Capítulo 3

457 51 7
                                    


- ¿Vas a quedarte ahí? - Su voz me saca de mis ensoñaciones.

Me le quedo viendo fijamente, solo el auto nos separa. No puedo sacar de mi mente sus ojos completamente negros, pero ahora sólo me encuentro con suaves ojos miel. Intento encontrar alguna incomodidad en su cara, puesto que lo estoy mirando fijamente pero en lugar de eso sólo veo una fría mirada.

- No es de buena educación quedarse viendo a las personas fijamente - me dice.

- Lo siento pero no entiendo todo esto - levanta una ceja, y yo me exaspero - es de noche, ¿qué hacías ahí? ¿Por qué pensaste que estaba herida? ¿Cómo encontraste este lugar? - tomo aire y pregunto lo más importante - ¿cómo sabes mi nombre?

Lo veo arrugar el ceño, mirándome como si fuera la persona más frustrante del mundo.

- Primero, esas son un montón de preguntas, segundo, precisamente es tarde, así que métete al coche.

Levanto mi ceja mirándolo con desconfianza.

- Contestaré todo en el camino - añade.

No estoy muy segura de porqué lo hago pero me meto al asiento del pasajero y cierro la puerta. Espero a que él este a dentro, y arrancamos.

Dentro del auto todo es de cuero, pero curiosamente huele como a madera y a un perfume natural. Es electrizante.

Pasan unos tres minutos en silencio esperando a escuchar todas sus respuestas, hasta que me doy cuenta de que no parece querer hablar.

- ¿Y bien? - Pregunto

- ¿En serio? Eres bastante paranoica Sky.

- Deja de llamarme por mi nombre.

- Bien, bien. La verdad es que acabo de mudarme aquí, así que hoy decidí ir a explorar, cuando llegué te encontré sobre la roca, no iba a molestarte pero vi como la sangre salía de tu brazo, quería ayudar.

- ¿Sangre? - digo confundida - Era pintura.

- Si, me di cuenta al acercarme, pero créeme que a lo lejos esa mancha blanca parecía sangre.

- La sangre es roja, ¿cómo te confundirías?

Se queda callado por unos segundos. Abre la boca, pero se lo piensa mejor y la vuelve a cerrar. Decido zanjar el tema e ir al punto.

- ¿Cómo sabes mi nombre?

- Te he visto en el pueblo - se encoje de hombros como si no fuera la gran cosa.

- Pues yo no recuerdo haberte visto, y de todas formas eso no explica como sabes mi nombre.

- No es mi culpa que seas tan distraída. Y para que dejes de preguntar, ese día un hombre mayor, que supongo es tu padre, te llamó por tu nombre.

Me quedo callada pensando en sus palabras. No recuerdo haber salido al pueblo con mi padre últimamente.

Siento una punzada en mi cabeza y decido que por hoy debería dejar de pensar.

Miro al frente y me maravillo de lo precioso que esta el cielo. Nuestro pequeño pueblo está en las montañas, así que desde aquí parece como si pudiéramos tocar las estrellas.

A nuestro alrededor no hay ni un alma, lo único que alumbra el camino son los faros del Camaro y la brillante Luna.

De pronto me percato de cuanto frío tengo. Hoy salí sólo con mis pantalones de mezclilla apretados y una blusa de tirantes con flores. Odio los suéteres.

- Tienes frío - dice más como una afirmación que como una pregunta.

Sólo asiento y lo veo mover unos botones para luego sentir una ligera brisa caliente. Se siente maravilloso, no puedo creer que no me haya dado cuenta del frío que hace mientras aún estaba afuera. Gimo internamente por lo bien que se siente sobre mi piel.

Mi cuerpo impacta hacía el frente cuando el auto frena en seco, pero gracias a que meto mis manos, me puedo sostener y no golpearme.

- ¿¡Que rayos te pasa!? - grito un poco histérica.

Observo a mi alrededor buscando algún animal salvaje o quizás una persona en el camino sin embargo no hay señal de algo que haya podido haber causado ese freno.

Lo veo respirar fuerte y apretar sus manos en el volante.

- ¿Qué me está pasando? - lo escucho susurrar.

No entiendo nada así que sólo me quedo ahí mirando a su perfil.

Después de un rato voltea a verme y acerca una mano a mi mejilla. Yo me congelo. No sé qué está sucediendo. Pero antes de que pueda tocarme, frunce el ceño y retira su mano. Se acomoda y arranca el auto.

Voy tan ensimismada en mis pensamientos, tratando de entender que había pasado, cuando veo como mi casa aparece frente a nosotros. Tal vez él tenga razón y soy muy distraída.

Quería preguntarle como sabía que vivía aquí pero se veía bastante enojado, no sé si conmigo o con el mismo.

No apaga el carro y parece esperar a que salga, ni siquiera voltea a verme. Mientras, yo me quedo ahí congelada en mi lugar sin saber qué hacer.

- ¿Pasa algo? - mi subconsciente me grita que huya, pero siento una terrible curiosidad por este hombre y las cosas que pasan a su alrededor.

Voltea a verme y mueve su cabeza de izquierda a derecha.

Antes de que pueda arrepentirme me acerco y planto un pequeño beso en su mejilla. Papá siempre dice que se debe ser agradecido.

Pero al primer contacto de mis labios con su suave piel, siento una descarga.

Y no, no de esas cursis y románticas descargas. Literalmente siento como corre por mis venas una sensación de fuego.

No es agradable.

Antes de que pueda entender que pasa, me siento mareada.

El mundo desaparece. Sólo hay oscuridad.


*******

Espero estén disfrutando esta historia tanto como yo. Tengo millones de ideas en mi cabeza que espero funcionen.

Muchos besos | Mare

Para quedarme (ÁPERANTI I) #PBMinds2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora