suspiré pesadamente. No quería una gran celebración, no quería una lista de invitados numerosa. Quería encerrarme en casa con Peeta. Que me quitara el vestido y me hiciera el amor. Pero aun así forcé una pequeña sonrisa por cada una de las felicitaciones y dejé que las personas que no habían sido invitadas por nosotros personalmente disfrutaran de la fiesta. No había muchas fiestas por aquí, así que un poco de distracción no venía mal a nadie. Incluso sonreí ante al abrazo y los dos sonoros besos que le dio Delly a Peeta después de darme un simple beso en la mejilla a mí. ¿Aún no se había rendido?

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