Capítulo 7

364 41 8
                                    

Cuando salimos de la casa puedo ver que estamos cerca del bosque de la noche anterior. Él se pone sus gafas y su gorro. Caminamos a su auto y me abre la puerta, entro y espero a que él también lo haga.

Mientras, me fijo un poco en su casa. Parece hecha de madera pura, se ve algo grande, con tres pisos y en forma de cabaña, es bastante bonita.

Al voltear a los lados me doy cuenta de que no hay más casas. Extraño.

Nathan entra, enciende el Camaro y arrancamos.

- No sería conveniente vivir con personas a nuestro al rededor. Hemos investigado sobre sus costumbres y su forma de actuar pero aún no estamos listos para socializar - dice contestando a mi pregunta interna, ya ni siquiera me sorprendo.

- ¿Cómo pretendes hablar con mi papá si no sabes comportarte?

- No dije que no supiera comportarme, además eres mía, él tiene que acostumbrarse a mí

- Si, bueno, sobre eso... - digo con cautela

- Lo sé, voy a explicarte. En mi planeta, como ya te dije, es una tradición encontrar a tu pareja eterna, es decir Misó. Desde que somos pequeños nos enseñan a socializar con todos pero sin tocarlos. Ya que el toque es lo que desencadena esa unión. Excepto si son de tu familia, ya que si llevan tú sangre es imposible unirse.

- Pero si no pueden tocar a nadie entonces, ¿cómo se unen?

- Cuando cumples treinta étones, que para ti serían unos quince años, puedes comenzar a cortejar o a conocer personas. Es decir, si alguien te llama la atención pues le pides verse un poco más. Sí después de un tiempo los dos se sienten identificados o conectados de cierta forma entonces se los comunican a sus familias y ellos realizan algo así como una ceremonia en donde se tocaran por primera vez - me cuenta lentamente

- ¿Y cómo pueden estar tan seguros de que cuando se toquen esa unión pasará?

- No puedes estarlo, de hecho en ocasiones ha pasado que cuando se tocan no ocurre nada. Por esa razón deben pasar un tiempo conociéndose. Debes seguir tus sentimientos.

- Pero... - comienzo diciendo muy confundida - nosotros no nos conocíamos, nunca habíamos interactuado. ¿Cómo pudo pasar?

- No lo sé. Por eso mi familia se encuentra un tanto escéptica, pero no te preocupes, lo averiguaremos - dice sonriendo y tomándome de la mano.

- ¿Es normal sentirte de esta manera? Es decir, esas imágenes de mi misma desde tu perspectiva, tus pensamientos, lo que sientes.

- Absolutamente si, ahora estamos unidos, ya no estaremos solos nunca más. Somos uno solo.

Yo sólo puedo sonreír y voltear a ver por la ventana.

Por muy extraño que parezca estoy tranquila, sé que él dice la verdad, puedo sentirlo y eso no puede ser falso. Aun no entiendo el hecho de que él venga de otro planeta pero tengo que irlo digiriendo poco a poco.

Aún hay mucho que quiero preguntarle, pero cuando me doy cuenta ya estamos frente a mi casa.

Me volteo hacia Nathan muy asustada. Por estar en mi cabeza no se me ocurrió preguntarle que íbamos a decir.

El sólo me regala una sonrisa y sale del auto, me abre la puerta y me toma de la mano.

Mientras nos acercamos a la puerta me pregunto cómo reaccionará mi papá. Soy su pequeña bebé. Nunca salgo, ¿cómo se supone que conocí a este hombre?

Mamá, en donde quiera que estés, manda serenidad a papá.

Nathan me mira frunciendo el ceño, pero antes de que pueda decirme algo la puerta principal se abre y mi papá se lanza hacía mí.

- Sky, ¿estás bien? ¿Por qué no llegaste en la noche? ¿En dónde estuviste? Y ¿quién es este hombre? ¿Te hizo daño? - dice mientras me toma en sus brazos y mira de mala forma a Nathan.

Lo de hacer muchas preguntas lo saque de mi padre bien parece.

Me separo un poco y lo miro a los ojos.

- Estoy bien papá, él es Nathan - me ahorro el decir que somos porque ni yo misma se cómo llamarle - no me hizo daño y en dónde pase la noche te lo explicaré en un momento, pero primero entremos a la casa.

Me mira un poco enojado y también confundido pero finalmente obedece y entra.

Le doy una sonrisa de disculpa a Nathan y esta vez yo lo tomo de la mano. Por alguna razón siento que ahora él es el que necesita apoyo. Le doy un apretón y entramos.

Nathan se quita las gafas y su gorro. Mientras entro me doy cuenta de que esta mucho más cálido. Fuera hace frío y sigo sin tener un suéter.

Mi papá mira nuestras manos unidas, bastante contrariado. Nos sentamos en el sillón de dos plazas frente a él.

- Señor, mi nombre es Nathan Wood, y vengo a pedir la mano de su hija.

Abro los ojos como platos y volteo a ver a papá. Esta rojo, sé que está enojado y sorprendido.

¿En que estaba pensando? ¿Por qué dijo eso? ¡Santos caballos bebés!

Nathan ¿en que nos has metido?


********

En multimedia encontrarán la manera en la que yo imagino el bosque que esta cerca de la casa de Nathan.

Amor | Mare

Para quedarme (ÁPERANTI I) #PBMinds2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora