Bajo rápidamente del coche, estirando las piernas y bostezando como nunca.
Miro la gran casa con una mueca de preocupación, que Elena, desgraciadamente nota.-¿Tan pocas ganas tenías de llegar?-se ríe, haciendo que asienta débilmente.
-Me gusta eso de ir a conciertos seguidos de mis ídolos.-admito riendo, arrastrando la maleta hasta la acera.
Ambas nos giramos y nos despedimos con un saludo y una sonrisa de todos, para entrar en casa segundos después.
-¡Miriam, ya hemos llegado!-grita Elena haciendo que suene un rotundo eco.
-Estará durmiendo.-murmuro tirando de la maleta hasta mi habitación.
Saco toda la ropa y voy hasta el baño para echarla a labar, y cuando estoy dispuesta a volver, un brazo me agarra y tira de hasta la habitación de Miriam.
La miro unos segundos, tiene unas ojeras enormes y los ojos rojos e hinchados.
-¿Estás bien?-susurro cuando mira al suelo.
-No.-niega y va hasta su cama para tirarse encima sin mirarme.-Soy gilipollas.
-Ya.-me siento a su lado haciendo que me mire.-¿No se lo vas a decir, no?
-Ni loca, Kaila.-suspira.-Ya me odia bastante.
-No te odia.-bufo.-Es tu hermana.
-Me echará todo en cara y ya me repito yo bastante lo tonta que soy.-se quita una lagrima que había dejado escapar.-¿Me acompañas a la farmacia?
-Sí.-me levanto resoplando.
-¿Y que le decimos a Elena?-me mira dudosa.
-No me gusta mentir.-la miro tragando saliva.-Pero le diré que he quedado con Jesús.-susurro.-Solo esta vez.
-Gracias.-sonríe levantándose y mirandome.-¿Puedo darte un abrazo?
-Claro, boba.-le contesto abriendo los brazos.-Sal tu primero, no creo que te pregunte nada.
Ella asiente y se separa para sonreirme levemente. Ojalá que no haya nada dentro de ella, porque si no, no me quiero ni imaginar la que se va a liar.
-Bueno, voy a cambiarme mientras tanto, quedamos en la esquina de abajo.
******
Me hago una coleta descuidada, hace apenas unos minutos que Miriam ha desaparecido por la puerta sin decir nada.
A veces es tan maja que me sorprende.Tocan varias veces a la puerta y me giro para ver
a Kaila sonriendo nerviosa.-Hola.-me saluda y le sonrio como respuesta, volviendo a centrarme en mi reflejo.-Voy a ir a hablar un momento con Jesús, no volveré tarde.
Me vuelvo a girar con el ceño fruncido, viendo como se aparta el pelo de la cara algo nerviosa.
-Pero si lo acabas de ver.-le acuso.
-Si, pero...-bufa.-Ya le echo de menos.-sonríe.-¡Me voy o llego tarde!
Y sin decir más, desaparece dejandome algo aturdida.
Sin muy bien saber que hacer, me decido por bajar un rato a tomar el sol, y cuando ya llevo unos cuantos minutos, una sombra me lo tapa.
Abro los ojos y me quito las gafas con una sonrisa, que enseguida se me quita al ver a ambos gemelos sonriendome.
-¿Y Kaila?-pregunto dirijiendo mi mirada hacia Jesús, el que frunce el ceño.
-Eso mismo te iba a preguntar yo.-susurra sentándose a mi lado.
Saludo a Dani con un débil beso en la comisura de los labios y acabo por sentarme en sus piernas para seguir con la conversación que tenemos pendiente.-A mi me ha dicho que había quedado contigo.-digo extrañada.
-Pues no.-bufa él frustrado.
-Parece que me ha mentido, ¿no?-susurro decepcionada.
-¿Donde estará?-pregunta esta vez Dani, abrazándome cariñosamente.
-Pues no lo sé.-suspiro aun algo aturdida.
-Seguro que me esta poniendo los cuernos.-salta el muy mal pensado de mi cuñado.
-Ella no es capaz de hacer eso.-la defiendo.
-También creíamos que no era capaz de mentir y mira.
Me echo las manos a la cara, Kaila no sería capaz de engañar a Jesús con nadie, la conozco lo suficiente.
-Jesús, es tu novia.-ruedo los ojos.
-No es mi novia.-suspira aturdido.
-Pero de cierta manera es tuya, deberías fiarte de ella.
Me mira unos segundos y acaba por asentir cansado.
-Es que...-nos mira a ambos.-Tengo un miedo de cojones a que alguien más se de cuenta de lo increíble que es.
*******
-Aquí pone que tienes que mear sobre esto para saberlo.-se lo tiendo, leyendo las instrucciones.
-Pues que asco.-se queja, sentándose.-No me hago pis.
-Toma.-le tiendo una botella de agua.-Bebetela toda.
Da un suspiro y comienza a beber mientras yo releo las instrucciones.
Nos encontramos en el baño del Mercadona, ya que si volvíamos a casa todo se descubriría.
-Y dime, ¿Como fue?-murmuro, haciendo que me mire sorprendia.-¿Qué?
-¿Eres virgen?-abre la boca y asiento dudosa.
-Si, pero no me refiero a eso.-pongo una mueca de asco.-Quiero decir que como narices se te ocurrió.
-Lo hice con Marc, el chico más potentorro de todo el instituto,ya lo conocerás.-asiento.-No era la primera vez, porque llevamos años haciéndolo, pero queríamos probar cosas nuevas, como si borrachos sintiéramos más.
-Entiendo.-suspiro.-¿Te meas ya?
-No.-se encoje de hombros y da otro trago.-¿Nunca has pensado en hacerlo con un chico?
Ruedo los ojos sentandome a su lado en el suelo.
-Pues no, la verdad.
-Con Jesús caerás.-murmura y me sonrojo al segundo.-Tranquila,lo hace de muerte.
La miro sorprendida y ella simplemente rie dando otro trago.
-¿Con Jesús...?-suspiro y asiente.
-Si, fue una noche loca, y ambos estabamos muy cachondos, ya sabes, las hormonas.-trago saliba.-No te preocupes por eso, puedes estar tranquila, entre él y yo solo queda amistad.
-Vale.-susurro.-Bueno, ¿Te meas ya o que?-le digo borde, si, me ha sentado como una patada en la boca, pero debería tenerlo ya asumido.
Es el mismísimo Jesús Oviedo.-Si.-contesta levantándose.
Me giro incómoda, no es bonito de ver, la verdad.
Minutos después, se levanta del váter y me tiende el pequeño aparato.
-Miralo tu.-me pide y lo cojo con paciencia.-Si es que si, no digas nada, y si es que no, grita.
Asiento dudosa, mirando por fin el aparato.
Espero unos minutos a que se complete y después abro la boca sorprendida.-¿Qué?-insiste.
La miro y trago saliba.
Oh, oh.
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Eres el punto débil que me hace fuerte.{Gemeliers}
FanfictionQuizás solo se trate de encontrar a quién te sigue mirando cuando tu cierras los ojos.