Capítulo 30

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Cuando entramos a casa me dispongo a hacer algo de comer para Kay pero se niega educadamente alegando que yo había dicho estar cansada, aunque entre sus palabras puedo notar que tiene miedo a que queme de nuevo la cocina. Así que llamo a un restaurante del pueblo y pido la especialidad del día, porque él no tiene idea de que ordenar.

Cuando llega nos sorprendemos al ver un montón de pasta con queso, rico pollo en salsa, ensalada agridulce y dos rebanadas de pie.

Ambos comemos como desesperados.

- Fue delicioso - comenta acariciando su barriga cuando terminamos

- Lo sé, usualmente odio la pasta pero creo que mis bebés la aman

Nos sentamos sin fuerzas en los sillones y suspiramos al unísono. Estamos muy llenos.

Luego de un rato Kay recoge los platos y los lleva a la cocina, me gustaría ayudarle pero algo me dice que no podría llegar muy lejos con todo esta comida dentro de mí.

Cuando vuelve me encuentra bostezando audiblemente, a lo que sonríe.

- Tienes sueño - afirma con las manos en la cintura - ¿quieres ir a dormir?

- No, apenas son las cinco de la tarde - digo adormilada

Mueve frustrado la cabeza y se acerca a mí. Me levanta como a un bebé, comienza a subir las escaleras.

- ¿A dónde me llevas? - pregunto con mi cabeza enterrada en su cuello

- A dormir

Entramos en la habitación de esta mañana, la completamente blanca. Me pone en el suave colchón y me arropa con las esponjosas cobijas. Me sorprende ver cuando se acuesta del otro lado, pero encima de las cobijas, arrima mi cuerpo al suyo con un firme apretón y besa mi cabeza.

- Duerme

Pero antes de que lo dijera yo ya estaba perdiéndome en el mundo de los sueños.

***

Voces.

Voces resuenan duras y fuertes por toda la casa.

Despierto sobresaltada, volteo a mi lado pero no encuentro a Kay.

Bajo de la cama lentamente para no marearme, miro la hora: nueve de la noche. ¡Vaya que dormí un montón!

Recuerdo la razón de mi despertar, me pongo mis zapatos y bajo a investigar.

Kay es el primero en aparecer en mi visión, se ve firme y tenso. Unos pasos después puedo ver a Nathan, él se ve desesperado.

- No vas a verla - dice duramente Kay

- ¿Quién te crees que eres? Podrás ser el general pero esta casa es mía - contesta Nathan

- Lo es, pero la mujer de allá arriba no

- ¡¿Qué?! Sky es mi Misó

- Antes lo era - se cruza de brazos

Un chirrido de la escalera delata mi presencia por lo que ambos voltean a verme, Kay frunciendo el ceño y Nathan con vergüenza.

- Vuelve a dormir - me dice el primero

- No le des ordenes - contesta Nathan dando un paso hacia él

- ¡Basta! - grito

Bajo los pocos escalones que me faltaban y me acerco a ellos.

- ¿Qué haces aquí? - pregunto

Para quedarme (ÁPERANTI I) #PBMinds2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora