Las ruedas están dando vuelta, maquinaria rota muele debajo de nosotros y todo alrededor de lo que veo, los techos torcidos, los antiguos pasillos conocidos, el tapiz sucio que cubre la pared, la escalera destrozada, la cama en la que estoy sangrando, hemos tratado de combatir esto pero nunca hemos vencido.
Y a la luz de la lámpara de gas que trae tanto vida como muerte, si esto es como la noche anterior, éste podría ser mi último aliento y así me sostengo, firme a cualquier mano que veo, pero nada está bien, ellos siempre me están viendo y nadie viene, nadie viene a llevarme a casa.
Él toma mi fotografía, aunque no sé la razón, sus manos están temblando, aunque lo veo intentando verse tranquilo. Él piensa que no parece que estamos conectados, pero lo que él no sabe es que cuando el guardia viene a llevarme seré torturada hasta el amanecer.
Él está a la ventana, él siempre está mirando hacia abajo mientras estamos siendo golpeadas ¿Cómo esta maldita ciudad puede desconocer lo que está pasando a todas sus niñitas? Ellos tienen al pirata, ellos están cortando sus rizos y ella está gritando, no la dejaran, y yo estoy soñando con alegrías que jamás he conocido.
Por lo menos estoy respirando, por lo menos tengo mi ingenio. Pero cuando el carro venga quién estará enterrada en la fosa, debajo de mi ventana, escucho a un caballo pasar y en la celda de al lado una interna comienza a llorar, hicimos lo mejor que pudimos para calmar el alboroto, sabemos que mañana podría ser cualquiera de nosotras.
Y a la luz de la lámpara de gas que trae tanto vida como muerte, si esto es como la noche anterior, éste podría ser mi último aliento y así me sostengo, firme a cualquier mano que veo, pero nada está bien, ellos siempre me están viendo y nadie viene, nadie viene a llevarme a casa.
Y nadie viene, nadie viene a llevarme a llevarme a casa.
