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Me paseo lentamente por el salón, observada por la mirada nerviosa de Elena.

-Estate quieta.-me pide y me paro resoplando.-Me pones aún más nerviosa.

Me siento a su lado en el gran sofá y me miro los pies unos segundos.
Nada más oír la noticia, ambos se han mirado y no han dicho nada.
La han mirado fijamente pero no ha habido palabras, ni gritos, ni siquiera una expresión en sus caras que desvelara lo que pensaban. Minutos después han decidido ir a hablar sobre el tema y aquí estamos, esperando noticias o algo que nos saque de esta intriga.

-¿Marc lo sabe?-me pregunta de repente y niego con la cabeza levantando la mirada.

-Miriam aún no le ha dicho nada, y creo que es mejor que no lo sepa hasta que tenga las cosas claras.

-Tu crees...-susurra.-¿Qué quiere tenerlo?

-Si.-admito con sinceridad.-Para ella no es, oh, me he quedado embarazada, que mierda.-hago una mueca.-Sí no que para ella es, joder, estoy creando a alguien dentro de mi, qué bonito.-la miro fijamente.-¿Lo entiendes?

-Si.-bufa.-Pero se va a joder la adolescencia si...-susurra pero no acaba al oír la puerta de la cocina abrirse.

Nos quedamos ambas en silencio cuando aparecen los tres delante de nosotros y noto cómo se me cierra el estomago de tal nerviosismo.

-Bueno...-comienza mi madre, mirándonos con ternura.-Hemos estado hablando y Miriam va a tener el bebé.-suspira y nos sorprendemos mirándola.-Y por ello, queremos que esté lo más cómoda posible.-asentimos.-Estudiará en casa con un profesor particular, especial para estos casos.-informa.-Nadie la verá, por petición suya, en nueve meses.-la mira.-Esto solo lo sabréis vosotras dos, los gemelos y, tenéis que ayudarle a decírselo al futuro padre de la criatura.

-Claro.-accedo y Miriam sonríe nerviosa.

-¿Y después que?-pregunta esta vez Elena.-¿De dónde decimos que ha salido el bebé?

Todos se quedan en silencio unos segundos hasta que sonrío al tener una idea que puede funcionar. Para que luego digan que las rubias somos tontas.

-¿Y si...?-comienzo quitándome el pelo de la cara.-¿Y si decimos que tienes mellizos?-me dirijo a mi madre.-Estáis más o menos del mismo tiempo y ya que tú vas a tener también un bebé, decimos que son hermanos y ya está.-los miro a todos con aprobación.-Solo si tú estás de acuerdo, claro.-le sonrío a Miriam, que asiente sin saber cómo actuar.

-Buena idea.-me felicita Juan, el que aún no había hablado y había permanecido bastante serio todo el rato.-Hagamos eso.

************

Miro a Kaila de reojo, que se aparta el pelo de la cara por quinta vez, ya que la suave brisa de la tarde no para de revolvérselo.

Frunce el ceño al ver a Marc González sentado en el banco donde lo hemos citado. Lo mira como si hubiera visto un fantasma y él parece notarlo, por lo que le devuelve la misma mirada.

-¿Kaila?-me sorprende cuando conoce a mi chica.-¿Kaila Morgan?

-¿Marc?-abre los ojos como platos, acercándose más a él para darle dos besos.-Dios, cuánto tiempo.

-¿Os conocéis?-interviene Elena, colocándose a su altura.

-Estuvo viviendo en Inglaterra un trimestre.-informa la rubia, sonriendo de lado.-Veo que no has cambiado nada.-insinúo mirando a Miriam.

-Ya, bueno, siempre seguiré siendo el mismo.-le contesta  animado, mientras todos nos colocamos a su alrededor, intimidándole un poco.-¿Para qué me habéis citado aquí?-sonríe de lado.-Los Oviedo, las Martínez y la mismísima Kaila Morgan.-se ríe.-Dais miedo.

-Es un tema bastante delicado, así que deberías sentarte.-le sonríe de lado mi chica, haciendo que saque mi lado celoso y me acerque a ella para abrazarla por la cintura.

Parece hacerle caso y se sienta, no muy seguro de todo.

-Creo que aquí sobramos.-sonríe Elena cuando Miriam se sienta a su lado.

-Por favor tío, ten la mente abierta y échale cojones a lo que la vida te da.-le anima Dani, siguiendo a Elena.

Kaila se deshace de mi abrazo y agarrándome la mano con ternura tira de mí hasta desaparecer de la vista de ambas parejas.

Nos sentamos en un banco y no puedo evitar sonreír al verla tan bonita como lo es.
Joder, que loco me tiene.

-Y...¿lo conoces mucho?-me intereso haciendo que me mire con una débil sonrisa burlona.

-Lo suficiente para saber que no tomará ninguna mala decisión.-contesta segura de sí misma.

-¿Erais muy amigos?-le pregunto intentando evitar mis celos. Pero  joder, es inevitable estar celoso cuando cualquiera se podría fijar en una chica como ella.

-Si.-contesta mirándome fijamente.-Estuvo solo un trimestre y yo era la única que sabía hablar español, así que, una cosa llevó a la otra y acabemos siendo amigos.-se ríe.-Nada más que amigos, Jesús.-se tapa la boca para no estallar a carcajadas y pongo una mueca de fastidio porque se ha dado cuenta de lo muy celoso que soy pero joder, lo habría notado hasta una ardilla porque no sabéis lo duro que se me haría perderla.

-No estoy celoso.-aclaro con una sonrisa divertida, abrazándola así por qué si, y esos, esos abrazos son los mejores.

-No tienes porque estarlo.-se ríe apoyándose en mi pecho, sin dejar de mirarme de reojo.
Joder, sabe que eso me pone muy nervioso y aún así lo hace, puta rubia. Me desespera.

-¿Sabes?-hago que me mire por completo, con esos ojos tan azules y con ese brillo tan bonito que los caracteriza.-Desde que has llegado tu, todo ha sido como mejor.-me sonríe.-Es verdad.-me río.-Tu haces la vida más bonita, tía.

-Eres un mentiroso.-se queja pellizcándome la mejilla, para después morderla divertida.

-No lo soy.-me defiendo girando la cara para quedar a muy pocos centímetros.-Guapa.

-Feo.-se ríe y su entupida risa me choca de lleno erizando mi piel.

-¿Te he dicho ya que te quiero mucho?-susurro poniendo mis manos en su nuca, para atraerla a mí y besarla como nunca.

Se separa con una sonrisa divertida y sin decir nada saca el móvil al notar que le ha vibrado.

Ambos miramos la pantalla y después de soltar un suspiro al unísono nos levantamos.

"Necesito vuestra ayuda."

Eres el punto débil que me hace fuerte.{Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora