Capítulo 5.

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A la mañana siguiente me despierto por la caricia de una mano cálida y grande, para nada femenina. Al principió pensé que era Ren pero mi habitación tenía puesto el seguro, por lo que no puede entrar. Abrí los ojos y me encontré en frente de mi unos verdes y brillantes ojos viéndome con ternura.

Por instinto retrocedí un poco, estábamos demasiado cerca. Comencé a recordar todo lo de la noche anterior y pude relajarme un poco más aunque seguía un poco molesta por lo metiche que es Luna, ¿Que tenía que saber Ren de que estaba con otro? No estábamos haciendo nada malo, ¡Ni siquiera nos besamos!

—Buenos días, Princesa.

—No me digas así, ya te dije que soy Imai.

—Bella durmiente, te has despertado tarde, todos se fueron a trabajar.

Fruncí el ceño y en efecto, eran las 10:00 AM y yo no podía estar más en shock.

—¡¿Porque no me despertaste antes?!

—Es que te veías tan linda durmiendo que me dio lastima.

—Linda... Veté, tengo que cambiarme.

Aventé ropa en la cama distendida y él se levantó, dejándome ver que estaba en bóxer. Mi cara tomó color y él echó a reír.

—No te acostumbres hermosa, que en todo el día no verás a este hombre.

Fruncí el entrecejo y lo empuje —No me interesa, sólo veté — él comenzó a reír y se transformó en gato, dejando sus bóxer al aire. Los tome con cierto asco.

—Si, si... — cerré la puerta y me dispuse a ponerme el vestido blanco que tenía en la cama.

Me lo puse y me peine un poco, saliendo de la casa no sin antes tomar una fruta e ir al huerto de alimentos junto con Kaito.

—¡Oh! ¡Ahí esta Imai!

Todos me miraron con caras felices a excepción de Luna que me miraba con seriedad, sólo la ignoré porque sabía que estaba tratando de vengarse por lo de Zero, lo cual no fue culpa mía.

—Bien, ya estoy aquí, ¿En que ayudó?

—Bueno linda, no hemos comenzado a regar en aquella parte ¿Porque no ayudas con eso? — asentí y fui por la regadera para llenarla de agua —Por cierto Imai, ¿Porque no te levantaste temprano? —.

—¡Ah! Es que alguien... — miré a Imai por el rabillo del ojo, éste sólo rodó los ojos —No me despertó —.

—¡Oh lo siento! Pero no me dejó tiempo.

Volteé a ver a Ren quien se rascaba la parte de atrás de la nuca, fruncí el ceño y después capte por que era que se disculpaba.

«Yo no me estaba dirigiendo a ti pero bueno... es mejor que no sepas de la existencia de Kaito»

—No pasa nada, lo importante aquí es que ya estoy despierta y lista para trabajar.

Llene la regadera y cogí un delantal de un pequeño casillero que estaba en una esquina, comencé a regar las flores y entonces, vi a Zero pasar por delante de todos aquellos ventanales cargando un costal de semillas. Inmediatamente Luna arreglo su cabello y se ajusto la pañoleta que traía puesta, Zero volteo y se le iluminó la cara al verme, me sonrió y alzó una mano como saludó el cual le correspondí.

Vi por el rabillo del ojo que Luna hervía literalmente del enfado, pero que se le iba a hacer, yo no tenía la culpa de todo lo que estaba pasando en su vida, él eligió su camino era hora de que ella eligiera el suyo. ¡Por dios! ¡Que ya es casi adulta y todavía hacer estas payasadas!

A veces creó que yo soy un poco más madura que gente como Luna que llevan la contraía a todo, hasta lo más absurdo del mundo. Kaito se la pasaba a mi lado en todo momento y Ren no le quitaba la mirada de en cima.

De repente Kaito se fue y yo me espante demasiado, deje de barrer para ir a buscarlo. No había nadie en la calle, escuché un motor rugir y fui hasta ahí, encontrándome al padre de Ren y Kaito arreglando un auto ¡¿Que hacia Kaito en su forma humana?!

—¡Oh! Imai, ¿Que estas haciendo aquí?

Dijo el señor saliendo debajo del auto, Kaito se golpeó la cabeza con el capó al escuchar mi nombre ser pronunciado. Salió de ver al motor y me miró con una sonrisa enorme y inocente que lo hacia ver adorable, en ese momento me dieron ganas de correr y abrazarlo por lo adorable que se veía. Estaba cubierto de grasa y aceite, traía únicamente una playera negra y unos jeans desgastados ¡¿De donde se había conseguido ropa tan rápido?!

—Estaba buscando a mi gato, pero creó que ya lo encontré, me pareció verlo por aquí, ¿De casualidad no lo han visto?

Ambos negaron con la cabeza aunque Kaito con una sonrisa seductora que yo borré fulminándolo con la mirada. Leo volvió a su trabajo si, así se llamaba el padre de Ren.

—Y... ¿Quien es él señor Leo?

—¡Oh cierto! Aún no los presentó, Imai él es Kaito, es hijo de unos campesinos de por aquí, casi todos los días viene a ayudarme con esta carcacha. La estuvimos reparando desde cero.

—Oh bueno, yo iré a seguir con lo que hacia, supongo que si mi gato esta por aquí está bien, Vendrá a casa luego ¿verdad?

Kaito asintió con un leve sonrojo y yo sonreí ante ese gesto.

—¡Oh por supuesto que sí! No te preocupes, si lo llegó a ver te lo llevare en seguida.

—Muchas gracias — me di media vuelta y caminé hacia el huerto donde en la puerta me esperaba Luna con cara de pocos amigos.

—No te conviene jugar con varios chicos a la vez.

—Yo no juego con nadie.

—¿A no? Voltea y mira tu misma.

Me giré y Kaito me miraba con mucha atención, le sonreí y él me correspondió esa sonrisa con un guiño de ojo, rodé los ojos y sentí mi cara un poco caliente, su cara se puso seria y luego hizo como que volvía a trabajar.

—¿Quien es él?

Mis nervios se pusieron de punta al escuchar la voz de Ren en mi nuca. Me aparté lo más que pude y me giré hacia él sonriendo le.

—Es sólo un chico que se dedica a ayudar a tu padre.

—Ah...

Se metió claramente molesto por la situación, tome aire y entré al huerto, esto me iba a ser demasiado difícil con Kaito ayudando a Leo.

The Cross City. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora