Capitulo 27: "Pandilleros"

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Iban por las oscuras calles de Kioto, conducían a muy alta velocidad, sus motocicletas eran enormes y hacían demasiado ruido, algunos oficiales de policía ya artos por el escándalo se interponían en su camino apuntando, pero ellos simplemente seguían mientras dejaban caer bombas molotov, gritaban como locos y no se detenían ante nada, si veían a algún peatón lo atropellaban por diversión, eran perversos y se dirigían a Tokio...

La ciudad estaba aparentemente tranquila, se estaba llevando a cabo un festival en el Dojo por su reapertura, tanto alumnos como los miembros principales se encontraban ahí, degustaban de la deliciosa comida preparada por Jade mientras realizaban algunas actividades entretenidas, y por supuesto no podía faltar el entrenamiento.
Al finalizar los alumnos normales regresaron a sus casas y los miembros de Black se quedaron ahí por un rato discutiendo las últimas noticias...

–¿Escucharon sobre los motociclistas locos?–
Pregunta Shūji

–Nada en lo absoluto–
Contesta Kenji. Jade, Kato y Juka estaban en las mismas.

–Yo sí–
Dice Tobi
–Escuché que han estado haciendo alboroto en Kioto, son un grupo llamado Motorchrash, aún se desconocen sus intenciones–

–Ya veo–
Contesta Kenji mostrando cierta preocupación
–Habrá que estar al tanto de ese asunto–
En eso Juka interrumpe

–Tal vez, pero lo que suceda en Kioto no nos concierne Kenji–

–No lo sé... Escuche que se dirigían a Tokio, aunque claro, son solo rumores–
Intervino nuevamente Shūji

–En todo caso deberemos estar alertas por si es necesario–
Dijo Kenji. Todos asintieron con la cabeza.

–Pues bien, entonces si es todo nos vamos. Mañana es día de escuela y no puedo dormirme muy tarde–
Dijo Juka en tono burlesco mientras se dirigía a la puerta junto con Jade y Kato.

–Bien, descansen. Y no olviden mantener la guardia alta si es necesario–
Dijo Kenji finalizando la conversación. Shūji se fue a su casa también y Tobi a su habitación. Por su parte Kenji subió a la azotea de la pagoda para refrescarse un poco.

(Linda noche, ¿no crees?)

–Si–
Kenji observaba el cielo oscuro iluminado por las luces de la ciudad, sin duda era una vista magnífica. Pasaban ya de las 9:00pm y no se veía mucha gente en las calles, aún había cierto nivel de pánico provocado por los Yami, además del "asesino del Kendo" quien seguía cazando criminales. Sin embargo el panorama estaba tranquilo. Después de un rato Kenji finalmente entró y se dispuso a dormir.

Eran ya las 11:00pm y un ruido enorme azotó las calles de Tokio despertando a muchas personas. Eran motores de motocicleta resonando a su veloz paso por entre las calles, en un de repente comenzaron a escucharse gritos y el sonido de botellas quebrándose, disparaban sus armas y además lanzaban piedras hacia las casas y destruían autos a batazos. Estaban creando un enorme caos.
Kenji, que no tardó en despertarse tomó sus cosas y salió a prisa de la pagoda en dirección al alboroto.

Los motociclistas no paraban de dar vueltas por la zona de ikebukuro mientras seguían perturbando la paz, algunas patrullas de policía se acercaban pero eran rodeadas y neutralizadas rápidamente.
Uno de los oficiales de una patrulla salió dirigiéndose a quien aparentaba ser el jefe de la pandilla.

–¡Hey tu! ¡Calma inmediatamente este lío o tendré que usar la fuerza!–
El hombre, que tenía un aspecto fornido y una barba voluminosa se acercó con una pala metálica en mano.

–¿Quieres que lo haga?–
Levantó su arma para golpear al oficial, pero justo cuando este estaba a punto de ser ejecutado una espada de madera bloqueó el ataque para luego golpear el abdomen del sujeto.

–¿Quién te crees, imbecil?–
Dijo el enorme hombre al enmascarado de la espada de madera

–Soy el que te hará arrepentirte de estar en mi ciudad, bastardo–
Dijo en tono muy serio mientras se ponía en guardia. El hombre río para luego girarse y dar una seña con su mano, a lo que cinco de sus acompañantes comenzaron a rodear al joven es sus motocicletas.

–¡Estas muerto chico!–
Dijo uno de ellos mientras se acercaba velozmente para intentar atropellarlo, a lo que él saltó hacia su derecha mientras sacaba una navaja de su bolsa y la lanzaba a la llanta delantera de aquella moto, la cual se descarriló volteándose bruscamente.

–Eres más estupido de lo que pensé–
Exclamó mientras giraba para patear la cara a otro sujeto que se acercaba a él en su vehículo
–¿Acaso no lo ven? Sus motocicletas les son inútiles contra mí. ¡Bajen y peleen como los hombres!–
Los otros tres tipos bajaron mientras sacaban navajas de sus bolsillos y se acercaban a él
–Así me gusta–
Dijo poniéndose en guardia...

Uno de ellos atacó a la cabeza, él detuvo el ataque con su espada para luego girarla de modo que golpeó las costillas de su atacante, posteriormente otro intentó clavarle su navaja en el abdomen consiguiendo solo desviar su bardo hacia Aruba descubriendo su cara y recibiendo un golpe bien colocado. Perdió tres dientes. El último de ellos trató con un navajazo desde arriba obteniendo la ruptura de su brazo. Impresionado, el cabecilla del grupo comenzó a aplaudir.

–Bien hecho muchacho, lo has hecho muy bien.–
En ese momento más miembros de la pandilla comenzaban a llegar por todas las calles que daban a ese lugar.

–No me hagas reír–
Dijo sin darse cuenta de como uno de ellos sostenía un arma de fuego algunos metros atrás apuntándole a la cabeza

–¡Hasta aquí llegaste mocoso!–
Gritó logrando hacer que su objetivo volteara para ver cómo repentinamente una cadena se enredaba en la mano de aquel sujeto, quien apretó el gatillo justo cuando su mano fue desviada gracias a la cadena, la bala le dio al tipo que recién se levantaba después de haber caído con su motocicleta.

–Hiciste un buen trabajo chico Kendo–
Dijo Cold mientras bajaba de un salto de la casa sobre la que estaba al tiempo que giraba su Kusarigama logrando derribar al que tenía encadenado
–Pero déjanos esto a los profesionales...–
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–Gracias por leer–

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