CAPITULO 18: MAYRA OBTIENE SU TÍTULO:

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Mayra se sirvió un poco del guiso de pescado que había traído de casa de sus padres, también sopa de pescado que había hecho Katrina y algunos sándwiches.

Cuando por fin se quedó sola se dio un largo baño, se puso un camisón cómodo, se sentó en el sofá y llamó a Nancy para preguntarle como estaba.

Después se acostó a dormir, procurando no despertar a Ulises.

Nancy estaba tocando la batería, aún seguía molesta con Tiger. Y sabía que con ese humor no podría dormir. Tocaba con furia y rabia. Hasta que una sombra ensombreció la luz del cuarto. Se quedó muda cuando vio a su novio, estaba golpeado, tenía el rostro como si le hubiera pasado por arriba una apisonadora.

-¿Pero qué te ha pasado?- Preguntó ella asustada.

-Tranquila. Esto era necesario para poder ser libre para ti. He dejado todo lo ilegal que estaba haciendo. Mi jefe se ha enfadado y ha mandado a sus matones a darme un par de golpes. Estoy bien.-

-¡Bien un cuerno! ¡Hubiese preferido que siguieras en ese mundo a verte ahora tan golpeado! Exclamó ella frustrada.

-¿No te das cuenta de que lo hice por nosotros?- Preguntó dolido Tiger.

-Lo sé y no sabes cuánto me emociona eso. Pero me duele verte golpeado de esa manera por mi culpa, si no me hubieras conocido ahora estarías bien. Hubiese preferido vivir escondiéndome a verte ahora tan golpeado.- Dijo Nancy explicándose mejor.

-Eso no sería justo para ti, mereces alguien mejor. Una persona con la que puedas ir de la mano sin miedo. Y yo quiero ser esa persona para ti. Porque te amo.-

Nancy no estaba preparada aún para decir una palabra con una magnitud tan grande como era "te amo." En cambio le besó con una delicadeza de la que no se creería capaz porque cada vez que estaba con él solo pensaba en devorarle. En ese beso le confesó todo lo que no se atrevía todavía a confesar.

-Nancy me la estás poniendo dura y quiero tenerte ahora. Quiero estar dentro de ti. De forma salvaje como aquella vez que te hice apoyarte en la mesa de cristal.- Dijo él con la voz ahogada por el deseo. No le importaban sus costillas doloridas.

Ella deseando cumplir todos sus deseos, fue hasta la mesa del ordenador, lo desenchufó y lo puso en el suelo. Le hizo un striptease para seducirlo, para volverlo loco. Cuando estuvo totalmente desnuda se apoyó en el escritorio, se agarró a los bordes y mentalmente se preparó para lo que se avecinaba.

Tiger se agachó como pudo y bruscamente le separó las piernas, mordió, lamió y succionó su pequeño botón. Excitándola y volviéndola tan loca como él se había quedado viendo su baile. Sintió que le faltaba poco, entonces se puso de pie ahogando una exclamación de dolor, se colocó entre sus piernas. Guió su enorme erección a su parte trasera. Entró despacio para no lastimarla, cuando estuvo del todo dentro de ella empezó a bombear rápido haciendo saltar el débil mueble.

Para acelerar el proceso metió dos dedos en su vagina, a Nancy ya no le parecía tan extraño ese acto. Empezaba a gustarle. Iba a chillar cuando él dejó caer su enorme cuerpo encima de ella, le tapó la boca para que no hiciera ruido. No quería alertar a los criados.

Después del desahogo Nancy se dio la vuelta para abrazarle y se quedó muda cuando vio su golpeado torso. Todo eso por amor hacía ella.

Decidió prepararle un baño para echarle luego el trombocid para los moretones. Esa noche durmió entre sus brazos y se sorprendió deseando poder dormir más noches a su lado. Tenía con él un grado de intimidad que la asustaba.

LOS JUEGOS DEL AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora