Capítulo 13
Una tarde divertida, una llamada inesperada
De nuevo, la luz del amanecer me despertaba por la mañana.
Ayer había sido un día intenso, lleno de emociones. Aún recordaba todo lo que había pasado junto a Mark como si lo hubiese vivido hace cinco minutos...
Los dos seguíamos abrazados, sin decir nada. Únicamente se escuchaban nuestros corazones, que latían al mismo tiempo, y nuestras respiraciones aceleradas.
- Señorita Hanna... -musitó él sin dejar de abrazarme- ¿Sabe que usted se ha convertido en alguien muy especial para mí...?
¿Me había dicho que yo era especial para él?
- Porque lo es y mucho... -siguió diciendo él mientras acariciaba mi cabello- Es una persona muy especial y yo la necesito aquí, la necesito conmigo...
Yo lo miraba fijamente, con lágrimas en los ojos... ¿Podría ser que él me quisiera aunque fuera un poco...? ¿Podría sentir algo de lo que yo sentía por él...?
No lo sabía. Y tampoco pude hablar más con él, ya que, en ese momento, llegó María y los dos nos separamos de inmediato...
Y eso fue lo que pasó ayer... Yo no me podía sacar a Mark de mi cabeza ni un solo instante. Él estaba demasiado clavado en mí, en mi corazón, y cada día más... Pero él... ¿Qué sentiría exactamente Mark por mí...? La verdad es que siempre me trataba con mucho cariño, con mucha delicadeza, me decía cosas tan bonitas... Él afirmaba que yo era alguien importante en su vida, que era especial para él, que me necesitaba... ¿Pero eso era suficiente para dar por hecho que él sentía algo por mí, algo como lo que yo sentía por él...? No.
Pero, en fin... Hoy era sábado, mi día de descanso, y aún no tenía la menor idea de lo que iba a hacer.
La verdad es que no tenía muchas ganas de salir a pasear o algo así después de lo que pasó la otra vez... Además, estaba muy cansada y lo único que quería ahora mismo era dormir un poco más, pues aún no eran ni las siete de la mañana y hoy no tenía que madrugar, no tenía que trabajar...
Eché de nuevo la cabeza en la cama y me relajé un poco. Traté de dejar la mente en blanco y así, poco a poco, fui cogiendo el sueño de nuevo...
Mark se alejaba, se iba de mi lado. Me decía que me despreciaba, que no quería volver a verme... Yo estaba desesperada; tenía la sensación de saber el por qué de su comportamiento, pero a la vez no lo sabía... Yo corría hacia él pero no lo podía alcanzar, ya estaba demasiado lejos de mí, ya no me necesitaba, ya no me quería...
- ¡Hanna! -la voz de Lucy me llamaba- ¡Hanna, despiértate ya...!
"Despiértate ya..." Me levanté entonces sobresaltada de la cama.
Gracias a dios era sólo un sueño; una pesadilla mejor dicho... Soñaba que Mark se alejaba de mí, que me despreciaba... ¿Por qué...? ¿Podría hacerle algo yo en un futuro para que él me odiase así...? No, no podía ser... Tan sólo era un mal sueño al que no le debía de prestar la menor atención.
- ¿Qué pasa Lucy...? -dije mientras me sentaba, aún con el corazón acelerado después de ese mal sueño.
- ¡Tengo hambre! -replicaba ella- ¿Cuándo vamos a comer?
Miré entonces el reloj. ¡Eran más de las once de la mañana!
- Ahora vamos a la cocina a desayunar, Lucy. -dije mientras me levantaba- Yo voy al baño un momento, tú mientras puedes darle de comer a Mimosa.
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Un amor a ciegas
RomanceHanna tiene diecinueve años, una hermana de cinco a quien mantener, y ningún trabajo a la vista para subsistir. Un día, un golpe de suerte llama a su puerta, y consigue un empleo en una mansión millonaria. Pero no todo será tan fácil. Allí tendrá qu...