II

11.2K 426 14
                                    

Foto Kaila en Multimedia.

-Te toca.-le digo a Alvaro mirando mis cartas fijamente.-Aunque ya has perdido, campeón.

-¿Me has vuelto a ganar?-se tira para atrás y sonrío satisfecha enseñándole mis cartas.-Joder.

Le tiro un beso y me giro para mirar hacia la puerta de la entrada cuando oigo las llaves y unas risas fuera.

-¿Es tu madre ya?-se mira el reloj y asiento encogiéndome de hombros. Siempre suele llegar a las ocho, y son solamente las siete.

-Viene con su novio.-bufo molesta.-Creo que me dijo que se llamaba Juan, y ya llevan bastante tiempo, pero no lo conozco aun.

-¿Por qué?-se interesa mientras recoge las cartas.

-No quiero.-admito.-No es mi padre.

-¡Kaila cariño!-entra mi madre sonriente junto a un hombre muy guapo e impresionante.-Este es Juan, mi... ¡futuro marido!-lo suelta así de pam, enseñándome el anillo y se me descompone la cara al segundo.
La mandíbula me cae al suelo y no se que coño hacer en estos momentos.
¿Que se va a qué?

-Encantado guapa.-se acerca el hombre a mi.-¿Que te parece la idea?

Doy un paso para atrás y agarro a Alvaro de la muñeca, es como una señal que tenemos para que me salve de las peores situaciones.
Como por ejemplo, esta.

-Se alegra.-dice y trago saliva.-Es solo que le ha pillado por sorpresa, pero se alegra.

-Genial.-sonríe.-Te llevaras de miedo con mis gemelas.

-¿Gemelas?-hablo levantando un poco la voz.-¿Hermanastras?

-Si, y son de tu edad, ¿no es genial?-apunta mi madre y juro que estoy apunto de estallar.-Vamos a cenar hoy con ellos en un restaurante para que os conozcáis.-sonríe.-Venga, ves a cambiarte.

Miro a Álvaro y comienzo a andar hasta mi cuarto tirando de el.
Estoy sin palabras, joder.
Me ha llegado todo de sopetón, y encima ya no tengo aquí a Matt para que me diga que debo hacer.
La idea de vivir con un hombre que no es mi padre no me gusta nada, y eso de tener a dos hermanas tampoco. Mi verdadero padre murió cuando yo apenas tenía diez años, y fue un golpe duro, pero aquí sigo.

Me siento en la cama y Alvaro toma asiento a mi lado.

-¿Estas bien?-pregunta aunque ya sabe la respuesta.

-¿Porque mi madre no consulta estas cosas antes conmigo?-susurro.-Ni me a preguntado si me importa.

-Estaba muy ilusionada...-me mira tiernamente.-¿No crees que deberías darle una oportunidad a ver que tal va?

Asiento al momento, debería, mi madre ha echo muchas cosas por mi y yo le debo la vida literalmente, pero eso no implica que se me haga muy difícil.
Yo quiero a mi padre.

-Pues venga.-se levanta y me abre el armario.-Vamos a ver que te ponemos.

Doy una suave risilla y me coloco a su lado observando como mira atentamente todos los vestidos.
Hay veces que Álvaro se convierte en esa amiga que no te deja salir en chandal a la calle, en la típica cotorra que no se calla ni durmiendo y bueno, se lo agradezco, por que joder, yo no tengo esa clase de amigas y hay veces que las necesito,aunque me niegue a conocer gente.

-Ponte el negro.-lo saca y me lo da.-Este vestido te va a quedar genial con el pedazo de cuerpo que tienes.

-No pienso ponerme un vestido para ir a una cena a un restaurante cualquiera.-me quejo y el levanta las cejas serio.-Y no tengo un cuerpo para llevar vestidos.

Eres el punto débil que me hace fuerte.{Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora