Capitulo 29: No me dejes

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Narra Lindo

Entramos a esa casa de campo con la esperanza de que Valeria se encontrara allí.

Inspeccionamos la casa y no encontramos nada ni a nadie. Justo cuando iba a perder la esperanza escuché una voz -"Mis amigos vendrán a salvarme-" Era la voz de Valeria, podía decir con total seguridad que era la voz de ella.

-¡No, no lo hagas, no me mates!

Todos corrimos al lugar de donde provenía la voz.  Era un cuarto escondido. Ethan pateó la puerta y entramos.

Aquel cuarto era una calamidad: Estaba lleno de extremidades humanas pertenecientes a chicas.
Valeria estaba atada sobre una cama de metal mientras aquel tipo estaba a punto de cortarle el brazo.

Isabel disparó una flecha hacia él
-Déjala en paz, imbécil- Gritó

El hombre se tiró al piso por el dolor, fui corriendo a la cama para ayudar a Valeria. Rem me ayudó a quitarle las correas.

Valeria me abrazó con mucha firmeza.

-Lindo... creí que no vendrían. Estoy tan contenta-

Ella comenzó a llorar sobre mi pecho, la abraze igual y con cariño le acaricié el cabello, tal como lo hizo ella.

Marina se encargó de matar por completo a ese hombre. Salimos de aquella pesadilla.

-Dame tu brazo- Le dijo Daniel a Valeria

-¿Él te hizo eso?- Le pregunté

-No, me corté el brazo para dejar el rastro de mi sangre y así pudieran encontrarme- Respondió.

-Que inteligente, creo que esto es tuyo-Dijo Rem mientras le devolvia la daga a Valeria.

-Mi daga! Muchas gracias Rem-

Daniel se encargó de curar el brazo de Valeria. Me alegro de que ella esté bien y no pasara a mayores.

Seguimos caminando, por suerte no nos desviamos mucho del camino ya que faltaban 3 horas.

En la noche todos nos pusimos a platicar, tratamos de no hablar de lo que ocurrió ya que Valeria aún seguía asustada.

Cuando nos íbamos a dormir fui con ella.

-Gracias Lindo-

-No debes agradecerme-

Pude notar que se miraba inquieta ya que movía sus dedos sobre su cabello de manera nerviosa.

-¿Te sucede algo?-Le pregunté

-Tengo miedo de dormir, él me capturó en la noche, mmm... ¿podrías dormir conmigo?- Me dijo con una voz pequeña y débil.

La verdad no me esperaba que me dijera algo así, pero acepté, no podría rechazar a la chica que amo.

Los dos encagábamos perfectamente, ella se quedó dormida muy rápido. Se miraba tan serena y linda mientras dormía. Desearía que siempre esté así, que nunca sufriera como lo hizo ahora.

-L-Lindo...no me d-dejes...

-¿Qué?- Pregunté

Como no me contestaba la miré y vi que estaba dormida. En el fondo me sentía muy feliz de que me dijera eso, incluso si estaba dormida.

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