Capitulo 35: "Desintegrando"

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Tras comenzar a llover, se escuchó un fuerte estruendo proveniente de una construcción cercana al lugar en el que se encontraban los miembros de Black

–Maldita sea–
Dijo Tobi muy preocupado
–¡Corran!–
Gritó para luego ver cómo de todas partes salían balas en dirección a ellos.
Todos corrían despavoridos intentando evitar ser golpeados por los interminables disparos

–¡Debí imaginarlo, esto no era normal!–
Kato tomó sus Chakos para comenzar a desviar algunas balas, pero era difícil ver por qué lado comenzar.
Tobi giraba en el suelo y saltaba mientras buscaba el lugar desde donde les disparaban, al encontrarlo hizo una señal a los demás para que lo siguieran con mucho cuidado. Ya habían sido heridos por más de un disparo pero su voluntad no cesaba aún. Mientras corrían, Jade logró percatarse de una alcantarilla en la que pudieron entrar para evitar el ataque

–¡Bien hecho Jade! Rápido, apresúrense...!–
Kato fue atravesado por una bala, de pronto mostró una expresión vacía mientras se arrodillaba en el suelo

–¡Kato! ¡No!–
Mientras los otros entraban a su ruta de escape, Jade trató de ir por su compañero caído. Kato volteó a ver a sus compañeros y les sonrió para finalmente cerrar los ojos terminando de caer al suelo, entonces Tobi detuvo a Jade en el camino para finalmente poder escapar.
–¡Suéltame! ¡Aún está vivo, debemos salvarlo!–
Jade comenzó a llorar de la desesperación

–Cálmate, Jade. Debemos contactar a Juka inmediatamente, lo más seguro es que intenten atacarlo a él también–
Dijo Kasumi abrazándola intentando calmarla un poco.
Abatidos y completamente derrotados, continuaron con su camino por el subterráneo hasta finalmente encontrar un lugar seguro.

–Lo haré ahora mismo–
Tobi tomó su teléfono y llamó a Juka. El teléfono sonaba pero nadie contestaba
–Maldicion–

–¿Que pasa Tobi?–
Preguntó Kasumi

–Juka... Él, no contesta–

–¡Sigue intentando!–
Gritó preocupada.
El teléfono del Dojo sonaba fuertemente, y en el suelo yacía un cuerpo sin vida derramando sangre a chorros.
Se escuchó una risa nerviosa muy fuerte que sobresalió del sonido de la tormenta

–Justo a tiempo Shūji. Te lo agradezco mucho–
Sostenía con fuerza su brazo para detener la hemorragia ocasionada por la bala con una sonrisa forzada en el rostro

–No hay de qué Juka.–
Shūji se encontraba buscando a toda prisa una venda para su compañero, quien había ido a levantar el teléfono que no paraba de sonar

–¿Que pasa Tobi? Por favor dime que todo está en orden–
Dijo muy exaltado mientras Shūji lo ayudaba a vendar su herida

–¡Juka! Es bueno saber que estás bien, presta mucha atención...–
Tobi fue interrumpido

–Si, el hereje del jefe vino hasta acá para balearme. Por suerte alcancé a evitar el impacto, aunque... Mi brazo izquierdo tiene un hoyo–
Soltó una carcajada breve 
–Afortunadamente Shūji me salvó. ¿Que hay de ustedes?–

–Bueno, me temo que hemos... perdimos a Kato–

–¡¿QUÉ!?–
Juka se levantó de golpe mientras de sus ojos chorreaban lágrimas de tristeza y odio

–Ahora debemos cuidarnos de la policía también...–

–Tobi. Váyanse directo a la guarida del bosque. Ahí no los van a encontrar, nosotros llevaremos todas las armas de este lugar y nos prepararemos para el contraataque. Adiós–
Juka colgó para luego dirigirse por sus garras y una Katana corta
–Shūji. Necesito que metas todo en maletas y te dirijas a la cabaña cuanto antes–

–Pero Juka ¿Que hay de ti? Estás herido y...–

–¿No me escuchaste?–
Lo interrumpió Juka con una mirada sombría

–Esta bien.–
Shūji procedió a obedecer mientras veía a Juka salir del lugar.
Por su parte, Tobi, Jade y Kasumi se dirigieron a la cabaña intentando ocultarse de sus muy seguros perseguidores, no sabían por donde podrían atacar y ya no podían confiar en nadie más.

Juka fue directo a las oficinas centrales de la policía, en las que al verlo entrar se infundió el pánico rápidamente

–Juka, que gusto verte por aquí. Hace un momento nos informaron que tu equipo fue atacado y...–
Hablaba con nerviosismo y fue interrumpido

–¿Ah, en serio? Vaya, No me digas...–
Dijo Juka mientras tomaba la cabeza de aquel policía para romperle el cuello rotándola ciento ochenta grados para luego usarlo de escudo contra los balazos que comenzaron a disparar los otros oficiales. Después de usar al hombre como escudo humano lo lanzó a los otros para luego moverse rápidamente hacia los paneles de electricidad y destruirlos, dejándolos a oscuras, dio inicio a una terrible masacre. Cuando finalmente llegó a la oficina principal de aquel cuartel asesinó a sangre fría a dos de los tres hombres ahí presentes para posteriormente tomar al último de ellos por el cuello y comenzar a interrogarlo

–¡¿Quien se los ordenó?!–
Gritó mientras lo golpeaba repetidamente en la cara

–No... ¡No tengo la más mínima idea! Por favor déjame ir–
Recibió un golpe aún más duro en el abdomen doblegándose. Juka tomó su cartera y revisó su interior para encontrar algo con que extorsionarlo

–Veo que tienes una linda familia. Sería una lastima que sufrieran un accidente–
Dijo con seriedad mientras caminaba hacia afuera

–¡No! ¡Por favor mi familia no! ¡El consejero del emperador, él ha tenido tratos importantes con los Yakusa y un grupo llamado Yami, ellos planearon todo...!–

–Ya veo–
Juka se acercó a él y lo sentó en su silla para luego sacudirle el polvo.
–Ha sido de gran ayuda oficial Komuro, le agradezco su cooperación–
Dijo mientras se dirigía a la salida
–Le perdonaré la vida en esta ocasión–
El hombre estaba adolorido y no podía moverse con facilidad, pero justo cuando Juka se encontraba a punto de salir de la estación de policía oprimió un botón. En ese momento Juka logró escuchar un pequeño pitido y se detuvo para mirar con una mirada vacía hacia atrás
–¿Es en serio?–
Preguntó para sí mientras el lugar estallaba haciéndose trizas por completo...

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-gracias por leer-

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