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Las clases para Ella eran cada vez más sencillas. Historia ya no se le dificultaba y los profesores notaban cada vez más seguido sus cambios.

Pero Ella no tomaba todo el crédito, pues Tim era el que se encargaba de ayudarle cuando algo se le hacía difícil. Entre besos y sonrisas, Tim le enseñaba lo que Ella necesitaba.

Timothy se sentía en las nubes.

La ilusión de que Ella iba a ayudarle a hacer de él una nueva y mejor persona cada vez se hacía más grande.

Ella no acostumbraba demostrarle cariño como él lo hacía, con besos y palabras dulces prácticamente cada vez que la miraba, pero sabía recibirlo con los brazos abiertos y una sonrisa en los labios.

Los días fueron pasando y las vacaciones de invierno habían llegado, pero no para Ella, pues desde su primer año en el instituto, ella no tomaba ese receso.

Ella se sentó en su cama con un plato de galletas que había prácticamente robado del comedor, viendo a Emma empacar sus cosas en una gran maleta.

"¿A dónde irán este año?" preguntó tragando una de las galletas, Emma le miró.

"Sidney." Susurró, Ella asintió.

La familia de Emma siempre pasaba las vacaciones de invierno en alguna playa del mundo. Sin nieve, sin frio, ni chocolate caliente.

"Sabes que siempre puedes venir con nosotros..." dijo Emma cerrando su maleta y sentándose a un lado de Ella en la cama. "mi mamá te adora." Tomó una galleta y la mordió. Ella negó con la cabeza, igual que cada año. A Emma no le gustaba irse y que cada año Ella se quedara, no le gustaba dejarla sola. Más sola de lo que ya estaba.

"El instituto es divertido cuando está vacío..." dijo Ella, dejando el plato a un lado, levantándose de la cama y abriendo las cortinas, mirando la nieve caer delicadamente sobre el suelo. "además no soy la única que se queda." Ella sintió a su mejor amiga asentir y Emma la siguió a la ventana y la abrazó de los hombros.

"Voy a llamarte y a traerte muchos recuerdos." Le susurró al oído y le besó la mejilla. Ella miró a su repisa mientras Emma se alejaba y bajaba la maleta de su cama y preparaba un bolso.

Varios recuerdos de las ciudades a las que Emma había viajado desde que se conocieron estaban colocados meticulosamente sobre la repisa que descansaba en la pared del lado de Ella. Playas en bolas de cristal, postales de ciudades caribeñas y fotos de monumentos que Ella siempre quiso ver la adornaban, junto a fotos de ella y su mejor amiga acomodadas entre cada uno de los recuerdos.

Ella sonrió. Estaba segura de que algún día iría personalmente a cada ciudad y disfrutaría de todo eso,

"¿La ópera de Sidney?" preguntó Emma poniéndose su chaqueta Ella asintió.

"Un programa y un koala de peluche." Emma sonrió.

"Te traeré también un canguro..." susurró y Ella sonrió. Se miraron, y, por última vez, se abrazaron. "esta es la última vez que nos separamos en navidad." Susurró Emma, Ella asintió en su cuello y se separaron.

"Te acompaño." Le dijo Ella, tomando uno de sus bolsos y abriendo la puerta de su habitación para que Emma pasara.

Dos semanas sola.


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