XXXII

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Entró en casa corriendo y cierro la puerta detrás de mí, tirando la mochila por los aires y subiendo corriendo al piso de arriba, en busca de Miriam.

-¿Qué te pasa?-se ríe al verme entrar a su habitación con cara de estreñida.

-Todo.-me echo las manos a la cara.-Angie va a venir dentro de nada a verte.-informo y pone cara de horror.-Elena la está distrayendo pero según ella te ha visto y quería venir a verte, ha dicho que has engordado y yo le he dicho que...-cojo aire para seguir hablando.-Que era por la comida de allí.

-Joder.-murmura levantándose y abriendo su armario para coger la bata más ancha que tenga.-¿Y qué mierdas hago ahora?

-Pues...-me acerco para ayudarle a ponérsela.-No sé, coge un bollo, o helado o lo que sea pero que cuando venga estés comiendo para que sea más creíble.-tragó saliva.-Tu intenta que no se note mucho...

-¡¿Miriam!?-grita la voz irritante de la zorra pelirroja en el piso de arriba.-¡¿Cómo eres tan guarra de volver y no avisarme, nena?!

Me mira y le tranquilizo con la mirada.

-No me dejéis sola.-me pide y asiento abriendo la puerta para bajar.-Por favor.

-Tranquila.-murmuro y bajo corriendo para plantarme delante de la pelirroja y que Elena valla corriendo a darle algo de comer a Miriam.-¿Qué muerdas haces tú aquí?

-Visitar a mi mejor amiga.-me contesta levantando las cejas con una sonrisa victoriosa.-¡Miri!-sonríe acercándose a mi hermana, que anda lentamente comiéndose un cruasán de chocolate.-Valla, estás... diferente.

-¿Más gorda, no?-se ríe irónica dándole otro bocado al cruasán.

-Mmm...-la mira de arriba a bajo, con una cierta cara de pena.-Digamos que no estás en tu línea, rubia.

-Pues qué mala suerte.-murmura andando hasta el sofá y sentándose cuidadosamente.-He aprendido que tengo que disfrutar las cosas que tiene la vida y una de esas es la comida.-anuncia y sonrío sorprendida por lo buena actriz que es.-¿Quieres?-le tiende el cruasán y ella niega con la cabeza.-Pues mejor, más para mí.

-Bueno...-suspira.-¿Y qué tal por allí?

-Oh, genial.-nos mira y tragó saliva por qué ninguna sabe qué decir.

-Bueno, ya la has visto, ¿te puedes ir ya?-la miro mal.-Le tenemos que ayudar a hacer la maleta, que se va esta noche.

-Quiero hablar con ella.-insiste.

-Pero yo contigo no.-réplica Miriam comiéndose por completo la delicia de chocolate.-Anda, pírate bich.-pronuncia imitando el acento inglés.-Go at once, heavy.

-Venga, largo.-la empuja sutilmente Elena hasta la puerta, sonriendo falsamente.-Espero que no vuelvas más, gracias.

********

-¿Quieres estarte quieto ya?-me pide Dani, colocando la última vela alrededor de la pequeña chimenea.

-¿Crees que querrá venir?-le pregunto dudoso y él asiente sonriente.-Joder, que nervioso estoy.

-Llevas todo el santo día preparándolo, así que tranquilo, todo va a salir bien.-me dice tendiéndome la última vela y yendo hacia la puerta de la pequeña cabaña de madera.

Es una pequeña casa de monte donde mi abuela pasaba sus vacaciones y está a escasos kilómetros de nuestra zona, iré a recogerla en moto y la traeré aquí. Y sé que desde que estoy con ella me estoy volviendo un completo cursi amariconado pero es que ella se merece el cielo y más.

Le mando un mensaje diciéndole que voy a pasar a por ella enseguida y que dormirá conmigo, aprovechando que estamos a viernes y que sus padres no están.
No le da tiempo a contestar porque me pongo el casco y salgo dispuesto a ir a recoger a mi chica.

Mi chica, joder, que bien suena.

Minutos después aparco delante de su casa y nada más tocar al timbre se lanza a abrazarme lo más fuerte que sabe.

-¿Nuestro aniversario y no te dignas a aparecer en todo el día?-levanta las cejas divertidas.

-Estaba preparando algo.-le sonrió con ternura viendo cómo se arregla molesta la falda del uniforme.-Lo siento.-me disculpo mordiéndome el labio y se acerca decidida para darme un beso que alargo lo suficiente para que me baste, o quizá no.-Bueno, ¿vamos?

-Si.-sonríe ampliamente y cierra la puerta sin despedirse de nadie y sin coger absolutamente nada.

-¿Me dejas que te tape los ojos?-le pregunto y frunce el ceño divertida.

-¿Tipo películas Americanas?-se ríe y se acerca a mí sin apartar la sonrisa tan bonita que tiene y que tan loco me vuelve.-Adelante.

Le coloco un pañuelo negro en los ojos y luego la ayudo a subirse en la moto, donde se agarra a mi fuertemente todo el camino.

No tardamos mucho en llegar, y cuando lo hacemos la ayudo a bajar de la moto. Al darle la mano la noto nerviosa y cuando ya hemos entrado en la pequeña caballa, la abrazo por la espalda haciéndole sonreír.

-Te quiero.-susurro y se gira para que aún sin mirarme, me bese con todas sus ganas.

Mientras le sigo el beso deslizo mis manos hasta su cabeza y le deshago el lazo para devolverle la vista. Cuando ella lo nota, se separa de mi sonriente y mira a su alrededor sorprendida.
La chimenea está encendida y dos colchones están a su lado, el suelo está lleno de velas en forma de corazón y en una pequeña mesa hay una bandeja con pequeños manjares que hagan de esta noche la mejor de todas.

Entreabre la boca bastante sorprendida, y sin saber qué decir se abalanza de nuevo hacia mi.

-A ver, a ver.-me separo un poco para mirarle a la cara y sonreír como un tonto.-Oh, ya era hora de que quien te dejará sin palabras fuera yo y no al revés.-se ríe y le doy un rápido pico.-Me encanta la situación.

-Tu me dejaste sin palabras desde la primera vez que te vi.-admire mirándome fijamente a los ojos, y junto nuestras frentes siendo incapaz de separarme de ella.-No se por qué has echo todo esto, no me merezco...

-Te mereces esto y más, Kaila.-susurro y sonríe como una tonta que a mí me vuelve tonto.-¿Estás preparada para la mejor noche de tu vida?

-Todas las noches contigo siempre son las mejores de mi vida.-sonríe dejándome de nuevo sin palabras y joder, es imposible de explicar con palabras lo mucho que la quiero.

-Anda, mejor siéntate.-le agarro de la mano.-Empezaremos por la cena.

Eres el punto débil que me hace fuerte.{Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora