Despertó, sin temor a apresurar su día. Miró a su costado y aún estaba él ahí, tan apacible como acostumbraba.
Encontrábanse en el cuarto de Ziel, en la planta alta del edificio principal, el cuartel central.
Aquel lugar era bastante amplio pero nada ostentoso sino más bien una gran y antaña construcción de madera con los suficientes cuartos (aunque pequeños) para albergar a todos los comandantes y generales de la resistencia.De a poco al mirar el inmueble Scarlet comenzó a sentir como las pálidas paredes de la habitación comenzaban a sofocarla, invitándola forzosamente a revivir en su mente y en su piel cada detalle de la noche anterior, pero con un nuevo toque, con un matiz más bien hiriente. Una letal fuerza oprimía su pecho y un único pensamiento inundaba su mente. "Él."
Suspiró levemente al dirigir su vista a la ventana junto a la cama, el amanecer desprendía un exquisito aroma a nostalgia. "Un dolor casi agradable".
De pronto un exasperado llamado a la puerta la sacó de golpe de sus pensamientos.
-¡Hey, Ziel! Abre, es urgente.-
La voz de Brud.
"Demonios". El tiente despertó, y enseguida notó la relevancia del problema. Brud estaba a punto de irrumpir en su cuarto, donde lo encontraría en la cama con su hermana. A ambos se les heló la sangre y sintieron en un momento la adrenalina de dos adolescentes a punto de ser descubiertos. Se miraron mutuamente y soltaron una risilla.
-Vale, espera Brud...
-Voy a entrar.
-...
-De verdad es muy importante que asistas al nuevo informe de...- Continúo hablando mientras abría la puerta y entraba. Se detuvo, estupefacto, al ver a Scarlet. -¡Ah...!.- Suspiró con rabia y la miró de la misma manera, pero añadiendo un tanto de decepción.
Salió de un paso sin decir nada más y sin siquiera voltear a ver a Ziel.
Scarlet quedóse gélida por un instante. Se volvió hacia el teniente y notó que su torso estaba por completo desnudo, y al mirarse hacia sí, se percató que ella traía puesta su camiseta.
-Vaya, al menos no estaba desnuda.- Agregó con alivio.
-Si, bueno hacía algo de frío por la noche y al parecer os pude cubrir sin despertaros.
-Ya, gracias Ziel.- Se levantó de la cama con una rota sonrisa y se dispuso a seguir los pasos de Brud.
-¿A dónde vais?.- Preguntó consternado.
-Iré a hablar con mi hermano.- Continuó caminando sin volverse hacia atrás hasta desaparecer por el corredor.
No le dio tiempo de decir una sola palabra, cuando ya habíase alejado demasiado.
"Pésima idea". Se dijo a sí mismo y se dedicó a seguirla.
Scarlet salió al pasillo que daba a los demás cuartos de la cabaña y alcanzó a percibir que Brud bajaba las escaleras para salir deprisa de ahí.
-¡Brud!, ¡Espera!, sólo permíteme explicarte.- Gritó desalentada al alcanzarlo casi en los últimos escalones.
-No quiero escuchar tus explicaciones. ¡No quiero ni verte Scarlet!.- Le dedicó un gesto severo.
Hizo caso omiso, y se acercó a él con impudencia. Lo tomó del brazo en un insistente ruego, buscando aproximarlo a ella.
-Sólo escúchame Brud.- Suplicó tragándose su orgullo frente a todos en la estancia.
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En Memoria de la Seductora Guerra.
AcciónRomance o sólo un lívido deseo. Repudio y amor, cimentados en la crudeza de una Guerra estratégica de la que es irreal salir con el espíritu ileso. "No escoges dónde nacer, ni tampoco tu destino, pero escoges por quién luchar; porque han sido las im...