Capítulo 17

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Pasa una hora para que Nathan entre silenciosamente a nuestra habitación.

No dice nada, sólo se recuesta a mi lado pasando un brazo por mi cintura y acercando mi espalda a su pecho. No lo rechazo pero tampoco me relajo en sus brazos como normalmente lo hago.

Ayer era mi príncipe azul encantado de otro planeta, ahora sólo es un extraño en mi cama.

Si tuviera las fuerzas lo alejaría pero pasar una noche sin dormir llena de sentimientos tan intensos me hacen querer permanecer en silencio. Ya ni siquiera tengo fuerzas para llorar.

***

El sol está en su punto más alto, mi cuerpo se siente entumecido por haber permanecido tanto tiempo en la misma posición. Decido levantarme, mi estómago está pidiendo a gritos comida.

Me libero suavemente del agarre de Nathan, y al voltear lo encuentro profundamente dormido. Lo examino con la mirada y noto detalles que hace unas horas no pude apreciar.

Su eterna ropa negra esta manchada de una extraña sustancia oscura, el borde inferior de sus pantalones llenos de tierra y su cabello está en un revoltijo desordenado.

Mi ceño se frunce al pensar como pudo haberse ensuciado tanto. ¿A dónde fue anoche? ¿Qué hizo? ¿Lo habrá atacado algo?

Las punzadas en mi cabeza no tardan en aparecer y voy al baño a despejarme un poco.

Después de estar fresca por el agua caliente y de tener un nuevo cambio de ropa cómoda me dirijo a la cocina.

Ya no me sorprendo al ver el desastre en el que se convirtió nuestra casa, sólo lo ignoro, mi objetivo es llenar mi cuerpo de comida.

El refrigerador no fue afectado, por lo que puedo fácilmente prepararme unos huevos revueltos y algo de jugo de naranja. Me alegro cuando nada sale quemado o arruinado.

Después de desayunar decido que no puedo seguir viendo todo como ahora esta, así que agradeciendo llevar unos pantalones de yoga y una blusa fresca, tomo la escoba y recogedor.

***

Son las tres de la tarde para cuando todo queda medianamente parecido a como estaba antes.

Tuve que poner en grandes bolsas negras de plástico toda la vajilla, libros que quedaron ilegibles, patas rotas de las sillas, cuadros rotos, y la mayoría de las cosas pequeñas que antes adornaban nuestra casa.

A lo mejor había disfrutado de todos esos detalles poco tiempo, pero ya los sentía míos, por lo que fue difícil deshacerse de todo.

Tuve que poner los sillones de nuevo en su sitio y voltear la mesa a su estado anterior. Hice la limpieza del piso y perfumé todo muy bien.

Ahora me siento satisfecha y un poco más cómoda. De todas formas agradezco la distracción. Ponerme a limpiar no me permitió pensar en nada de lo que había pasado.

Sonrió tristemente al notar como mi vida ha cambiado; al principio pensé que era para bien pero ahora me doy cuenta que las cosas no son lo que parecen.

Observo todo distraídamente y luego noto que el esfuerzo de este día me ha dejado con una ligera capa de sudor, mi ropa esta manchada de polvo y mi cabello se siente grasoso.

Quiero meterme en la gigantesca tina que tenemos en nuestra habitación, pero sólo con pensar en que ahí estará el hombre que me tiene con el alma en un hilo, se me van las ganas.

Aún no estoy lista para enfrentarlo.

Decido que me ducharé en el baño para invitados que está aquí en el primer piso. Pienso en que mi ropa también está arriba, pero al correr a buscar en el armario del baño encuentro el pijama de Nathan que consiste en un pantalón gris muy suave y para hacer deporte, además de una playera blanca.

Para quedarme (ÁPERANTI I) #PBMinds2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora