Capítulo 27

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Fuertes golpes me hacen despertar por la mañana.

¿Qué es eso?

Al mirar el reloj noto que no es tan temprano como pensaba. Es mediodía.

¡Dios, esto del embarazo!

¿A quién engaño? Soy muy perezosa.

Me levanto y bajo a ver de dónde viene tanto ruido. Me encuentro con un hombre en pantalón de mezclilla claro, sin camisa y sudoroso. Yo conozco ese cuerpo.

Adam.

- ¿Qué crees que estás haciendo? – pregunto enojada desde el final de la escalera

Voltea a verme con una sonrisa socarrona y un martillo en la mano, me desconcentro un poco. Su abdomen está lleno de pequeñas gotas de sudor, me gustaría lamerlo hasta hacer brillar de limpio ese lavadero.

¡Sky, ¿qué estás pensando?!

- Un pajarito me dijo que a alguien le derribaron la puerta así que aquí estoy

Así que eso está haciendo. Con razón tanto ruido y glorioso sudor.

- No tenías que venir a arreglarla – digo desconcertada

- Quería hacerlo – se encoge de hombros y sigue con lo que sea que hacía antes

Es raro tenerlo en casa, más que nada porque hace días que no hablábamos. No tenemos una gran relación.

Me alejo de él para ir a la cocina por un poco de desayuno. En serio es mi habitación favorita de toda la casa.

Esta vez me arriesgo un poco y preparo hot cakes, café y jugo de naranja.

Milagrosamente no quemo de nuevo la cocina, pero si me tardo al menos una hora haciendo doce esponjosos panques.

Para cuando termino Adam también, me grita que usara el baño para quitarse todo el sudor y yo le grito de regreso que está bien, pero internamente hago pucheros por no poder quitarlo yo misma.

¿Qué pasa conmigo? Seguramente son las hormonas de embarazada.

O simplemente eres una pervertida susurra mi voz interior

Me concentro en sacar los vasos, platos y tenedores para tener todo listo para cuando Adam salga de bañarse. La verdad es que agradezco su ayuda, sé que ayer debería haber ido al pueblo para pedir una puerta nueva pero estaba muy cansada para eso. Lo menos que puedo hacer es darle de desayunar.

Sí, para mí el mejor gesto de agradecimiento es la comida.

Cinco minutos después tengo enfrente a un mojado Adam.

¿Mencioné ya que sólo tiene una toalla alrededor de su cintura?

Trago saliva y me tiemblan las manos. Algo pasa con los alienígenas, son todos demasiado bellos y sexis. Se supone que deberían ser bajitos y de piel grisácea, quizás con un par de ojos demasiado grandes y calvos.

Pobre de mí.

- Está bien para mí sí sigues comiéndome con la mirada pero realmente quiero desayunar – comenta tomándome con la guardia baja

- Yo no te estaba comiendo con la mirada - digo indignada, en serio, hasta finjo poniendo una mano en mi pecho

- No mientas Sky, ahora préstame ropa si no terminarás violándome sobre esta mesa

Me ruborizo por sus palabras y corro por las escaleras, escucho su risa todo el camino.

En el armario saco un pantalón y camiseta de Nathan. Recuerdo que también necesita ropa interior y busco entre los cajones hasta que encuentro una bolsa con unos nuevos bóxer negros

Para quedarme (ÁPERANTI I) #PBMinds2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora