No lo permitiré

1.2K 62 6
                                    

Al fin llegamos al instituto, estábamos tan cansados, pero la habíamos pasado tan bien.

Entramos al mismo tiempo, y nos dirigimos a la sala de los profesores, buscamos a la profe, está aún no había llegado, y eso que ya eran las 6:05 de la mañana, estábamos esperando cuando llego Sasha, se acercó y me dio un beso en la mejilla .

—¿Qué onda chica?, ¿cómo te ha ido? —dijo mientras con su cabeza señalaba a Juseb.

—Nena, estábamos haciendo un trabajo no más, espérame a que llegue la profesora de ciencias y nos vamos a mate.

—Eso espero, tengo que contarte de Sebastián y un inconveniente con la zorra mayor, esta insinuando cosas que no son de lo que ya sabemos.

«¿La zorra mayor?,  ¿cuál de todas?, ¿Camila? y ¿de lo que ya sabemos?, ¿Qué se supone que sabemos? Me dejo más confundida con sus misterios»

—Habla claro cariño, no entiendo a qué te refieres, ¿Sebastián?, ¿quién es ese?

—No vengas a hacerte ahora la pendeja, espera a que estemos solas y te cuento todo —dijo mirando mal a mi nov... a Juseb.

—Chicas estoy aquí, pero bueno, si les molesto tanto sólo digan y ya, las dejaré solas entonces —dijo Juseb muy molesto.

—No, espera —le dije, no quería dañar todo lo que había progresado por culpa de Sasha.

Si ves lo que haces —le dije en tono fuerte a Sasha, cómo nunca antes le había hablado, mientras le mandaba una mirada asesina.

—¡Hey, hey, hey! ¿Por qué te afecta tanto? Sí que te tiene mal ese tipo, ¿sabes qué? No pensé que pasara esto, no pensé que te dijera esto, pero, ¿es él o yo? —quedé helada, era difícil ésta decisión, me miro con ojos matadores, hizo una pequeña pausa y agregó —déjalo así, ya entendí todo, él te soporto más de 14 años, ¿verdad?, me decepcionas, pero lo entiendo, uno enamorado hace las estupideces que jamás hubieras imaginado hacer, cuando te des cuenta de todo, de sus verdaderas intenciones hablamos, no dejaré ir por el retrete está amistad de 14 años, sabes que te amo, que eres mi hermana, pero no soportare esto, igual puedes contar siempre conmigo, cuando él te patee el trasero estaré contigo diciendo "te lo dije" por qué ¡te lo dije! —Dijo con lágrimas en los ojos —y no te preocupes por mí, estaré bien.

—Sa...Sasha, no... No quería decir eso, perdóname —chillé.

—Déjalo así, no te preocupes nena.—murmuró, dio media vuelta y se fue.

No podía creerlo, 14 años de amistad y nuestra primera gran pelea ¡y por un chico! esto no es tan fácil como crees, debo confesar que...tengo miedo, miedo a que todo acabe, a quedarme sola, mi confidente, mi hermana, ella sabe todo de mí, y no me imagino mi vida sin ella, la universidad sola, cuantas peleas enfrentaré sola, no, ni pensarlo, no puedo permitir que esto llegue más lejos, iba a buscarla, pero en ese momento llegó Juseb, me tomo del brazo con una expresión en su rostro de molestia y señalo a la profesora, que acababa de llegar.

—Profe, aquí está el trabajo —indique mientras se lo pasaba.

—Muy bien chicos, sabía que no me decepcionarían, al parecer son los primeros y únicos en entregarlos, hacen una muy buena pareja, perdonen el atrevimiento, ¿ustedes tienen algo? —pregunto curiosa.

—Esto, eh, no profe, ¿cómo se le ocurre? —dije mientras miraba a Juseb, eso le había hecho el día, de nuevo estaba sonriendo.

—Tenemos más de lo que cree profe, pero aún ella no lo sabe —dijo mirándome y sonriendo con picardía.

—Ah bueno, los felicito, no suelo decir esto, pero a mí me gustaría que pasara algo más, ambos son muy buenos muchachos, decididos, con metas en la vida, de hecho es la única relación que permitiría en el instituto —dijo mientras tomaba nuestras manos y las juntaba.

Sonó el timbre, y quité mi mano rápidamente.

—Eh, ya tengo que irme, no puedo llegar tarde a mate, lo siento —dije mientras salía corriendo hacia mi clase, no precisamente porque no quería llegar tarde, sino porque necesitaba huir de eso, sin embargo, Juseb y ella si se quedaron hablando yo no podía más, mis mejillas no hubieran soportado más, ya estaban muy rojos, a punto de explotar, y no olvidemos, tenía que buscar con urgencia a Sasha.

Llegue a mate, y no la vi, definitivamente no estaba Sasha, ¿por qué? ella no solía faltar a clases, mucho menos a mate, ¡su favorita!, algo andaba mal, ¿pero qué? tome el mismo asiento de siempre, miraba ansiosa la puerta esperando que llegara, todavía habían 7 minutos para empezar, había tiempo, llegaron los gemelos, me saludaron con un movimiento de mano como lo hacen los militares, llego el mejor amigo de Steve, su nombre es Marcus, estaba triste y eso me dolían aún más, el amigo estaba realmente destrozado y yo, ¿yo? yo estaba pasándola bueno con Juseb, ni siquiera había pensado en Steve en las últimas 24 horas, me siento culpable por no amarlo como debía, y ya era demasiado tarde, ya no podría intentarlo.

¡Chanfle!, Sasha aún no llega, necesito pedirle perdón, contarle todo y saber lo de la zorra que no conozco, ¿qué había pasado? ella es feliz dejándome con esta intriga, sabe que estoy muriendo por dentro, la intriga me carcome y no puedo hacer nada, me siento impotente.

Llegó el profe, cerró la puerta y ella aún no llegaba, dictó la clase, explico nuevas fórmulas, nada que entendiera, definitivamente las matemáticas no es lo mío, lo poco que sé, me lo explico Sasha, a ella se le dá de maravilla, es muy inteligente para eso, la molestaba diciéndole que ella sería profesora de matemáticas, y le dictaría a mis pequeños hijos, porque algo que ella no soporta es a los pequeños, los mocosos como ella los llama, son insoportables e irritables para ella, nunca los ha querido, nunca ha deseado tener hijos.

Terminó la clase cuando mi última hoja del cuaderno se llenaba completamente de garabatos sin forma, necesitaba quemar el tiempo, ya sabía que por más que me esforzara por entender, eso no pasaría.

Salí de clase y allí estaba Juseb con una chica, ella estaba de espalda, aún no le reconozco.

¡Oficialmente debo informarles que es el peor día de mi vida!

Trataba de mirarle la cara a la chica, cuando llegaron Erick y Tom por detrás, y ¡Bu! —gritaron.

 Que susto tan bárbaro, lo sé, eran las 8 de la mañana, había cientos de estudiantes en el pasillo y me asusto, es que soy demasiado miedosa.

—¡Santas cachuchas! que susto me pegaron —les grité algo molesta, detesto que me asusten.

—Cálmate celosa, que él te cachonee no significa que te tengas que desquitar con nosotros, ¿lo estas espiando? pues está buena la nena, yo de ti me preocupo — dijo Erick con ansias de irritarme aún más.

—Si, por que yo de él me voy con ella, aún que bueno, de ella y tú, tú eres la zorra — bromeo Tom.

«Sé que fue una broma, toda mi vida conviviendo con ellos, lo conozco bien, sé que lo decía de chance, pero tiene la razón, ella es linda, seguramente muy inteligente y de las dos, yo soy la zorra, ya que ella no se ve de muchos novios, y lo que me asustaba es que él en una de nuestras platicas de anoche, me contó que detestaba a las fáciles, a las nenas zorras, a parte, sus ojos si brillan mucho cuando se acerca a Juseb y eso me destruye, es tenerlo y no tenerlo, quererlo y no decirlo, amarlo y no expresarlo»

—No sean pelotudos, no los espió, no me importa lo que hagan, solo estoy buscando a Sasha y por un momento pensé que era la que hablaba con él —dije mientras me tragaba los celos y para fortuna mía, la chica por detrás si se parecía mucho a Sasha, a excepción de su trasero, el de mi amiga es tan voluminoso y lindo como ningún otro en toda la escuela, de hecho lleva años trabajando y haciendo ejercicios para tener lo que ahora tiene, cuando niña, bueno ya ni tan niña a los 12, se empezó a preocupar por eso, desde ahí ese fue su sueño y ahora ya lo cumplió, mientras yo pedía barbies, maquillaje, celulares, ropa y joyería, ella pedía tener su trasero atractivo, y para que veas, 5 años después, su sueño se había cumplido.

Su temor, mi mayor deseo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora