El universo llega más allá de lo que los seres humanos piensan. A veces a mil años luz. En otras ocasiones puede estar al alcance de tu mano.
Sky es el pedacito de cielo que su papá protege como si fuera su vida.
A los diecinueve años vive llena...
Sus oídos no podían creer lo que escuchaban. En cada uno de sus planes hechos para cada posibilidad, nunca tomó en cuenta este cambio en la historia.
Él debía vengarse.
Él debía hacerla suya.
Todo ese tiempo desperdiciado para nada.
Pero debía actuar rápido si quería salvar aunque sea un poco su plan.
Puso sus palmas abiertas sobre la mesa que tenía en frente. Estaba frustrado y ligeramente mosqueado con la situación.
Dos firmes toques en la puerta lo hicieron levantar la mirada. Su amigo de toda la vida se asomaba con temor por la pequeña rendija.
- Pasa - dijo duramente
- Señor, yo... lamento lo sucedido
- Yo lo lamento más, pero aún hay esperanzas
- Pero señor, los Álloi no van a esperar más
- Lo harán, solo debo tocar los botones correctos, confía en mi
- Lo hago señor
- Lo sé, ahora, ¿hiciste lo que te pedí?
- Si, entregué la nota y el collar
Sonrió satisfecho por la noticia, eso significaba que quizás hubiera una luz en toda aquella oscuridad en la que se había metido.
- Perfecto, puedes retirarte - ordenó más tranquilo
Su sirviente dio la vuelta y salió dejándolo por fin solo con sus pensamientos, demonios y planes.
Fue hacía la ventana para poder observar sus alrededores. Oh, vaya que la Tierra era hermosa desde aquel punto de vista. Las montañas se veían a lo lejos, bañadas en un suave rocío de luz solar temprana, ya que casi amanecía.
Prendió uno de esos cigarrillos que en ese planeta tanto se consumían y se dispuso a relajarse. Sin embargo una mujer muy guapa lo interrumpió.
- ¿Qué haces aquí? - le pregunto algo molesto
- Vengo a anunciarte que tu familia llegó a Apéranti hace unas horas - dijo con la barbilla en alto
- ¿Y...?
- Los Álloi los tienen, como ordenaste
- Es una maravillosa noticia - se dio el lujo de sonreír
- Eso parece
- Ve y diles a los demás que estén preparados, es hora
- Enseguida
Parecía que estaba por irse aquella bella mujer, pero en cambio dio la vuelta, justo antes de salir, solo para cuestionarle algo que la atormentaba, a aquel que se hacía llamar su jefe.
- ¿Va a valer la pena todo esto?
- No tienes que cuestionar mis planes, yo sé lo que hago, tú solo asegúrate de acatar mis órdenes
- Pero ¿traicionar a toda tu raza?
- ¡Agatha, es mi última advertencia! – gritó intimidante
- ¿Acaso ella vale todo lo que estás haciendo?
- Eso y más querida
La mujer se fue con las mejillas encendidas y él sonrió de medio lado por el enamoramiento que tenía sobre él, ese que no llegaría a ninguna parte.
Él solo tenía ojos para una sola persona.
Una persona con la que compartía un enlace que casi podría considerarse como una unión Misó. Pero aún no podía develar aquel dato, no sin antes asegurar un futuro juntos.
Solo para él y ella.
Sólo para Adam y Sky.
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