Si, mis amigos me tenían una gran sorpresa, todos estaban reunidos, Sasha, Erick, Tom, Emanuel, Leny, Brandon, Sebastián, Alejo, Garzón, Adam, Jack, Luis, María, Andrew, Manu, Gabi, Carol, José, Camilo, Will y muchos otros.
Sasha se acercó a mí, me abrazó muy fuerte, me besó la frente y susurró en mi oído:
—Eres fuerte, saldremos de esto juntas.
Era justo lo que necesitaba escuchar, se fueron acercando uno por uno, abrazándome y susurrando mensajes de apoyo, mensajes muy alentadores, me entregaron un enorme cartel con frases, citas cortas de solidaridad y sus firmas, es el regalo más significativo que hubieran podido darme en un momento como éste, se reunieron a contar chistes, buenos y malos, pero graciosos, definitivamente habían acordado hacerme reír, creo que se habían dado cuenta cuanto me había afectado todo esto, mientras reía por un chiste de Tom, lo vi, al fondo estaba Juseb, con sus audífonos puestos, y un libro en la mano, estaba leyendo: Las ventajas de ser invisible de Stephen Chbosky, ¿así o más perfecto era él? ese es mi libro favorito, se veía tan sólo, y a la vez tan tierno, tan adorable, en ese momento alzó su rostro y nuestras miradas cruzaron, él sólo sonrió un poco, me levanté de donde estaba sentada, todos me miraban, me abrí paso entre mis amigos y me fui a donde él.
—¿Te enteraste? — le dije.
—Sí, lo lamento, todo es mi culpa, no debí invitarte a salir, de hecho no debería estar ahora contigo, eso fue sólo la muestra de que mi compañía sólo te traerá problemas e inconvenientes.
Lo vi triste, sus ojos ya no brillaban como de costumbre y creo que eso me ayudó a entender todo, Sasha tenía razón, seguramente Steve ya había cumplido su labor en el mundo.
—No es tu culpa, si pasó es porque debía pasar, de hecho él no tenía por qué, estar drogado.
No dije nada más, sólo lo tomé de la muñeca, lo halé hasta que llegamos al centro del grupo, donde antes estaba sentada, miré a todos los allí presentes
—Él es Juseb, es un chico muy simpático y agradable, es un poco tímido, pero es estupendo, por favor recíbanlo bien, confió en ustedes chicos.
Él tomó mi muñeca y la apretó, se acercó a mi oído
—¿Qué haces?, ¿qué mierdas pretendes? Deja mi vida así, yo quiero seguir en anonimato, detestaría ser popular, ser conocido y criticado por todos, suficiente tengo conmigo, el mayor problema mío soy yo.
Me dio una mirada matadora, salió del salón con pasos largos, ¿qué le paso? yo no trataba de buscarle vida social, sólo quería integrarlo un poco y ¿mire con lo que me sale?, todos me miraban con cara de sorpresa, sólo sonreí y me senté donde estaba; Erick, mi salvador, rompió el hielo, eructando como cerdo, decía palabras y todo, no sé cómo lo hace el caso es que todos morían de la risa, de nuevo, ahora gracias a él, el ambiente siguió siendo el mismo, reíamos, jugábamos, hasta cantamos, hicimos un muy buen ambiente.
A Erick, le quedaban bien las cochinadas, y a Tom los chistes malos.
— Ya me acorde de otro, ¿Qué hace una abeja en un gimnasio? —preguntó Tom.
Ni idea, no sé, me rindo, fueron una de las cosas que gritamos.
¡Zumba! —dijo Tom mientras moría de risa.
Todos nos miramos en silencio unos a los otros y luego soltaron fuertes y largas carcajadas, nadie nos paraba.
Tengo otro —dijo Gabi —Estaba una pizza llorando en el cementerio, llega otra pizza y le dice:
— ¿Era familiar?
— No, era mediana.. —dijo riendo un poco.
¡Buuuuuuu! Todos la abucheamos, ¡fuera!, ¡fuera!, ¡fuera!, dijimos.
—Para, no más Bullying —bromeo Gabriela.
Y ahí si todos volvimos a llorar de la risa.
Tengo otro —grité.
Haber, cuéntalo entonces —dijo Leny.
— Mamá, mamá, en el colegio me dicen champú.
— Tranquilo, Johnson, no más lágrimas —reí fuerte.
— No hagas eso Cass, escuché que Will bromeó.
— ¿ahora que hice? jajá.
— Mi segundo nombre es Johnson, ahora ¿quién se las aguantará a todos ustedes molestando?
— No tenía ni idea —reí escandalosamente —perdón.
Todos reían a montones, no por el chiste ya que era muy malo, si no, por el comentario de Will, inclusive, él era el que más se reía.
Finalmente se terminó la hora loca, como decidimos llamarla a esa hora donde reímos y reímos de las ocurrencias de todos, claro está, con el motivo de apoyo a nuestra perdida, pues la idea era no dejarnos afectar por algo que no podíamos cambiar e hicimos la promesa de que en el futuro, siempre sería así.
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Su temor, mi mayor deseo ©
Romantik"Ella lo ve por casualidad, Él la ama por elección." Llegará un chico a cambiar todo, su vida, futuro, ideas y miedos, Cassie ya no será la misma niñita insegura de si misma con miedo a la soledad, éste chico invisible y timido será el que le ense...