Capítulo 2

502 51 6
                                    

No sé en qué momento me quedé dormida.

¡Santas gomitas verdes! Todo está obscuro. La noche debió haber llegado mientras dormía. Mis ojos recorren la inmensidad del bosque.

De día este lugar puede ser un paraíso, pero mentiría si dijera que justo ahora no parece el Lago Cristal en donde Jason mataba a sus víctimas.

Si, sé que dije que no entiendo a las personas paranoicas con cosas paranormales, pero vamos, soy una chica que se toma sus películas de terror muy en serio.

Me levanto sobre mis rodillas y comienzo a meter todo apresuradamente en mi bolsa. Nunca me había quedado tan tarde, seguramente papá va a matarme, y si no lo hace, siempre existe la posibilidad de que la niña de The Ring aparezca para ahogarme en un pozo. Basta Sky. Pero mientras intento que el caballete entre de la forma correcta siento como por mi brazo escurre pintura.

Maldición

Había olvidado que traía un tubo de pintura color blanco en la boca, supongo que de tanta fuerza, apreté de más.

Para tener 19 años eres bastante torpe Sky. Reprende mi estúpido subconsciente. El cual debió ponerse en marcha antes y despertarme, no molestarme ahora.

Escucho una ramita romperse a mis espaldas. Cada tipo de asesino serial y monstruo de la niñez aparece en mi cabeza. Pero no volteo, me quedo perfectamente congelada en mi lugar; arrodillada frente a mi bolsa, con pintura escurriendo y todo.

Más pasos se escuchan, suenan cautelosos, tiene que ser una persona. Bien, eso al menos significa que no es un lobo enorme con ganas de sangre. ¡Dios! En serio debo dejar de ver películas de terror.

En mi mente hay una fiesta de disfraces aterradores, cuando escucho una voz melodiosa, gruesa, pero liviana.

- ¿Te encuentras bien?

Me quedo callada recordándome que no es bueno hablar con él, las protagonistas siempre mueren por interactuar con el asesino.

- ¿Estas herida? - Otra vez esa voz. ¿Herida? ¿Por qué diría eso?

Decidida a averiguar que quiere este amable hombre o probable asesino, me volteó encontrándome con un chico.

Error. Ese no es un chico. Es un hombre.

Está parado a unos tres metros de mí, casi no puedo ver sus facciones pero puedo notar que parece un par de años mayor que yo, su cabello es completamente negro, esta vestido con pantalones apretados oscuros y chaqueta de cuero. Pero sus ojos. No puede ser.

Debe ser una ilusión de mi mente, o la poca iluminación que hay. Porque son de un sólido e interminable color negro.

En serio, no distingo la pupila.

Sin darme cuenta pego un grito echándome para atrás. Esto no puede ser natural.

El chico avanza unos pasos pero son suficientes para hacerme sentir amenazada y darme la vuelta para correr por mi vida.

No me importa estar dejando mi bolsa con todas mis cosas, yo sólo puedo escuchar las pisadas del extraño hombre tras de mí.

Después de unos segundos, todo queda en calma, ya no hay sonidos, sólo se escucha mi pesada respiración en medio del oscuro bosque. Me detengo para ver a mi alrededor. Nada. Qué raro. ¿En dónde se habrá metido?

Dirijo mi vista al frente y pego un brinco tan inesperado que pierdo el equilibrio y caigo.

El hombre está justo a unos centímetros de mis pies. Se ve confundido y divertido al mismo tiempo.

-¿Qu-que quieres? - Tartamudeo con tanto temor y tan bajito como puedo.

El sólo sonríe. Y ¡Santa Vaca! Es precioso. Céntrate.

Se encoje de hombros y baja algo de su espalda. Mi bolsa. La pone sobre mis piernas y se da la vuelta.

- ¿A dónde vas? - no sé por qué lo pregunto, pero me sorprende su tranquilidad, como si asustar a mujeres solitarias en el bosque fuera algo que hace todo los días.

Tal vez lo haga, pienso.

Sin detenerse voltea su cabeza dejándome ver toda su frustración.

- Es tarde, te llevaré a casa y si no te apuras te dejaré - dice

- ¿Llevarme a casa? - Digo aún desde el suelo transmitiendo mi confusión.

Rueda los ojos, que curiosamente parecen normales ahora, se voltean y sigue caminando.

Reviso mentalmente mis opciones: irme de la misma forma en que llegue, ósea caminando, es un no, considerando que la baja temperatura me hará morir de frío. Correr, hasta yo misma me río por pensar eso, mi condición física grita un absolutamente no. No pasan coches por aquí así que lo único que me queda es irme con él.

Resoplo y me levanto lo más rápido que puedo para correr tras su figura. Pero cuando estamos en el borde del camino algo me detiene.

- ¿Por qué estabas ahí en el bosque? - Grito. Después de todo nunca había visto a más personas ahí. Podría considerarlo mi pequeño secreto.

Se detiene al lado de un impecable Camaro negro, abre la puerta del piloto y sonríe.

- No eres la única que a veces quiere escapar Sky. - Dice mirándome fijamente.

Avanzó hacia el coche hasta llegar a la puerta del acompañante, dudo en abrirla.

¿Cómo sabe mi nombre?

upport���v'��

******

Buenas. Soy Mare & espero me acompañen en esta mi primera historia.

Para quedarme (ÁPERANTI I) #PBMinds2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora