24. ¿Quién es esa chica?

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Capítulo 24

¿Quién es esa chica?

Habían pasado varios minutos desde que Sharon había salido de mi habitación, dejándome totalmente aturdida y asustada con las palabras tan crueles que maliciosamente habían salido de su boca.

Mark con otra mujer... ¿Podría ser cierto?

Esos pensamientos me habían estado atormentando durante unos largos e interminables minutos, haciendo que mi cabeza no pudiera procesar otra información diferente a esa y alentando a que todo mi cuerpo, el cual estaba demasiado tenso, temblara cada vez con más intensidad a causa del miedo que estaba sintiendo.

Traté entonces de calmarme un poco y de pensar con la cabeza fría.

Mark me había demostrado infinidad de veces lo mucho que me quería, lo importante que era yo en su vida... Siempre me había defendido de todo, me había cuidado con el mayor de los esmeros y me había obsequiado con innumerables muestras de cariño que hacían que mi corazón latiese por él nada más verlo.

Claro que sí. Mark me quería sinceramente, yo estaba segura de ello.

Sharon era una persona demasiado cruel y había inventado semejante historia con el fin de hacerme sufrir, de hacerme pasar un mal momento. Y lo había conseguido, pero por suerte, yo me había dado cuenta de que su maldad podía llegar hasta ese punto sin ningún problema, y que para ella decir una mentira de tal magnitud era como quitarle un caramelo a un niño.

Yo estaba un poco más tranquila después de haber meditado las cosas con algo más de detenimiento. Sin embargo, sí me parecía un poco raro que Mark todavía no hubiese venido por mí.

¿Le habría pasado algo, como anteriormente yo había pensado? ¿Habría tenido algún problema? ¿Estaría bien?

Infinidad de preguntas cómo esas fueron las que llenaron ésta vez mi cabeza.

Empecé a dar vueltas por toda la habitación, estaba volviéndome a sentir demasiado nerviosa de nuevo, y caminar sin rumbo alguno era lo único que me permitía hacer mi subconsciente en esos momentos.

Pero ya no pude aguantar más. Estaba demasiado nerviosa y preocupada por la tardanza de Mark, así que, sin pensarlo dos veces, decidí ir hasta su habitación para asegurarme de que todo estuviera bien.

Salí de mi cuarto con el cuerpo todo tembloroso, pues la inquietud que sentía era demasiado grande y por más que lo intentaba no podía tranquilizarme.

Crucé todo el pasillo hasta llegar al otro, donde se encontraba la habitación de Mark.

A medida que me acercaba a su puerta, la velocidad de mis pasos disminuía y el temblor de mi cuerpo aumentaba.

Muy despacio llegué hasta la puerta de la habitación, quedando justo enfrente de ella.

Iba a abrirla en un arrebato de desesperación, pues la preocupación y los nervios que ahora mismo sentía habían rebasado el límite de lo inalcanzable. Sin embargo, antes de poder hacerlo me percaté de que la puerta no estaba del todo cerrada, sino que estaba un poco entreabierta, dejando una pequeña ranura por la que se podía visualizar parte de la habitación.

Pero en ese mismo instante me percaté también de que unas voces se escuchaban dentro de ésta, haciendo que yo, inconscientemente, mirara a través de la ranura.

Me asomé muy despacio a través de ella, rodando los ojos para buscar a Mark con la mirada.

Estaba segura de que Mark estaba hablando con otra persona, pues escuchaba su voz y otra que no lograba reconocer.

Un amor a ciegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora