Eres el punto débil que me hace fuerte.{Gemeliers}

XXII

Miro hacia las escaleras nervioso, las fans están pegadas a la entrada y si tardan en venir los que faltan, será imposible salir de aquí.
Aparecen segundos después Elena y Dani rápidamente, con la respiración entrecortada y este último, intentando que ninguna vea a Elena.

-Bueno, vamos.-anuncia mi madre, andando hacia la puerta principal.-Son pocas, podemos salir.

-Pero falta Kaila.-les digo y sonríe de lado y niega con la cabeza.

-No viene, se encuentra mal.-me informa y miro al suelo unos segundos. Es culpa mía.-Venga, Elena, tú conmigo y que ellos vallan delante, por suerte no te verán entrar al coche.

Mi amiga la sigue en silencio, intentándose tapar la cara con el pelo, y mi hermano se acerca a mi con una sonrisa, que, obviamente, no soy capaz de devolverle.

-¿Qué te pasa?-se preocupa mientras los guardias de seguridad abren la puerta.-Venga, sonríe y luego hablamos.

Una niña se me lanza y la abrazo sonriendo de lado, se separa y me sonríe para agarrar mis mejillas y besarlas sonoramente.
Le firmó un disco que lleva y pasó a la siguiente, intentando que todo esto sea rápido porque de verdad que necesito hablar con mi hermano.

Después de quince largos minutos, consigo entrar al coche y sentarme al lado de Elena, que me mira unos segundos y gira la cabeza orgullosa. Habrá hablado con Kaila y por mucho que lo quiera negar, sé que tiene razón y que soy un malcriado que siempre tiene que salirse con la suya.
Y me doy cuenta que la necesito más que a nadie, porque ella es la única que se ha atrevido a decirme "no"en todo este tiempo a algo que he pedido, y joder, la quiero por ello. Porque me hacía falta una chica que me pusiera todo en su sitio, que me hiciera bajar de las nubes de una vez por todas.

Miro a Dani, que me mantiene la mirada unos segundos. Jamás pensé que podría estar rayándome tanto la cabeza por alguien pero es lo único que pasa cuando ese alguien te importa de verdad.
Me vibra el móvil y suelto un suspiro mientras lo desbloqueo, encontrándome con un mensaje de Dani.

"Kaila no está mala, ¿no?"

Niego con la cabeza para que me vea, cosa que lo hace resoplar.

"Eres tonto, ¿qué has echo?"-me vuelve a preguntar, haciendo que lo mire unos segundos.

-Cagarla.-pronuncio en voz alta, llamando la atención de todas las personas.

-¿Has dicho algo?-se interesa mi padre mirándome por uno de los espejos.

Niego con la cabeza y Dani me mira de reojo, lo miro y señala el móvil. Ruedo los ojos y comienzo a escribirle lo que ha pasado, aunque no se porque, ya que me va a insultar por ser tan idiota.

"La bese, y antes le he dicho que lo iba a hacer delante de las fans. Ayer me dijo que lo único que ella no quería era fama, insultos, ni nada de eso. Me lo repito mil veces porque sabe cómo soy, que me da igual todo.
Y lo único que he echo es insinuarle que se van a enterar las fans, porque siempre quiero salirme con la mía y no estoy acostumbrado a eso."

Veo como lo lee y levanta las cejas sorprendido, le toca la pierna a Elena y se lo muestra haciendo que lo mire mal.
Aunque después de todo, ella es ya como mi hermana, y justo la de Kaila, sabrá qué hacer.

Veo como la rubia comienza a escribir desde el móvil de mi hermano y esperó pacientemente a que me llegue el mensaje.

"Eres idiota si piensas que le ha molestado que quieras contarlo, conociéndola, lo hablaría contigo y haría lo que fuera mejor para los dos. Aunque no fuera lo que le gustaría a ella.
Hemos hablado unos minutos y me ha dicho que está molesta porque te comportas como un crío malcriado, que si no consigues algo ya coges una rabieta. Habla con ella, aún está a tiempo de venir al concierto."

********

Me siento en una mesa en la cafetería, no tengo mucha hambre pero sé que si no como me sentiré peor.
Miro hacia un lado, la ventana que tengo al lado da a la calle y hay muchísimas fans más. Joder, que pesadas, ¿no entienden que ya se han ido?

Comienzan a gritar de nuevo, justo como cuando se han ido. Me incorporo a mirar, pero lo único que veo es a todas las niñas correr hacia un lado.

Un chico joven se acerca a mi con una sonrisa, supongo que será el camarero, pero es muy joven.

-¿Ya sabes lo que quieres, guapa?-me pregunta amable, haciendo que sonría de medio lado, mirando fijamente sus grandes  ojos verdes.

-Una ensalada.-le digo y sonríe mostrando dos hoyuelos muy marcados.-Y una coca-cola.

-Chica sana.-comenta escribiéndolo en la pequeña libreta.

-No, simplemente chica sin hambre.-bromeo haciéndole sonreír de nuevo.-¿No eres tú muy joven para trabajar aquí?

-Supongo, ¿pero acaso los gemelos esos no son muy jóvenes para ser cantantes?-me contraataca y niego con la cabeza divertida.

-Tu sé.-le sonrío sacando mi móvil, viendo como me mira de reojo.-¿Algo más?-le pregunta al ver que no se marcha y asiente no muy convencido.

-Te he visto llegar con ellos.-me comenta en apenas un susurro.-¿Eres su chica?

-Su amiga.-corrijo acomodándome.-¿Por?

-Mi hermana es fan, y esta noche dormirá aquí con unas diez amigas más.-me informa.-Solo quería avisaros.

-Oh, gracias.-murmuro.-Pero no nos quedamos a dormir, nos vamos nada más acaben el concierto.

-Pero ellos ya se han ido.-adivina y asiento.-No quiero ser un cotilla, así que mejor me voy a prepararte la comida.

-Mejor.-suspiro desbloqueando mi iPhone.

Veo como se marcha y sonrío divertida, me recuerda mucho a él primero segundo de Álvaro, el gracioso de la familia.
¿Habrá algo que no me recuerde a él?

Una camarera con ya unos cuantos años me trae la bebida con desgana, haciéndome ver que está cansada.

-Gracias.-le susurro provocando una débil sonrisa en su viejo rostro.

Doy un sorbo mientras me meto en Instagram, donde ya hay un montón de fotos de los gemelos saliendo del hotel.

-¿Pensabas que iba a irme sin ti?