Pasaron algunas horas y el avión se acercaba a la pista de aterrizaje. Kenji se encontraba meditando entre el equipaje tan solo esperando a que llegara el momento de bajar. Una vez en Estados Unidos debía encontrar un lugar donde mantenerse oculto para finalmente comenzar a buscar la ubicación de los Yami.
Arribó en Nueva York. Era de noche, por lo que se aprovechó de su uniforme negro para salir de ahí entre las sombras sin ser visto y sin dejar ningún rastro.
Al acercarse más a la zona metropolitana las calles comenzaban a tornarse brillantes, por lo que optó por finalmente trepar a lo alto de un edificio cercano para continuar su viaje por sobre la ciudad. No logró ver ningún lugar donde quedarse, por lo que entró a las alcantarillas para buscar alguna estación de tren abandonada y descansar ahí.A la mañana siguiente volteó su ropa para usarla del lado por el que parecía ropa casual de calle y salió para buscar algo de comer, ropa para vestir y un lugar donde hospedarse. El día estaba muy agradable, el sol brillaba intensamente y el viento soplaba con suavidad trayendo el rocío del amanecer. Después de caminar un rato, Kenji se detuvo en un establecimiento de comida rápida para desayunar algo. Compró una malteada y un desayuno ordinario para luego salir de ahí en busca de un hotel. Debía hospedarse en diversos hoteles todos los días hasta encontrar la base central del grupo Yami sin ser detectado para evitar que fueran a armar algún escándalo.
Caminando tranquilamente por las calles, Kenji notó que lo estaban siguiendo de cerca en un automóvil negro, sin inmutarse aceleró un poco el paso y pidió la parada a un autobús. Ya dentro se quitó la chamarra y la dobló de modo que quedó hecha una mochila de un tirante de la cual sacó un gorro naranja y se lo puso, guardó sus lentes y en la siguiente esquina se bajó. Al pasar cerca del automóvil que lo seguía, el cual ahora iba tras el autobús, dejó caer una moneda, la que al pasar por debajo del coche se pegó en él gracias a un imán que tenía integrado. Él solo siguió caminando en su rumbo principal.
(Vaya imbeciles)
Se ríe un poco sin dejar de caminar
–No tienen idea de lo que les espera–Pasó largo rato y los hombres del auto estaban impacientes siguiendo aquel autobús, casi llegaban a la terminal y su objetivo aún no bajaba. Tras un impulso desesperado balearon el vehículo asesinando a todos los pasajeros que quedaban en él y al chofer. El bus terminó por chocar con otros autos y se armó un terrible caos. Los hombres en el auto negro solo se dieron la vuelta y se marcharon de la escena del crimen, evidentemente fueron seguidos por varias patrullas pero lograron darse a la fuga. Pasaron algunos minutos y Kenji se encontraba a su acecho, siguiéndolos de cerca sin ser visto. Después de un rato se detuvieron en un callejón para hacer una llamada
–Señor. Nuestro objetivo no bajaba del autobús y nos vimos forzados a abrir fuego con él dentro. Ahora mismo debe estar en el otro mundo–
Soltó una carcajada tonta.
–No, no iremos a las oficinas principales por un tiempo. Si, así es...–
Mientras la llamada seguía Kenji los observaba hasta finalmente tomar la decisión de marcharse del lugar–Demonios, no me servirán de nada... Esos malditos se van a arrepentir–
Dijo Kenji mientras bajaba de la azotea de un edificio de departamentos
(Si. Pero ya estarán en el infierno para entonces)
Oprimió el botón principal de su auricular y repentinamente se escuchó un estallido. Los hombres de aquel automóvil murieron calcinados al instante sin concluir con la llamada.Al otro lado de la línea telefónica se escuchó el estruendo y sus contactos no respondían, lo que preocupó a un grupo de personas reunidas
–¡Maldita sea!–
Exclamo furioso uno de los hombres en aquella sala
–¿No habían dicho que lo mataron dentro de ese autobús?––De seguro ese maldito los engañó... ¿Ya contactaron a nuestros colaboradores en Japón?–
Preguntó otro de ellos–Acabo de hablar con ellos. El consejero del emperador afirma que comenzará con la operación muy pronto.–
–Excelente. Ahora bien... ¿Dónde demonios está Blade?–
Preguntó furioso un tercero–Hace un momento contactamos con él. Se supone que viene en camino–
Intervino uno más cuando de repente se abrió la puerta de aquella sala
–Oh. Parece que ya llegó–Entró un hombre de estatura alta, encapuchado con una gran gabardina gris, llevaba en la cara una máscara negra que solo tapaba su nariz y su boca, traía un brazalete muy voluminoso y tenía puestas un par de botas pesadas. Entones habló, su voz se distorsionaba gracias a un micrófono especial que llevaba dentro de su máscara
–Caballeros, díganme... ¿Qué puedo hacer por ustedes?–....______________________
-gracias por leer-
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Black Dragon
ActionCorrupción, maldad, injusticia, deshonestidad , siempre he odiado eso. Mis padres, también mi abuelo, tenía que pretender vivir tranquilo, sin embargo... Si quienes deben hacerlo no lo hacen, ¿entonces que otra opción hay? Fue por eso que decidí hac...