Capítulo 5: Matar o Morir.

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La intranquilidad inundaba el aire a las 4:45 am. Ningún soldado podía dormir, pensando en que seguían viajando sin rumbo, sólo hacia adelante. Quizás se alejaban de las respuestas, quizás se adentraba más a encontrarlas o iban directo a su muerte. Una vez que eras mordido no había vuelta atrás, a la infección la acompañaba la agonía extrema y luego la muerte y resurrección, los infectados pedían a gritos que los matase, que acabarán con su sufrimiento de una vez.
Alice pensaba cada día: ¿que habrán sentido sus padres y su pequeña hermana, de tan solo 4 años, cuando fueron mordidos? ¿Habrían sufrido mucho? ¿Habría hecho lo correcto al matarlo? Las incógnitas rondaban en su cabeza cada noche y la dejaba en vela.
Hace mucho se había quitado el privilegio de llorar, de sentirse débil.
Se levantó y vago dentro del autobús para encontrarse con los demás, al parecer nadie, o al menos la mayoría, no podía conciliar el sueño.
***
El sol azotaba las ventanas, el amanecer se hizo ver, esa era señal de que debían seguir.
Tomaron sus armas y bajaron del transporte. No podían seguir viajando sin rumbo, quizás se alejaban de las respuestas.
Alice reunió a sus soldados, al borde de la carretera para hablarles.
_ Escuchen... - medio grito acercándose y portando su fal, guardando su revolver en el cinturón que iba por su cadera y un cuchillo en su bota. - esto ya no es un juego, ni un simulacro, es la realidad si mueren no empezarán de nuevo para reconocer en donde se equivocaron y corregirlo. Aquí matan o mueren. - informó. Vio a lo lejos unos jóvenes jugando tiro al blanco con sus armas, gastando municiones. Se acercó a ellos con aire amenazador, sacó el cuchillo y lo lanzó, este cayó en el centro de tiro.
_ Escuchen. - les grito - aquí no mal gastamos nuestro tiempo y fuentes de vida - hablo refiriéndose a las municiones - por un simple juego. ¡¿Creen que las balas se encuentran en la calle?! - pregunto gritando.
_ No señor. - exclamaron, antes de entregar sus municiones.
***
Alice se encontraba practicando tiro, ya que al perder la movilidad en sus dedos debía practicar, aun no lograba que el impulso del arma no la volteara de espaldas y no lograba su objetivo.
Joe la observaba divertido mientras ella tomaba distintas posturas para disparar. Quiso disparar con una mano y esta vez el impulso la hecho y cayó sentada; tiro el arma a un costado muerta de rabia.
Joe decidió ayudarla, desde su lugar disparo y llego al blanco.
Y se adentro al campo de manera victoriosa
_ Pudiste haber entrado sin hacer todo ese show - se burló Isabelle.
_ Bromeas, Soy Joe y mis entradas son las más épicas. - dijo con ironía. - ahora a practicar novata. - bramó. Sabía que a ella no le gustaba que le dijeran novata, pero Joe tenía un plan. Isabelle se volvió hacia Joe de manera amenazadora y fría.
_ No soy una novata y si sabes lo que te conviene no volverás a llamarme así - su semblante era frío, que hasta Joe sintió necesidad de correr.
_ Uy que miedo. - se burló. - ni si quiera puedes portar un arma. - contraatacó.
Isabelle, muerta de furia, empujó a Joe a un lado; con su mano herida portó su arma y toda su fuerza se concentró en su brazo, hizo una leve mueca de dolor y disparo, manteniéndose firme en su lugar y el balín (una bala improvisada de barro, ya que no se permitía mal gastar las balas) llegó a su blanco limpiamente y sin titubear.

La Guerrera Corazón De PiedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora