Cucú, cucú. La repitente palabra de la grabación, una y otra vez, grabada en mi cabeza, no me dejaba ni siquiera pensar, miro a una de las cuatro grises paredes, parecen mirárme.
- ¡Aquella pared me está mirándo! - grito afónico - ¡SE CIERRAN! ¡ME CIERRAN! -
( . . . )
No lo entiendo, él era el mejor chico, siempre ayudaba en todo...