Te confio mi mayor miedo.

4.5K 154 10
                                    

Él es totalmente diferente a todos los de mi clase.

Su cabello corto, desarreglado, oscuro y brillante, lo hace ver descomplicado y atrevido, sus cejas gruesas y sus largas pestañas hacen que sus profundos, intensos y agobiantes ojos negros, tan negros y brillantes como una noche estrellada, resalten y puedan cautivar al inmediato.

Sus mejillas rudas pero notablemente suaves; su nariz afilada y aguileña; sus labios rojos, carnosos y sensuales acompañados de un lunar en la parte izquierda de su labio inferior; su barbilla bastante varonil y fuertemente cuadrada, hacen que su rostro sea indiscutiblemente uno de los más seductores que he visto en toda mi vida.

Aunque su cuerpo no es para nada atlético, es decir, le calculo una estatura de unos 1.71cm; con una clavícula prominente; un cuello largo y esbelto; unos brazos largos con manos de dedos largos y ágiles; una espalda ancha pero completamente bronceada y atractiva; con sus piernas delgadas pero fuertes y acompañados por su atuendo discreto pero elegante lo hacían ver rudo, sensible y con un toque de sensual intelectualidad.

En cuanto a su carácter sólo podría especular que es serio, educado, prudente, culto, sensato, sereno, inteligente, sincero, solitario, extrovertido, organizado, tímido, asocial, invisible, transparente, insignificante, de hecho últimamente he deseado ser un poco más como él.

Lo he estado observando silenciosamente en las clases de esta semana, y al parecer he hecho muy bien, pero aun me falta mucho para conocerlo como me gustaría y no se como hacerlo ya que él no habla con nadie, no se ríe, y aunque a veces cruzamos miradas, nunca puedo ver más allá de sus fríos y calculadores ojos llenos de desconfianza.

De verdad me gustaría hablarle, pero nunca me atrevo, le pregunte a Sasha, mi mejor amiga sobre aquel chico, pero su respuesta me decepcionó.

—¿El perdedor de allá? jamás lo había visto sinceramente, pero míralo, y míralo muy bien, es un perdedor, ni siquiera se peina, es decir ya estamos en el siglo XXI ¿qué se puede esperar de alguien así? —mencionó Sasha volteando sus ojos.

Quedé fría quería gritarle y decirle que no era así y que estaba muy equivocada, sé que aunque yo no lo conocía ni siquiera sabía su nombre podía notar que era agradable, y me parecía hasta atractivo, bueno exactamente no sé si él era lo atractivo o era el misterio que lo rodeaba, pero no dije nada, preferí tratar de disimular mi enojo con una risita falsa.

Claramente él no era el tipo de chico que me ayudaría a subir o siquiera a mantenerme en la popularidad en el instituto, él me bajará a un nivel de -100.000.000.... y claramente yo no tenía pensado quedar en el anonimato.

El resto de la semana estuve de fiesta en fiesta con mis amigos como es costumbre, lo cual hizo que me olvidara por el momento de él, pero aquel momento no duraba mucho ya que tan pronto se me despejaba la cabeza inmediatamente ya estaba pensando en él nuevamente.

Llegó la hora presentarme ¿no? mi nombre es Cassie, Cassie Breslin, tengo 16 años, mi cabello es castaño, mis ojos negros, mis labios delgados y un poco pálidos, mi piel morena, mis nariz fina, mis mejillas rosadas y con unos hoyuelos que aparecen cuando sonrío, soy delgada y un poco bajita, estoy cursando mi último año en el colegio, soy bastante juiciosa, soy la representante del club de lectura del colegio, y una de las fotógrafas, escritoras y editoras del periódico de mi instituto, también pertenezco a las animadoras, y aunque lo último no me gusta no tengo elección, lo hago por mi novio Steven, el capitán de fútbol del colegio, llevamos año y medio pero nunca lo he soportado, se la pasa hablando de lo atractivo que es, de lo atlético de su cuerpo, de lo afortunada que soy de ser su novia, sólo me quiere como su animadora personal pero temo que nuestra relación termine porque eso implicaría perder toda la popularidad que conseguí gracias a él, perder a mis amigos.

Su temor, mi mayor deseo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora