—¿Qué estás haciendo? —Chillé alarmada y con lágrimas brotando de mis ojos.
El se acercaba sigilosamente y yo al verme arrinconada en la esquina de mi habitación decidí cerrar los ojos y rogar que sea lo que Dios quiera.
Al tiempo sentí una mano en mis labios.
—Tranquila —susurraba Juseb—tranquila muñequita.
Mi respiración que era entre cortada se empezó a nivelar, mi sudor se enfrió, y mis manos dejaban de temblar poco a poco.
—Hay ladrones en la casa —empezó a contarme pero yo solo estaba preocupada por mi madre, así que lo interrumpí.
—¿¡Mi madre!?, tenemos que ir por ella, tenemos que protegerla—desesperada repetía una y otra vez.
El entendió mi sufrimiento así que con cuidado y yo detrás de él nos dirigimos a su habitación, la puerta estaba cerrada.
—¿Mamá?—susurraba preocupada—¿estás ahí?.
Tras no recibir respuesta me adentre silenciosamente, y ahí estaba, profundamente dormida.
Ya más tranquila, la desperté con cuidado, un beso en su frente y ella poco a poco reaccionaba.
—Mami, hay ladrones en la casa—le decía esperando que su cerebro ya estaría funcionando como lo hace normalmente.
Ella se quedó procesando la información que le había dado por un largo tiempo.
—Mamá— la volví a sacar de sus pensamientos.
—Si, si amor—me respondía somnolienta—te escuché, ¿los viste?—respiro un poco y con un gran impulso recordó algo —¿y Juseb?.
—Él está afuera mami, buscandolos—gruñí pero en ese momento la puerta se abrió bruscamente, sorprendiéndonos y ocasionando que diéramos dos pequeños saltos.
Juseb fue el causante del susto.
—No están, ya debieron salir—dijo convencido.
—¿Qué te pasó?, ¿por qué estas así? —mi madre preocupada bramaba.
—Fueron ellos —al darse cuenta que queríamos escuchar que fue lo que pasó prosiguió.
—Estaba en un liviano sueño cuando sentí pasos acercarse, pensé que eran ustedes y abrí un poco los párpados, pero en su lugar me encontré con dos hombres vestidos de negro y máscaras en su rostro, uno tenía una manopla con picos de acero y el otro una arma de fuego.
El de la manopla se me acercó primero y rasgó mi camisa, pero logré esquivarlo y evitarme daños mayores, y a diferencia el del arma de fuego que se notaba que era mayor sólo observaba y reía.
Corrí lo más rápido hacia la cocina, tomé un cuchillo y al darme la vuelta un bate me golpeó la ceja haciendo que se me quebrara, con el cuchillo traté defenderme pero no logré nada, tomé el bate y aplicando toda mi fuerza se lo quité, el se fue mientras yo limpiaba a sangre que se me estaba adentrando en el ojo.
Inmediatamente fue a buscar a Cassie, no permitiría que le pasara nada malo y el resto ustedes ya lo saben.—terminaba de narrar algo entusiasmado por su "heroísmo", pero temeroso por lo que le hubiera podido pasar.
Mi madre y yo no podíamos creer lo que había pasado, la valentía y por supuesto las miles de hipótesis que se nos venía a la mente si Juseb no hubiera estado.
—Tenemos que llamar a la policía—mi madre fue la primera en hablar.
—Sí—contesté, mientras me dirigía a la mesita donde se encontraba un teléfono.
—No —gritó Juseb —quiero decir, esperemos al menos hasta que salga el sol —justificó.
Este comportamiento me sonó raro, las dudas intentaban apoderarsen de mis pensamientos y mi corazón, pero es inevitable llevarlas a fondo cuando mi amor por Juseb me ciega.
Mi madre no quiso hacer caso y Juseb terminó por ofrecerse a llamar, mi madre cansada le agradeció el ofrecimiento y lo aceptó.
En cinco minutos él colgó y dijo que ya se dirigían para acá.
Y efectivamente llegaron a las 5:15 am, muy puntuales claro, a los 45 minutos de la llamada.
Nos interrogaron a todos pero sobre todo a Juseb y nos informaron que más tarde nos enviarían a un equipo a tomar fotos y a sacar huellas para hallar a los culpables.
Podía notar a Juseb preocupado, sudoroso y muy nervioso, ¿si nos habrá dicho la verdad? ¿O mintió en algo?.
A las 10 de la mañana, llegó el equipo, tomaron fotografías, regaron un polvo para hallar huellas en cuanta ventana y puerta existía y tras eliminar las de mi madre, Juseb y yo, no encontraron nada.
Sin embargo dijeron que iban a hacer otras investigaciones con los vecinos, con cámaras del sector y que nos pondrían en contacto cualquier cosa.Mi madre preparó un delicioso desayuno, crepes como sólo ella sabía hacerlos.
Al acabar todos de desayunar Juseb me ayudó a lavar los platos, secar y organizar toda la cocina...mi madre se estaba arreglando.
Mientras refregaba los platos sentí su respiración en mi cuello, su mano debajo de mi camisa.
— Juseb, para -—supliqué sin aliento.
— Vamos Cassie, sé que en verdad no lo quieres —siguió dándome besitos y mordidas en el cuello.
Había estado muy estresada esta mañana, empezaba a pensar que necesitaba relajarme un poco, y él sabía cómo hacerlo, pero no era tiempo para eso.
Me volteé bruscamente.
-—Que no más, Juseb -—bramé seriamente.
-—Okey, okey -—se alejó, tomó una toalla del mesón y terminó de secar los platos limpios.
Al terminar dijo que lo mejor sería que se fuera, estábamos de acuerdo en algo, ambos necesitábamos descansar un poco.
Antes de irse sacó una hoja bastante arrugada de su bolsillo y me la pasó.
-—¿Qué es? –mire extrañada.
Sus labios no se movieron y sus ojos estaban fijados en mí, tenían una pizca de... de ¿alegría?.
Desdoble el papel lentamente, y cada vez que hacia lo miraba.
A lo que él respondía con facciones llenas de dulzura.
Y por fin la hoja estuvo totalmente abierta ante mis ojos, no puedo negarlo, es un chico fantástico.
Holaa ♥ Algo corto, lo sé, pero necesitaba dejarlos con la intriga.
¿Que creen que le entregó Juseb?.
Les aviso que desde febrero tendré un día de actualización por lo que no tendrán que esperar tanto, ¡que emoción!.
Millones de gracias por las más de 24.000 lecturas y los 1.100 votos. Les rega una galletita ♥
Saludos y ¡éxitos! en todo lo que se propongan.
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Su temor, mi mayor deseo ©
Romance"Ella lo ve por casualidad, Él la ama por elección." Llegará un chico a cambiar todo, su vida, futuro, ideas y miedos, Cassie ya no será la misma niñita insegura de si misma con miedo a la soledad, éste chico invisible y timido será el que le ense...