Aproximadamente un año después.
Hoy era el gran día, al fin me mudaba sola. Había entrado en la Universidad de Brighton y me alojaría en el campus para estudiantes.
-Hija no te olvides de llamarnos todo los días y si no puedes al menos escríbenos un mail.-me suplicó mi madre mientras me ayudaba a bajar mis cosas.
-Mamáaa.-protesté.-Ya te dije que no te llamaré todos los días, es una exageración.-le repetí como por séptima vez en el día.
-Está bien, de acuerdo.-aceptó.-Llama día por medio.-propuso, suspiré ruidosamente en señal de protesta.-¿Quieres quedarte aquí y telefonearnos día por medio o prefieres venir a Canadá con nosotros? He escuchado que las universidades allí son muy buenas.-añadió.
-Oh no, claro que no. Te llamaré cada una hora si eso es lo que quieres pero no me moveré de aquí en un largo tiempo.-dije con seguridad.
-Muy bien, así me gusta.-comentó mi madre.
Luego de conseguir un carrito para cargar mis cosas me despedí de mis padres (lo cuál llevó unos largos minutos ya que mi mamá no se dignaba a soltarme de su abrazo y dejarme ir, mi padre al contrario me sonreía con orgullo) y comencé a caminar en busca de mi nueva habitación.
Afortunadamente no tardé mucho en encontrarla. No era demasiado grande pero tampoco tan pequeña. Estaba amueblada con un par de camas, un par de escritorios con sus sillas y un confortable sillón enfrente de un televisor.
-No está nada mal.-pensé mientras colocaba mi valija sobre una de las camas, la que estaba más próxima a la ventana. Lo único que aún no me convencía era no tener mi propio baño, sino uno compartido con todas las chicas del edificio, pero supuse que ya me acostumbraría.
No había ni rastros de mi compañera de cuarto, al parecer se le había hecho tarde. No pude evitar ponerme a pensar cómo sería y si podría hacerme amiga en verdad de ella. Tomé mis horarios y los examiné. En quince minutos debía estar en el edificio principal para la presentación y bienvenida de los nuevos estudiantes así que decidí intentar encontrar el edificio antes de que se me hiciera tarde. Recién había dado unos pasos fuera de mi habitación cuando sonó mi celular. Rodeé los ojos segura de que sería mi madre.
-No puede ser que nos hayamos despedido hace menos de diez minutos y ya me esté enviando mensajes.-pensé. Pero cuando observé la pantalla del móvil me di cuenta de que no era ella. Eran mensajes de felicitaciones por haber entrado a la universidad de Cloe, Niall, Adi, Jane, Loui, Zayn, y Liam. No pude evitar decepcionarme de que ninguno fuera de Harry pero en realidad ya sabía que no habría uno de él. Desde mi partida de Eastbourn, de vez en cuando aún mantenía contacto con los chicos pero yo misma le había pedido a Harry que no me llamara, enviara mensajes, ni ninguna otra cosa por el estilo. Suspiré y seguí caminando. Les respondería más tarde o iría retrasada.
-¡Cielos!, ¿quién diseñó esta universidad y por qué tiene que ser tan complicada?-se me escapó en voz alta. Llevaba diez minutos caminando y no podía encontrar el edificio. A menos que ocurriera un milagro, lo cuál no era nada probable, ya llegaría tarde.
-No tengo la menor idea pero si quieres te ayudo.- se ofreció una voz a mis espaldas con una suave risita. Me quedé congelada. ¡No, no podía ser! Seguramente existían miles de personas con voces similares, debía de ser eso.
-¿Harry?-susurré para mí misma mientras me daba la vuelta despacio, sin pretender que fuera quién fuera el que había hablado me oyera.
-¿Quién más tiene una voz tan sexy como la mía?-preguntó él con su tan frecuente tono arrogante y una sonrisa gigante en el rostro. Yo también sonreí. ¡Cielos, como había extrañado su arrogancia!
-¡Harry!-exclamé radiante aún sin ser capaz de creer lo que estaba viendo, y conteniendo las ganas de arrojarme sobre él.
Pero apenas unos segundos después mi sonrisa se desvaneció.
-¿Qué sucede?-preguntó preocupado.
-Yo…yo te abandoné. No puedo verte después de un año y hablarte como si nada.-tartamudeé.
-¿Qué?-inquirió sorprendido, como si eso fuera lo último que esperaba oírme decir.- Mía…escúchame. No tenías otra opción, ¿crees que si le pedías a tus padres quedarte en Eastbourn te hubieran dejado?
-Probablemente sí.- me lamenté.
-No, no lo hubieran hecho- me contradijo firmemente.-Además no me abandonaste, hablamos de esto, por eso te di el anillo, ¿lo recuerdas?-añadió. Instintivamente llevé mi vista hacia el pequeño anillo que yacía en mi dedo, no me lo había quitado ni una sola vez desde el momento que él lo había colocado allí, hacía ya más o menos un año. Aunque no las había vuelto a leer aún recordaba las palabras Now and Forever grabadas en su interior con una esbelta caligrafía.
-¿Qué haces aquí?-cambié de tema un poco incómoda, pareciendo un poco brusca aunque esa no fuera mi intención.
-Estoy estudiando en la universidad de Welkin, este es mi segundo año. No queda muy lejos de aquí y cuando Cloe me avisó que habías entrado a Brighton no pude resistir a venir a verte.-explicó orgulloso de su idea.
-Oh, no lo sabía, felicitaciones entonces.-exclamé.
-Gracias.-respondió antes de que se instalara entre nosotros un silencio un poco embarazoso. ¿Cómo se suponía que debías hacer para volver a tener la misma relación con una persona después de no verla ni hablarle por más de trescientos sesenta y cinco días?
-¿Quieres que vayamos a tomar algo? Hoy tengo el día libre.-me invitó Harry acabando con el silencio.
-Ohh, em… lo siento, pero no puedo. Tengo mi presentación en aproximadamente…-comencé a decir deteniéndome para consultar mi reloj.-…Wow, comenzó hace un minuto.-agregué desesperada.-En verdad lo siento.-me disculpé.
-No te preocupes.-constó él, aunque su expresión demostraba un poco de tristeza.-Seguramente es en el edificio principal, y está por allí.-añadió señalando hacia el lado contrario al que yo había estado yendo.
-Oh, claro, gracias Harry.-comenté antes de comenzar a caminar rápidamente en esa dirección sin mirar atrás. Pero de repente no sé qué fue, pero algo me hizo cambiar de opinión. Me volví sobre mis pasos corriendo.
-¡Harry!-grité antes de que se marchara. Él se dio la vuelta para observarme y abrió un poco los labios, seguramente para preguntarme qué pasaba, pero yo no le di tiempo para hacerlo. Me abalancé sobre él como había tenido ganas de hacer apenas lo había visto y entrelacé mis manos detrás de su cuello. Él, un poco sorprendido, me rodeó la cintura y me apretó con fuerza, levantándome unos centímetros del suelo.
-Te he echado de menos cada día, te amo Harry.-confesé con mi mentón descansando sobre su hombro. Y luego me separé un poco de él, pero solo lo suficiente para poder alcanzar sus labios y así destruir definitivamente y para siempre toda la distancia y el tiempo que nos había separado.
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Holas a todos/as!! Muchisiimas gracias por leer mi historia, enserio se los agradezco mucho. También muchas gracias por sus votos, opiniones, comentarios y todos sus aportes. Espero que la hayan disfrutado y les haya gustado a pesar de que no sea perfecta, tengo una personalidad un poco rara y algunos días escribo bien, otros mal o sino cambió mi forma o estilo de escribir no sé por qué y lo peor es que es algo que no puedo controlar jaja pero bueno de todos modos espero que les haya gustado. Me gustaría que me dejen su opinión sin importar si es buena o mala, graciias y los/as quiero muchoo! :) un beso gigante!
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Afraid of falling in love.(Harry Styles)
Fiksi PenggemarÉl tiene todo el verano para enamorarla y a pesar de que lograrlo va a ser más difícil de lo que esperaba luego se dará cuenta de que en realidad lo más complicado no es ganar su amor sino dejarlo ir. (Fanfic de One Direction en la que los chicos no...