Cap.18 Siempre
Paula
No sé cuanto tiempo estuve parada en el mismo lugar, donde me encontraba antes de que se fue. Pero seguía con la misma cara de cabreada y echando humo por las orejas. No había manera de relajarme. Y eso que lo había intentando.
De verdad que estaba más nerviosa que lo normal. Tenía ganas de romper cualquier cosa, chillar a la primera persona que me hable. Incluso matar a alguien, a ella.
Lo único claro que tenía en la cabeza, era, o me relajaba ya, o lo iba a pagar con Javi o mi abuela. Puede que con los dos.
Estuve unos cinco minutos más o menos, respirando e inspirando.
Creo que hacía efecto, porque me encontraba un poco mejor. Pero todavía notaba el corazón latiendo rápido. Así que, seguí con mi manera de relajarme.
Hasta que, volvió a aparecer Javi, haciendo que parara.
-¿Sabes cuando volverá tu abuela?- en vez de contestar su pregunta, hablé de ella.
-¿Tienes algo con ella?- levantó una ceja, sin entender de lo que estaba hablando. Pero quien bien disimula, pensé.- Con María, no con mi abuela.- me corregí.
-No, ¿por qué?- preguntó al acercarse a mi.
-Solo pregunto, tu contesta.- se acercó y puse sus manos sobre mi silla.
Su cara estaba a pocos centímetros de la mía, notaba su respiración sobre ella y sus ojos clavados en los míos. Reconozco que estaba nerviosa, por tenerlo así de cerca. Porque me acordé de la otra vez. Pero debí de relajarme. Empezó a hablar
-No tengo nada con ella, ¿sabes por qué?- tragué saliva muy difícilmente.- Porque con la persona que quiero estar es contigo. ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir, Paula?- después de eso se fue dejándome con los ojos abiertos como platos y la boca también.
Estuve unos minutos procesando todo lo que me dijo. Y la verdad, iba en serio. Porque el otro día me dijo exactamente lo mismo, que me quería y todo ese rollo.
Ya estaba harta de todo, harta de esconder mis sentimientos. Harta de no poder decir lo que sentía. Harta de callarme. Harta de hacer como si nada pasara. Harta de ser tan mierda persona. Harta de mi orgullo. Harta de mi cabeza. Harta de todo. Así de simple.
Solo quería disfrutar de mi vida, que aunque no pueda caminar, por lo menos estoy viva. Aunque hubiera dado todo para no estar en esta maldita silla de ruedas. Pero dios lo quiso así y será por algo.
Pero pensaba hacer lo que sea para disfrutar. Porque ya me aburre estar siempre con lo mismo.
Me he dado cuenta que soy una tonta imbécil. Tanto insultar a los demás por meterse donde no les llaman y no me miraba a mi. Que hacía sufrir a toda persona que intentaba ayudarme. Pero lo peor de todo era, que me hacía sufrir a mi misma.
Así que con cuidado y a la vez con prisa me fui hacia la habitación en donde se encontraba Javi.
-¡Lo siento!- al escucharme se giró y se me quedó mirando.- Perdón por todo.- seguí pidiendo disculpas, lo necesitaba.
-¿Por qué lo sientes?- dijo al dejar lo que hacía y acercarse a mi.
-Por ser tan idiota, por tratarte mal, por todo en realidad..- mi mirada estaba puesta en la suya.
Quería que no solo por mis palabras, si no que viera en mis ojos que lo sentía de verdad. Que estaba siendo de lo más sincera. Y no sé porque, pero me estaba sintiendo increíblemente bien. Es como si hubiera nacido de nuevo. Notaba que ya no era al chica fría. Era yo, la verdadera Paula y eso me gustaba.
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A un paso © ® (Editando...)
Romance(Historia finalista a los premios Watty) ¿Qué se siente cuando eres pobre y tu mayor deseo no lo puedes cumplir? Pues así es la vida de Paula. Una chica joven de dieciocho años, que pasó los últimos años trabajando para poder apuntarse a un estudio...