Capítulo 6# REVIVIENDO MEMORIAS.

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**Aquel día era tormentoso, las nubes se acercaban amenazantes y tenebrosas, pero eso no importaba, tenía lo que más amaba junto a él. Era una pena tener que despedirse otra vez.

Sólo serían un par de meses, lo prometió. Besó a su esposa en los labios y añoró sus claros ojos como nunca. Brillaban de una manera tan peculiar al verlo que siempre sabían como sacarle una sonrisa. Después abrazó a su pequeña y besó sus dos mejillas, tenía su mismo cabello rubio y era muy parecida a él; "Tal vez un día llegará a crecer tanto como yo" fantaseaba con ironía.

-Vater, ¡Vater!...

La imagen de sus amadas se alejaba tan rápidamente que parecía imposible volver a alcanzarlas, a tenerlas en sus brazos tan sólo una vez más. Entonces el cielo se tornó estruendoso. Relámpagos y una devastadora lluvia inundaban su entorno. Y por último una sacudida terminó de erradicarlo todo;***

-Vater, ¿Te encuentras bien?

-¿Uhm...?

-Te has quedado dormido afuera de nuevo, y parece que viene una tormenta acompañada con la noche, será mejor que entres.- Le expresó Brud un tanto preocupado.

-Vale, ya voy Brud... Gracias.- Le respondió Ziel con una ligera sonrisa mientras se incorporaba. "Gracias por estar aquí, por preocuparte". Su mirada lo delató. Brud asintió y entró de nuevo a la casa.

>>>

Por lo visto había pasado toda la tarde ahí, sentado en la hierba que rodeaba toda la casa y recargado en la pared mirando hacia el lago con una cerveza en la mano. Nuevamente se había hundido en el abismo de sus pensamientos para después concluir con la misma pesadilla.

Hacía tiempo que no la revivía en su mente. Más bien había matado su mismo pasado rememorando aquella noche en la que había llegado ahí, la hermosa desgracia por la cual incluso le agradecía a su destino y el corto lapso en que esos tres muchachos covirtiéronse en su todo, en una nueva oportunidad de comenzar y olvidar.

Poseía en especial, un exquisito recuerdo -de su nueva vida- que siempre lograba sosegar su espíritu en los peores momentos. Era aquella noche en la que los chicos comenzaron a llamarlo "Vater" (-padre-). Miró al horizonte y suspiró intentando despejarse;

**Era una buena noche, encalmada y apacible. La Luna yacía muy alto por lo tarde que ya era. Se encaminaban al bosque Brud y Bryan junto con él. Claro, porque para él nunca era suficiente entrenamiento.

Esta vez se adentraron más en la espesura de la tundra, perpetrando más allá de sus sombras.

-Bien, será simple, vosotros dos contra mí, pero para eso primero debéis encontradme.- Dijo él mientras se escabullía en las sombras.

-Ah genial, ya lo hemos perdido, tan pronto... ¿Por qué no trajiste a Scarlet, Ziel?

-Detesta que la despierten.- Respondió Bry con seguridad mientras Brud lo observaba con cierta molestia e intriga. -E-eso creo.- agregó avergonzado.

-Vaya excusa. Terminemos pronto con esto 'querido amigo'.- Dijo Brud con sarcasmo. -Espera, lo escucho...

Antes de que identificara el lugar del cuál provenía aquel ruido, Bryan ya había saltado sobre Ziel y encontrábanse forcejeando entre las ramas de un par de pinos.

-¡Vamos Bry, sois mejor que esto!

En realidad no quería hacerle daño pero Ziel no mostraba aquella misma prudencia y lo atacaba como si en verdad fuese el enemigo, provocándolo. Y lo logró. Bryan se encendió en furia y dejó de defenderse para comenzar a atacar con golpes cargados de ira, precisos y contundentes.

-¡Vale Ritter, ese es mi soldado!.- Le expresó lo orgulloso que estaba con su mirar, como solía hacerlo. A lo que Bryan simplemente se estremeció. "Nadie había estado orgulloso de mí antes"...

Ziel se detuvo en un instante, corrió a espaldas de Bry y sólo un terrible rugido irrumpió la frígida escena.

-¡Maldita sea!.- Tenía la mandíbula de un lobo clavada en su brazo derecho y lo sacudía de un lado a otro hasta que salió disparado hacia un gran troco.

Era una jauría entera, casi una docena de ellos los rodeaba apresándolos sigilosamente. Ya no había vuelta atrás, comenzó a luchar con ellos siendo prácticamente veloz; rompiéndoles la mandíbula o dislocándoles el cuello, mientras los muchachos seguían atónitos y completamente paralizados. Por alguna estúpida razón le temían más a las creaturas que a los hombres, tal vez porque no sabían cómo confrontarlos.

Tres de ellos se les acercaron imponentes mostrando sus afilados colmillos. Ahora tenían una buena razón para seguir paralizados frente a ellos y era el inminente miedo que los apoderaba.

-¡Hey malditos perros!.- Gritó Ziel atrayéndolos.

Ya tenía otros dos encima y tres más era justo lo que hacía falta para su fatal destino. Comenzaron a morderlo sin piedad hasta derribarlo por completo. Se deshizo de dos más y fue todo.

-¡Vater..., no, vater!.- Gritó Bryan con los ojos cargados de lágrimas y corriendo hacia él.

Entonces un filo cortó descaradamente el aire junto a él y encajó en la sien de uno de los animales, seguido de otro que hizo exactamente lo mismo pero al lado contrario. Los dos cuerpos cayeron inertes.

-Que valientes sois chicos.- Proclamó Scarlet dirigiéndose hacia el último lobo en pie que aún continuaba sobre Ziel. Desencajó una de sus dagas de uno de los lobos muertos para apuñalar al último silenciosamente por la parte de atrás de su cráneo. Un aullido ahogado fue lo último que el bosque escuchó. -Lo siento mucho amigo, si no hubieses atacado a alguien que en verdad quiero no me hubiese metido contigo.- Agregó con tristeza apartándolo de encima de Ziel.

Se encontraba bien, al menos continuaba respirando.

-¿Eh, Vater?... ¿O acaso lo imaginé?.- Dijo Ziel con dificultad mientras le sonreía a Bry.

-Lo lamento si lo molesté con eso.- Respondió titubeante.

-¡Ah, para nada! Ha sido más bien un honor mi estimado Ritter.

-También lamentamos no haber ayudado.- Dijo avergonzado Brud.

-Os preocupáis demasiado, dejen de pedir disculpas tan sólo por estupideces.

-Vale, gracias Vater.- Respondió Brud con la mitad de una sincera sonrisa dibujada en su rostro.

Ziel quedose pasmado y conmovido bajo la luz de la musa de la noche. Su mirada aprisionaba aquel viejo sentimiento del cual se había olvidado por tanto tiempo.

Se volvió hacia Scarlet quien le tendía la mano para ayudarlo a levantarse. "¿Qué hay de vos?"; su rostro reflejaba la temerosa duda.

"Yo no os veo de esa manera..." Intentó expresar con su abrazo para después terminar de asesinar su cuestionamiento;

-Me alegra que estés bien Ziel.- Se acercó más a él y dio un discreto beso cerca de la comisura de sus labios sin que Bry o Brud lo notaran. ***

Vaya noche. El recuerdo era antaño pero demasiado preciado. Como un sublime sueño que se desea revivir.

Fue una lástima que esta vez no hubiese sido suficiente para pasar la noche y enmudecer sus demonios. Había algo que lo inquietaba demasiado pero esta ocasión no se trataba sobre su pasado.

En Memoria de la Seductora Guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora