-Pruébate este.-me pide Elena, dándome otro vestido y ruedo los ojos cansada.-Venga, solo faltas tú.
-Es que nada me queda bien.-me lamento, entrando de nuevo en el probador.-Ahora salgo.
Oigo como de repente todo se calla y solo se escucha la música de fondo que hay en todas las tiendas. Intentó abrocharme el lego vestido pero no puedo y abro la cortina para encontrarme de frente con Jesús.
-Uy.-murmuro sonrojándome.-¿Y Elena?
-Han ido a pagar.-me sonríe.-¿Te lo abrocho?
Asiento algo nerviosa mientras me giro para quedar frente al espejo, y en el reflejo, veo como las temblorosas manos de Jesús suben la cremallera poco a poco.
Pongo una mueca mirando como me queda. Por estas cosas odio ir de compras.
-Guau.-susurra mirando mi reflejo.-Estas increíble.
-No me gusta.-miro el suelo sonrojándome.
-¿Pero a ti te gusta algo?-sonríe y me muerdo el labio girándome hacia él.
-Todo lo que no tenga que ver conmigo.-admito.-Bueno, desabróchamelo.
-¿Te lo quedas, no?-ríe, volviendo a deslizar las manos por mi espalda.-Porque de verdad que te queda genial.
-Bueno.-me chupo los labios y lo miro.-Vale, si tú lo dices.
Lo veo sonreír una última vez antes de cerrar la fina cortina y me visto rápidamente para salir detrás de él.
-Joder, ¿y ahora dónde están?-le digo, viendo que no están por ningún lado.
-Ni idea.-susurra sacando el móvil.-Voy a llamarla, te espero fuera.
Asiento mientras me dirijo hacia la caja y pago el vestido rápidamente.
Una vez salgo a la calle, Jesús se acerca a mi algo nervioso.-Se han ido a comer.-me informa.-Creo que querían librarse de nosotros un rato.
-Acabarán liados.-apunto cruzándome de abrazos.-Se gustan.
-No sé yo.-se ríe y levanto las cejas obvias.-¿Tú sabes algo, no?
-Claro, se quieren.-vuelvo a repetir apartándome el pelo de la cara.-Bueno, ¿y qué hacemos ahora?
-¿Vamos a comer nosotros?-me propone y asiento nerviosa.
Joder, él me pone nerviosa.
Noto como me coge la bolsa de repente y frunzo el ceño pero comienza a andar y no me da tiempo a protestar.
-¿Qué haces?-me colocó a su lado.
-Buscar un Burger.-sonríe sin mirarme y me muerdo el labio intentando no sonreír.
-Allí hay uno.-señalo viéndolo de lejos.-Venga, vamos.
**********
-Deja de reírte de una vez.-le pido ya un poco molesto, pero no me hace caso. Vuelve a reírse y la preciosa sonrisa que ya hace tiempo me tiene complemente loco sale a la luz y joder, de verdad que es increíble.
Con solo verla sonreír lo malo es menos malo, es como, no se, ese punto débil que me hace fuerte.-Eres demasiado.-me dice y sonrío de medio lado dando un sorbo a mi coca-cola.-Dani.-se quita el pelo de la cara.-¿Vas a limpiarte de una vez el ketchup?
Frunzo el ceño confundido y Elena vuele a reír, cosa que me hace darme cuenta de lo increíblemente enamorado que estoy de ella.
-Estoy esperando a que lo hagas tú.-le digo para ver la cara que pone. Siempre que le digo cosas que le hacen entender muy a su pesar que quiero algo con ella se sonroja, se peina nerviosa y se muerde el labio intentando disimular.
-Bueno.-suspira y se levanta con una servilleta en la mano.-Sí no hay más remedio.
-Eh,eh.-me echó para atrás.-Yo me refería de otra manera.
-Pues tú estás muy flipado, creo yo.-me vacila y acaba por limpiarme con la servilleta.-Nunca cambiarás.
-Por ti lo haría.-admito sonriéndole coqueto, cosa que hace que frunza la nariz y se siente intentando no sonreír.-Va enserio.
No dice nada al respecto, simplemente acaba por dar un bocado a su hamburguesa y revisar su móvil con desgana.
Desde que conocí a Elena he sabido que ella era lo más bonito que podía desear, que sería lo más importante y lo más valioso de mi vida. Y es que dicen que nos hacemos adictos a quienes nos devuelven las ganas de sonríe, y joder, no hace falta pasar más de un segundo con ella porque os aseguro que ya estaréis sonriendo.
Y ahora sé que, si me dieran la opción, la volvería a elegir mil veces más.-¿Puedes dejar de mirarme tan así?-me pide y frunzo el ceño.-Me pones nerviosa.
-Es que...-intento excusarme pero se que ya no puedo ocultarlo más, tiene que saberlo.-Quiero..
-¿Qué quieres?-pregunta dudosa debido a mi nerviosismo.
-A ti, eso es lo que quiero.
**********
-¿Y no tienes miedo?-le pregunto a Kaila, viendo cómo levanta la mirada al no entenderme.-Osea, quiero decir.-me chupo los labios.-¿No tienes miedo a que la gente empiece a insultante por empezar a ser nuestra amiga?
-Yo he elegido esto.-intenta explicar y la veo sonreír.-Bueno, no lo he elegido exactamente, pero no estaría aquí si no quisiera.-suspira.-Sois mi nueva aventura.
Sonrío sin poder evitarlo y me llevo una cucharada de mi MacFurry a la boca.
-Hay veces...-murmuro llamando su atención.-Hay veces que solo me hace falta estar contigo para entender la vida.
-Si supieras lo desastre que puedo llegar a ser no dirías eso.-me reta con una sonrisa.-Pero supongo que soy demasiado egoísta para permitirme alejarme de ti ahora.
-No quiero que lo hagas.-susurro captando su sorprendida mirada.
-Bueno.-sonríe nerviosa.-Ibas a tener que aguantarme si o así durante muchísimo tiempo, así que, mejor.
La miro fijamente haciendo que tragué saliva. Tiene un color de ojos preciosos y el brillo más bonito que he visto en la vida. Y joder, la forma en que me mira, me mata. Porque lo hace como si de verdad fuera lo más importante de su vida, como si fuera ese tesoro que cada uno tenemos y hostia, adoro que lo haga porque me siento tan increíble que es inexplicable.
-Me estás poniendo nerviosa.-susurra sin apartar la mirada de mi.-¿Tengo algo en la cara?-sonríe y parpadeo varias veces intentando que no se note lo nervioso que me pone.
-No.-trago saliva.-Solo la sonrisa más bonita que he visto en la vida, nada más.
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Eres el punto débil que me hace fuerte.{Gemeliers}
FanfictionQuizás solo se trate de encontrar a quién te sigue mirando cuando tu cierras los ojos.