Capítulo 18

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Haber pasado los últimos dos días con Nathan fue absolutamente complicado e incómodo.

Casi no nos dirigimos la palabra, solo nos limitamos a ignorarnos el uno al otro, lo cual agradezco ya que aún no estaba muy segura de que sentir a su lado. Afortunadamente la mayoría del tiempo se la pasó en casa de sus padres, a excepción del primer día en el que trajo un camión enorme con todas las cosas que iban a remplazar nuestros antiguos muebles.

Le agradecí con una sonrisa pero técnicamente era su culpa en primer lugar así que no hice un gran drama de ello.

No me había vuelto a intentar besar y ni hablar de dormir juntos, solo se instaló en la habitación de invitados del primer piso.

Hoy es jueves; me siento relajada y tranquila. Nathan salió por la mañana sin decirme a dónde iba, lo cual no me preocupa. Desde que esa barrera se construyó entre nosotros ya no puedo sentir lo que él y eso de alguna forma me hace verlo como un extraño.

Estoy a punto de llegar al final del segundo libro de la trilogía de Tahereh Mafí, a pesar de todo aun me sigue emocionando cada detalle.

Escucho un ligero toque en la puerta y me extraño, no espero a nadie.

Me doy un vistazo en el espejo de la sala un poco preocupada por estar vestida de esta forma. Únicamente llevo unas medias rotas negras y un enorme suéter a juego que llega por encima de mis rodillas. Descalza abro la puerta un poco y me sorprende encontrar unos suaves ojos azules.

- Hola, yo pasaba por aquí para... ¿Saludarte?

Me le quedo viendo a Adam y parece entender mi mueca de confusión.

- ¿Puedo entrar?

En mi cabeza no encuentro razones para decirle que no, aunque eso es lo que quiero, y abro la puerta aún más para dejarlo pasar. De todas formas no es como si me fuera a hacer daño, en teoría somos familia, o algo así.

Lo observo en silencio mientras hace un barrido a la casa. No entiendo que hace aquí, la última vez que nos vimos no fue la mejor experiencia y sé que Nathan enloquecerá si lo encuentra aquí.

Al voltear me mira curioso, yo no aparto la mirada, no sé por qué pero desde que estoy con Nathan es imposible que otra persona me intimide.

- ¿Está mi primo?

- No, pero presiento que eso ya lo sabías

- Solo quería asegurarme

Asiento invitándolo a sentarse en la sala mientras yo voy por un poco de jugo. Al volver lo encuentro leyendo la contraportada de mi libro.

- Aquí tienes – digo poniéndole el vaso en frente – esa es mi historia favorita

- Suena bastante fantasiosa

- Yo creía que los extraterrestres eran mentira y mírate aquí.

- Supongo que si – suelta el libro y toma un trago de su jugo bajo mi atenta mirada – gracias está muy bueno

Me frustra esta conversación tan banal, yo sé que hay una razón para que esté aquí.

Esas medias se ven sexis

Lo miro mal pero antes de poder decirle algo, otras palabras vienen hacia mí.

Es más callada de lo que creí

- Tu tampoco hablas mucho - digo sin pensar

Abre los ojos con sorpresa y se le tiñen las mejillas de un rosa suave.

Para quedarme (ÁPERANTI I) #PBMinds2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora