XXXIV. I've tried but you don't let me.

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Una vez que el cargador regresó a mis manos me quedé allí, simplemente parada, sin moverme y como me había acostumbrado a hacer últimamente cada vez que tenía a Harry cerca, con la vista clavada en el suelo.

-Yo…yo solo venía en busca de esto.-balbuceé enseñándole el cargador.-Déjame salir.-agregué un poco nerviosa. Maldita Cloe, menos mal que me había dicho que Harry estaba en la cocina.

-Ya te dije que ninguno saldrá hasta que hablemos.-contestó tranquilo pero decidido mientras caminaba cauteloso hacia la única silla que había en su habitación.-Ten, siéntate.-añadió acercándola a mí.

-Y yo ya te dije que no tenemos nada de que hablar, ahora déjame salir.-protesté ignorando la silla.

-Mía, por favor, no me hagas obligarte.-suplicó.

-¿Acaso no lo estás haciendo? No sabía que encerrar a alguien en un cuarto es una forma de demostrarle que no la quieres obligar a nada.-dije sarcásticamente aún mirando el suelo. Él suspiró, o al menos eso me pareció escuchar.

-¡Cielos Mía, enserio que quiero hacerlo bien, y lo he intentado pero tú no me dejas!-exclamó frustrado llevándose las manos a la cabeza.

-¿Ahora es mi culpa?-pregunté incrédula.-Oh lo siento, no sabía que yo había apostado sobre ti.

-No seas inmadura. Sé que yo cometí un error y es mi culpa pero tú no me dejas arreglarlo así que eso también te convierte en culpable.-comentó un poco molesto dándose la vuelta aún con las manos sobre su cabeza y quedando de espaldas a mí.

Estuve a punto de responderle otro comentario lleno de sarcasmo pero cuando dijo esas palabras fue como si alguien hubiera tocado una tecla en mi mente aclarándome todo. Harry tenía razón: yo estaba siendo inmadura y en el fondo lo sabía muy bien.

Toda la bronca que había estado sintiendo en los últimos días se desvaneció en menos de un segundo y me sentí libre. Aunque no parezca cierto estar enojado con alguien comienza a cansar, y más si es alguien a quien en realidad amas.

Me dejé caer sobre su cama y me quedé en silencio observando el edredón, ya no tenía nada que responderle. Lo escuché acercarse a mí.

-¿Algún día vas a mirarme de nuevo a los ojos?-preguntó abatido agachándose y apoyando sus manos sobre mis rodillas. Era curioso pensar que unos minutos atrás lo hubiera apartado.

-Sí, supongo que sí.-contesté en un susurro apenas audible luego de unos segundos en silencio. Luego levanté lentamente la cabeza y lo observé.

Wow, ya casi había olvidado que existía ese verde tan particular que solo había visto en un lugar: sus ojos. Como ya lo suponía volver a mirarlos era lo único que me faltaba para perdonarlo del todo, por eso antes había intentado por todos los medios evitarlos.

-¿Eso significa que me perdonas?-preguntó mientras se le formaba una sonrisa de lado.

-¿Qué? ¡Claro que no! Para eso primero tendrás que comprarme unos chocolates, unas flores o uno de esos osos gigantes que salen en las películas.-dije con el tono más serio que pude.

-¿Qué?-exclamó sorprendido y no pude evitar soltar una carcajada ante su expresión.

-Solo bromeaba.-respondí aún riendo.-Solo hay una condición para que te perdone.-añadí.

-Entonces dímela, haré lo que sea.-afirmó sin pensarlo.

-Que tú me perdones primero.-solté. Él se quedó mirándome fijo por un instante como si creyera que yo estaba bromeando.

-No tienes que pedirme perdón por nada Mía, sé que todo fue mi culpa.-comentó sacudiendo la cabeza.

-Pero aún así yo…-comencé a replicar pero algo me detuvo. Los labios de Harry estaban presionados suavemente sobre los míos.

Antes de que pudiera reaccionar él ya se había separado unos milímetros y me miraba preocupado, como esperando que lo abofeteara o algo así, pero al contrario de eso coloqué mis manos en sus mejillas y lo besé nuevamente.

-Te amo Mía.-susurró entre mis labios antes de comenzar a presionarlos con más fuerza.

-Har…-balbuceé-Harry…-añadí alejándolo de mí.

-¿Qué pasó?-preguntó confundido.

-No me dejas respirar.-expliqué riendo.

-Oh, lo siento.-se disculpó torpemente.-Bueno…supongo que ya te tendría que dejar salir para que volvamos con los demás, ¿no?-agregó.

-Sí, supongo que sí.-contesté pasando mis dedos por sus alborotados rizos.

-De acuerdo, vamos.-dijo depositando un rápido beso en mis labios y luego tendiéndome una mano para ayudar a incorporarme.

-Muy bien, vamos.-acordé, esta vez depositando yo un beso en sus labios.

-Claro, vamos.-afirmó rodeándome con sus brazos y besando mi frente.

-Mhmh, vamos.-emití un sonido de asentimiento abrazándolo con más fuerza.

-¡Cielos Mía, deja de hacer eso! Es enserio, tenemos que volver con los demás.-comentó riendo mientras abría la puerta y me tiraba rápidamente del brazo para sacarme de allí antes de arrepentirse.

Cuando bajamos encontramos a todos alrededor de la mesa comiendo mientras charlaban animadamente.

-¿Pero en dónde se habían metido?-preguntó Niall riendo al observar nuestras manos entrelazadas.

Di un suave tirón para separarlas avergonzada pero Harry la apretó más fuerte impidiéndomelo. Luego me condujo hasta los únicos lugares que quedaban vacíos. Él se sentó al lado de Liam y yo de Cloe. Al verla recordé que me había dejado el cargador en el cuarto de Harry.

-Oh, Cloe olvidé el cargador arriba. Ahora voy a buscarlo.-dije comenzando a levantarme de mi asiento.

-Descuida, ya no lo necesito.-respondió ella dirigiéndole un guiño cómplice a Harry.

-¿Pero qué…?-exclamé dirigiendo mi mirada de Cloe a Harry y luego de vuelta a Cloe.-¿Qué fue eso?-inquirí seriamente.

-¿Qué cosa?-preguntó Cloe haciéndose la desentendida.

-Vi que le guiñaste el ojo a Harry, no soy tan boba.-protesté.

-Ooh, ¿sí? Harry, ¿tú viste que yo te guiñara un ojo?

-Mm no, claro que no. ¿Por qué lo preguntas?-comentó él siguiéndole el juego a mi amiga.

-¡Ya paren! ¿Saben que los odio no?-pregunté frustrada, aunque obviamente era una pregunta sin sentido ya que eran unas de las personas que más quería en el mundo: mi mejor amiga y el chico que amaba.

Afraid of falling in love.(Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora