Capitulo 38: "Capturados"

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–En efecto. Ambos fueron apresados y llevados a la prision de máxima seguridad de Nueva York–
Una reunión en la sala principal de las oficinas centrales de la corporación Yami estaba siendo llevada a cabo con todo su personal administrativo presente
–Hemos hecho ya un trato con el doctor "R" y asegura que nuestro pedido estará listo muy pronto, así mismo, la fuerza especial de la policía japonesa, mayormente conocida como división Black ha sido casi completamente desmantelada, dos de sus integrantes están siendo torturados en la base de los Yakusa en Tokio, en cuanto a los demás... No sabemos donde se esconden pero la policía de Japón ya los está buscando...–

–Bien, parece que todo marcha justo como lo hemos planeado. ¿Qué hay del emperador?–
Intervino el que parecía estar a cargo de todos los ahí presentes

–El emperador de Japón aún no tiene la más mínima sospecha, y sigue creyendo que la división especial Black fue la causante de todos los alborotos públicos, del mismo modo, la población no confía más en ellos y no se han negado en darnos su apoyo en cuanto a información.–
Dijo un tercero con aires de grandeza, entones habló nuevamente el líder de la corporación

–Excelente. En todo caso solo hace falta deshacernos de ese tal Cold, pide al doctor que traiga el pedido en cuanto esté listo, es muy seguro que la policía de Nueva York no pueda contener a ese mocoso por mucho tiempo, hay que estar preparados. Muy pronto tendremos el control total sobre Japón y todos sus avances militares, y una vez que consigamos el trabajo del doctor... ¡Tendremos el control total sobre Norteamérica y así mantendremos al mundo entero bajo nuestra futura dictadura!–
Todos los ahí presentes se levantaron con aplaudiendo mientras clamaban a su líder. Era una tarde sombría y los planes del grupo Yami estaban comenzando a tomar forma, era solo cuestión de tiempo para que sus atrocidades comenzaran a afectar al mundo entero.

Mientras tanto, en Japón se hacía pública la noticia de que la división especial Black estaba conspirando en contra de la nación y que debían ser encontrados cuanto antes para llevarlos ante la ley, ellos aún se encontraban intentando sanar sus heridas en la guarida de Yokohama sin poder salir ni recurrir a nadie. No se sabía absolutamente nada sobre Jukarama y las preocupaciones en el equipo solo crecían. Magenta y Alfred estaban enterados de que algo estaba mal en cuanto a la información aparecida en los medios y se disponían a ayudar al equipo desde fuera en todo lo posible.
En la gran casa donde aquel extraño científico conocido como "R" hacía sus atrocidades, Kuro permanecía encadenado a una silla metálica mientras el doctor hacía sus extraños experimentos

–No desesperes mi querido Kuro, muy pronto podrás salir y apreciar esa nueva fuerza que he puesto en ti. Solo espera un poco más, antes tengo que tener contentos a esos estupidos del grupo Yami, y una vez que termine con los preparativos tú y yo, nosotros... ¡Nos apoderaremos de Japón! ¡NO! ¡Del mundo entero!–
Kuro solo veía a aquel sujeto con la respiración agitada, esperando el momento en que lo soltara para probar finalmente esa sobrenatural fuerza que le había sido prometida aquel día que fue capturado.

–Solo espero que no mientas–
Dijo Kuro con su siniestra voz, el doctor se dirigió a él

–No te preocupes Kuro, solo espera un poco más, espera y verás que ha valido la pena el sufrimiento–
Dijo para luego inyectarle un suero en el lugar donde le faltaba un brazo, del cual comenzaba a crecer uno nuevo.
–Ni cien de los cyborgs que envíe aquel día se te compararán... Estoy seguro de eso–
Se escuchó una macabra risa que recorrió aquella enorme mansión que se encontraba inmersa en el sonido de maquinaria pesada.

Tan solo cinco días con la ausencia de la división especial Black, habían ocasionado un incremento enorme en la criminalidad, además, el cuerpo de policía de Tokio que fue casi completamente eliminado por Juka carecía de personal para actuar en las calles, y el único que estaba ahí para hacerle frente a la creciente ola de criminales era el asesino del Kendo, que estaba cada vez más consternado por lo que ocurría.
Saltó de un segundo piso para caer sobre un hombre armado que asaltaba a una mujer mayor de edad, después de caer sobre él, le propinó un golpe fuerte en la espalda con el que rompió su columna en un instante, después de ver cómo la mujer huía despavorida otros dos hombres lo atacaron con bates de béisbol. Al darse cuenta se agachó de un golpe horizontal para luego bloquear otro vertical con su Shinai, luego pateó la cara de uno de ellos mientras sacaba una navaja para encajársela al otro, después de que los dos cayeran siguió caminando sin rumbo fijo hasta toparse con una gran pantalla en la que observó una banda de noticias...
{Por este medio se informa que es de vital importancia encontrar a la división especial Black, que ha sido responsable de muchos asesinatos y obras de terrorismo entre las cuales estaba la explosión de la oficina central de policía de Tokio. Si tienen información sobre su paradero favor de reportar al número en pantalla...}

–Eso no me gusta nada...–
Se llevó la mano a la nuca mientras guardaba su arma en su espalda para luego morder un pedazo de carne que sacó de su bolsillo
¿Donde demonios estás?–
Dijo para sí mientras miraba hacia el nublado cielo de aquel caótico Tokio...

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-gracias por leer-

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